EL-SUR

Martes 07 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Cultura  

Hacen homenaje al pionero del cine Georges Méliès en la obra de teatro Del conejo a la Tierra

Retoman el tipo de montaje del que se valió el francés para encantar a la audiencia, con un diseño de video que retoma la particular estética del artista y sus trucos de magia e ilusionismo

Abril 26, 2024

Escena de la obra Del conejo a la Tierra, que se podrá ver hasta el 9 de junio en el Teatro Helénico Foto: Agencia Reforma

Francisco Morales / Agencia Reforma

Ciudad de México

Lo primero que el espectador puede ver sobre el escenario es la proyección de un hecho plenamente conocido: el imponente y estruendoso lanzamiento del Apollo 11 hacia su cita con la historia, directo a la Luna.
Después, sin embargo, a golpe de magia, lo realmente sorprendente ocurre, cuando el cohete en la pantalla se convierte de pronto en una bala plateada que atraviesa el espacio a toda velocidad, con su único ocupante gritando de vértigo.
Tras un aterrizaje forzoso en el Teatro Helénico, un elegante hombre de chaleco y sombrero desciende del vehículo y, con un pase experto de prestidigitador, desaparece la nave del escenario.
Georges Méliès (1861-1938), el ilusionista, escenógrafo y cineasta francés, célebre por su cinta Viaje a la Luna (1902), hace su entrada triunfal, para comenzar con una aventura teatral para toda la familia llamada, ahora, del Del conejo a la Tierra.
Escrita por Itzel Lara y bajo la dirección de David Olguín, el montaje que se estrena esta noche en el teatro de avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn, en la Ciudad de México, hace honor al visionario que, en los albores de la cinematografía, logró trasladar al nuevo medio la magia de las artes escénicas.
“La figura que, a fin de cuentas, reunía ambos momentos, justo en el periodo en que se está independizando el cine del teatro”, explica Olguín en entrevista.
“Y en el momento en que el teatro, todavía, encuentra en las producciones fílmicas mucho de la recuperación de tradiciones cómicas como la Commedia dell’Arte, como el teatro de vodevil, como el ilusionismo, la magia, que estaba totalmente entreverado en ese fines del siglo XIX y principios del XX”.
Lara, una dramaturga que también se dedica al guionismo cinematográfico, encuentra en Méliès a un alquimista cuya vida y obra está mejor contada fuera de las restricciones del realismo estricto y la narrativa lineal.
“No es una obra que te cuente de manera biográfica la vida del Méliès. Creo que lo que tiene es un homenaje a la pasión artística y, diría yo, no sólo a la pasión artística, sino a la imaginación humana en su obsesión por lograr lo que quiere una persona, un hombre, una mujer; lograr sus sueños, su ambición, en este caso, artística”, apunta el director.
Como con la entrada fantástica del protagonista al escenario, el montaje se vale de los propios recursos que usó el francés para encantar a la audiencia de su época y que la obra misma describe con el subtítulo de su cartel: “La ilusión del cine, La magia del teatro”.
Así, proyectada sobre la escenografía de Gabriel Pascal, además de una pantalla y el propio telón del teatro, la obra cuenta con un diseño de video, realizado por Daniel Primo, que retoma la particular estética de Méliès y sus trucos de magia e ilusionismo.
Por ejemplo, cuando la obra muestra al artista en su estudio dirigiendo la famosa escena de la pelea entre selenitas y colonizadores de Viaje a la Luna, la producción recreó las condiciones de la filmación, con actores contemporáneos, en un mágico traslape de tiempos.
Interpretado por Antonio Vega, el cineasta está constantemente acompañado de su mancuerna creativa, apoyo y pareja, la actriz Fanny (Gabriela Guraieb), a quien inmortalizó como La dama evanescente, en un cortometraje también recreado para la obra.
Con un intenso trabajo actoral, Pablo Marín le da vida a un celoso científico que no quiere compartir su invención (un proyector) con Méliès, a un comerciante que busca explotar su éxito de taquilla y hasta al astronauta Neil Armstrong.
Entre sus apasionadas y, a ratos tormentosas, empresas artísticas, la cualidad del artista como un alquimista queda resaltada en la figura de un homúnculo (también Marín) creado por Méliès y que, a la larga, se vuelve un hijo para él y para Fanny.
Una autómata, interpretada por Sandra Cecilia y Sofía Gabriel, también recorre el escenario, con sus movimientos mecánicos, entonando canciones que ilustran la trama, como Fly me to the Moon.
Ubicada en un sitio entre la fantasía y la realidad, entre el teatro y el cine, Del conejo a la Tierra muestra a Méliès y a Fanny en el sitio donde acabaron sus días, como vendedores de juguetes en un estanquillo de París.
“Tenían que ser juguetes, ¿no? Digo yo, porque infancia es destino, y tenían que ser juguetes lo que él vendía”, reflexiona Olguín.
Con funciones del 26 de abril al 9 de junio, Georges Méliès, el alquimista, sigue cautivando al público con su magia.