Francisco Morales / Agencia Reforma

Ciudad de México

La filtración de la novela que suponía el suceso editorial del año, En agosto nos vemos, de Gabriel García Márquez, un día antes de su lanzamiento global, no le aguó la fiesta a nadie. Sólo había lugar para la felicidad y el vallenato.
Y ejemplo era don Luis Legarreta, computólogo ya próximo a los 80 años, quien ayer, en la librería Gandhi de Miguel Ángel de Quevedo, llevaba una pila con seis ejemplares del mismo libro entre manos: uno para cada uno de sus tres hijos, dos para sus hermanas y su copia personal.
Conmovido, con un vallenato de fondo que salía del salón contiguo de la librería, portaba en el rostro la felicidad de saber que, contrario a lo que había tomado como un hecho zanjado durante años, pudo comprar, otra vez, como muchas veces antes, una nueva novela de García Márquez para él y su familia.
Uno más, a fin de cuentas, de los millones de lectores en todo el mundo que, ayer, en el que hubiera sido el cumpleaños 97 del Nobel colombiano, acudieron puntuales a comprar En agosto nos vemos, su libro póstumo.
“Entiendo que sus hijos violaron el deseo del papá de no publicarla y, bueno, quisiera que sus hijos estuvieran aquí… para aplaudirles, por el buen gusto y por la rebeldía perfectamente bien fundada”, encomia.
Una decisión que este lector apoyó, con una valoración que no es unánime, pues la publicación de este libro ha resultado predeciblemente polémica, como han reconocido los hijos del autor, Rodrigo y Gonzalo García Barcha, quienes no han ocultado que el autor les pidió destruir la novela escrita en sus últimos años de vida.
Entre los críticos de esta decisión de la familia de García Márquez (1927-2014) se encuentran voces importantes, como la de su colega Salman Rushdie, un gran admirador de su obra, que ha declarado que ésta no necesitaba un punto final de esta naturaleza.
Por otro lado, sin embargo, las filas de lectores que se dieron cita ayer en tres sucursales de librerías Gandhi en la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, dejaron claro que la avidez por un nuevo libro de Gabo no se agota.
En el evento organizado en la capital, el escritor Benito Taibo, quien atesora momentos de complicidad y amistad con García Márquez, se declaró entre aquellos que defienden y celebran la publicación de la novela.
“En agosto nos vemos es el triunfo de la literatura sobre el tiempo. Yo creo que esto es importantísimo. El tiempo, que es ese ser implacable, terrible, que acaba llevándonos a todos, nos regresó un trozo de Gabriel García Márquez en su cumpleaños número 97”, declaró.
“Y lo que estamos haciendo aquí es celebrarlo, con enorme gusto y con cariño”.
Entre anécdotas sobre su amistad con García Márquez y la lectura de un pasaje del primer capítulo del libro, Taibo, uno de sus primeros lectores, confirmó lo que fue un proyecto de marketing y secretismo editorial de escala global.
“Tuve la oportunidad de leerla antes de ser editada y tuve que firmar un contrato enorme diciendo que jamás diría nada, porque si no irían por mí a matarme, igual que a (Alexei) Navalny, el disidente ruso”, bromeó.
Dispuesta a ser publicada en 40 lenguas este mes, y con restricciones de embargo de información a la prensa, la novela es publicada en México, Centroamérica y el Caribe por Grupo Planeta y, en el resto de los territorios hispanoparlantes, por Penguin Random House.
El involucramiento de los dos grandes consorcios editoriales no evitó que la novela se filtrara desde un día antes, circulando en grupos de WhatsApp, Telegram y sitios en Internet, completa salvo por el prólogo de los hijos de García Márquez, la nota del editor Cristóbal Pera y las cuatro paginas facsimilares, con las anotaciones del autor, que la acompañan.
Consultada, el área de prensa de Grupo Planeta indicó que tenía conocimiento de que la edición que está circulando en PDF es la de Penguin; consorcio que, por su parte, y también abordado por Reforma, dijo no tener información al respecto y pidió consultar a su par.
Más allá del intercambio de responsabilidades entre ambos grupos, los lectores que buscaron el libro físico se hicieron presentes en la librería Mauricio Achar de Gandhi, y fueron sorprendidos por una partida de pastel, bebidas y la música en vivo del conjunto de vallenato Colombia Caribe.
Tras la entonación de una canción de cumpleaños en clave de este ritmo colombiano, y de piezas entrañables para la biografía del autor de Cien años de soledad –un vallenato de 400 páginas, según Gabo–, los músicos rememoraron las veces que pudieron tocar para el escritor en su casa del Pedregal.