EL-SUR

Martes 22 de Abril de 2025

Guerrero, México

Cultura  

La Cuadra San Cristóbal, una de las obras maestras del arquitecto Luis Barragán, será centro cultural

La conversión se concretará en octubre, pero tendrá una actividad inaugural esta semana con la visita de la artista Marina Abramovic, pionera del performance

Febrero 03, 2025

La edificación fue adquirida por la Fundación Fernando Romero, que pondrá ahí su colección de más de 2 mil objetos como sillas, electrodomésticos y el registro de la historia de las computadoras, informó el arquitecto Fernando Romero, encargado de su preservaciónFoto: Agencia Reforma

Francisco Morales / Agencia Reforma

Ciudad de México

A finales de la década del 60, Luis Barragán (1902-1988) concluyó la construcción de una finca y complejo ecuestre que hoy, a la distancia, se considera una de sus obras maestras: La Cuadra San Cristóbal.
Como parte del desarrollo residencial Los Clubes, que el arquitecto impulsó en Atizapán, Estado de México, este inmueble hoy sintetiza algunos de los valores que han hecho de su autor uno de los proyectistas más emblemáticos de su tiempo.
Con sus amplios muros pintados con su cromática insigne, las sobrias y elegantes caballerizas, y un imponente patio con piscina que invita a la contemplación, La Cuadra es un tesoro a la espera de ser descubierto por el gran público.
Este año, tras ser visitable únicamente con previa cita, abrirá sus puertas como un centro cultural dedicado a preservar y a celebrar la obra de Barragán, ofreciendo un entorno para la creación artística y arquitectónica, y como hogar de una amplia colección de diseño.
Este empeño, llevado a cabo por la Fundación Fernando Romero, se concretará en octubre, pero tendrá una actividad inaugural esta semana con la visita de la artista Marina Abramovic, una pionera del performance que deja la vara muy alta para las visitas de alto perfil que recibirá el espacio.
“Esta es una obra maestra que Barragán hace cuando tenía alrededor de 65 años y es una de las pocas obras que él ya piensa en color desde el inicio”, valora en entrevista el arquitecto Fernando Romero, encargado de su preservación.
Comisionada originalmente por el empresario hípico Folke Egerström, cuyos herederos mantuvieron la propiedad en buen estado durante décadas, La Cuadra fue puesta en venta en 2017 y, ahora, tras será adquirida por la fundación de Romero, está lista para cambiar su vocación a la de espacio cultural.
Su enorme patio interior, con la piscina que servía como abrevadero para los caballos, se antoja como un espacio ideal para realizar intervenciones artísticas temporales y para propiciar iniciativas culturales.
“Barragán se enfoca en el patio y ahí hace una exploración del uso del color, pero sobre todo una demostración de la maestría, yo diría, de la erudición, de la genialidad que tuvo siempre en las proporciones y en la composición”, celebra el arquitecto.
Rodeado de prototipos de maquetas y de modelos terminados de las obras maestras del único mexicano que ha ganado el Premio Pritzker, Romero asegura que lo primero, y lo fundamental, es preservar La Cuadra para que el público pueda apreciarla tal y como fue concebida.
Paralelamente, en un espacio no invasivo con la arquitectura, será montada una exposición permanente que repase la trayectoria del arquitecto.
“Mi estudio ha hecho una construcción de maquetas donde se puede entender la evolución de la arquitectura de Luis Barragán”, explica el presidente de la fundación que adquirió el predio.
Este recorrido irá desde sus primeras obras hasta sus proyectos de madurez, como la propia Cuadra San Cristóbal.
“Como todos los arquitectos evolucionan, de joven empezó a hacer una arquitectura más blanco y negro, muy influenciada por Le Corbusier, del movimiento internacional, y luego, gradualmente, con su relación con los artistas y amigos, con Chucho Reyes, Mathias Goeritz, un artista talentosísimo, y el Dr. Atl incluso, pues empezó a explorar el uso del color”, reseña Romero.
Tal como está, La Cuadra cuenta con predios adyacentes que, sin afectar la integridad del espacio, servirán para la construcción de pabellones temporales de algunos de los arquitectos más destacados del mundo.
“Actualmente estamos trabajando con Kengo Kuma, el arquitecto japonés; Kazuyo Sejima (Premio Pritzker), quien está trabajando con nosotros también en otro proyecto, al igual que Tadao Ando (también Pritzker), y Bjarke Ingels y Thomas Heatherwick, que son los dos arquitectos más talentosos de esa generación”, señala Romero.
El espacio también tendrá un pabellón adicional para albergar la colección de más de 2 mil objetos de diseño de la Fundación Romero, con sus secciones de sillas, electrodomésticos y el registro de la historia de las computadoras.
Además de instaurar una biblioteca, un espacio multiusos para eventos, una tienda de regalos y una cafetería, cada octubre, durante la semana del diseño, la fundación entregará un premio a lo mejor de esta disciplina, así como de la arquitectura y el cine.