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Viernes 26 de Abril de 2024

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Cultura  

Muere el sacerdote y poeta Ernesto Cardenal, la voz moral de la revolución sandinista

El escritor fallece por afecciones renales y cardiacas. Fue parte importante en la lucha armada contra la dictadura de Anastacio Somoza y ahora era crítico del gobierno del presidente Daniel Ortega

Marzo 02, 2020

El poeta Ernesto Cardenal, durante la presentación de su libro Canto a México, el 5 de diciembre pasado en la librería Rosario Castellanos del Fondo de Cultura Económica, en la Ciudad de México .Foto: Agencia Reforma

Israel Sánchez / Agencia Reforma / Redacción

Ciudad de México

El poeta, activista y religioso nicaragüense Ernesto Cardenal, falleció ayer a la edad de 95 años, luego de tener complicaciones de salud relacionadas con afecciones renales y cardiacas, padecimientos por los que fue internado hace cuatro días un hospital de Managua, la capital de Nicaragua.
Así lo dio a conocer su asistente, Luz Marina Acosta, quien detalló que el deceso ocurrió a las 3:10 de la tarde, hora local. “Nuestro amado poeta ha emprendido su proceso de integración al universo, con la mayor intimidad con Dios”, dio a conocer Acosta a agencias internacionales.
“Bienaventurado el hombre”, escribió Ernesto Cardenal en el Salmo 1, “que no sigue las consignas del Partido ni / asiste a sus mítines / ni se sienta a la mesa con los gánsters / ni con los Generales en el Consejo de Guerra”.
Unas brevísimas líneas en las que resuenan lo mismo el afecto religioso del sacerdote trapense que el reclamo libertario.
Cardenal era uno de los más destacados representantes de la llamada teología de la liberación. Su compromiso político lo hizo apoyar la lucha armada contra la dictadura de Somoza, una dinastía que gobernó Nicaragua por más de 40 años, y más recientemente plantar cara al gobierno del presidente Daniel Ortega, cuyos desmanes y arbitrariedades denunciaba allá donde viajaba a presentar su poesía.
Su compromiso con los más pobres y contra las injusticias lo convirtieron en la voz moral de la revolución sandinista, un proyecto con el que se comprometió a fondo y le valió la reprimenda del papa Juan Pablo II, para quien un sacerdote no podía inmiscuirse en los asuntos políticos.
“¡Nicaragua sin Guardia Nacional, veo el nuevo día! Una tierra sin terror. Sin tiranía dinástica”, había escrito en uno de sus poemas más celebrados, Canto nacional.
Apenas en diciembre pasado, aunque en silla de ruedas y asistido por enfermeros, Cardenal leía en México un poema dedicado a Nezahualcóyotl con un ímpetu que devenía en arenga, haciendo gala tanto de su peculiar y bien labrado estilo como de su profundo conocimiento y admiración por el mundo precolombino.
“Ven otra vez a presidir junto al lago / la reunión entre flores y cantos de presidentes poetas. / Ponte en tu cabeza / tu corona de flores, / ¡oh Rey Nezahualcóyotl!”, exclamó entonces en la librería Rosario Castellanos, un día después de ser homenajeado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador –cuya victoria electoral celebró el nicaragüense– por medio de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Su partida tras una vida de quehacer poético, fe religiosa y disidencia política, retumbó en todos estos ámbitos, pero principalmente en el de las letras, donde su compatriota y amigo cercano Sergio Ramírez dijo quedarse sin un “hermano mayor, guía moral y modelo literario”.
“Con él se va parte esencial de mi propia historia. Ernesto Cardenal fue un poeta que transformó el sentido de la poesía e hizo una enorme contribución a nuestra lengua”, aseguró el Premio Cervantes nicaragüense en entrevista con Reforma.
Tras darse a conocer el fallecimiento, el presidente Daniel Ortega, quien persiguiera a Cardenal tras regresar al poder en 2007, decretó tres días de duelo nacional.
“Ojalá le hubieran dado este reconocimiento en vida, cuando lo que hicieron fue atropellarlo”, consideró Ramírez sobre el anuncio oficial, que incluso es equívoco al decir que el nicargüense se hizo con el Cervantes, cuando entre sus premios figuran realmente el Internacional Mario Benedetti o el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2012, siendo el Nobel, acaso, el gran deudor.
Tras la noticia de la muerte de uno de los máximos exponentes de la poesía latinoamericana, en su cuenta de Twitter, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, publicó: “México lamenta profundamente el fallecimiento de Ernesto Cardenal” y en la cuenta oficial de la Secretaría de Cultura lamentaron “el sensible fallecimiento del poeta nicaragüense Ernesto Cardenal. En diciembre recibió un homenaje dentro del Encuentro Latinoamericano México contra los extremismos: el valor de la cultura frente al odio”.