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Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Cultura  

Salen a subasta cartas de Hidalgo y Morelos que habrían estado en el Archivo General de la Nación

Demandan académicos que se aclare el origen de los documentos que la Casa Morton pondrá a la venta hoy. También se pondrán a puja correspondencia de Guerrero y un mapa de Acapulco del siglo XVIII

Yanireth Israde / Agencia ReformaCiudad de México

Septiembre 08, 2020

 

El mapa de Acapulco que será subastado hoy Foto: Tomada de la página de la Casa Morton

La subasta de libros y documentos sobre la Independencia de México, el Primer Imperio y la Primera República, prevista hoy martes en Casa Morton, incluye documentos que, según referencias históricas, habrían pertenecido al Archivo General de la Nación (AGN), como un manuscrito de Miguel Hidalgo de 1810.
Lo señalan historiadores de instituciones como la UNAM, el Instituto Mora y El Colegio de Michoacán, quienes en dos cartas con fecha de ayer lunes piden al director del AGN, Carlos Ruiz Abreu, aclare el asunto y dé más atención a las transacciones comerciales que involucran al patrimonio documental mexicano.
La subasta, programada para las 5 de la tarde horas, incluye también correspondencia de personajes como Agustín de Iturbide, Nicolás Bravo y Vicente Guerrero, así como el primer mapa de Acapulco a color, que data de 1724.
La vista del puerto es un dibujo de Johannes Vingboons, basado en una pintura hecha en el siglo XVII por el ingeniero alemán Adrian Boot. En la imagen destaca el Fuerte de San Diego, que rediseñó el mismo Boot, informa la Casa Morton en su página de internet.
“Quienes firmamos esta carta estamos intrigados sobre el origen de dichos documentos”, refieren Carlos Herrejón, Virginia Guedea, Verónica Zárate, Alfredo Ávila y Rodrigo Martínez Baracs, entre otros historiadores.
La otra misiva, suscrita por el Comité Mexicano de Ciencias Históricas, solicita a Ruiz Abreu informe “si la subasta anunciada, por contener documentos de interés público, cuenta con la corroboración del Archivo General de la Nación sobre la intención del traslado de dominio de dichos documentos”.
Ambas cartas citan el Artículo 77 de la Ley General de Archivos, que indica que, en caso de venta de acervos y archivos privados, “el particular deberá notificar por escrito al Archivo General, para que este manifieste en veinte días hábiles su interés en adquirirlo”.

“Saquean los archivos y luego venden los documentos”

“Estas (cartas) son una manera de manifestar nuestra preocupación por el patrimonio histórico de México”, dijo en entrevista la historiadora Verónica Zárate.
“Estas subastas se enriquecen muchas veces extrayendo documentación que ya está custodiada en los repositorios documentales de México. Saquean los archivos y luego venden los documentos; muy distinto sería si una familia tuviera documentos valiosos entre los papeles que heredó, los pusiera en subasta y los comprara una institución que los pudiera custodiar, mantener y poner al servicio. Eso sería muy valioso porque se asegura la preservación del patrimonio, pero si (las personas) van a los archivos, extraen los documentos y los ponen a la venta o los subastan es muy preocupante, sobre todo porque ya no hay ninguna protección”, añadió la especialista en el periodo de la Independencia.
Luego, estos documentos tienen como destino universidades o bibliotecas extranjeras, lamentó.

Dice la Casa Morton que sus catálogos son revisados por las autoridades

Consultada sobre si la persona propietaria o responsable de los documentos notificó al AGN que los pondría en venta, la responsable de Relaciones Públicas de Casa Morton, Kristina Velfu, dijo no tener información al respecto. Pero los catálogos, añadió, son ampliamente revisados por las autoridades.
Hasta ahora, aseguró, el Archivo no ha manifestado su interés en adquirir el referido acervo. La subasta, entonces, se mantiene en pie, afirmó Velfu en entrevista.
Vía una carta a Reforma, Morton Subastas –que tiene oficinas en México y Estados Unidos, pero no especifica desde qué país opera– detalló los protocolos que rigen las subastas que organiza, que consisten en difundir de manera pública y masiva los catálogos respectivos, hacer del conocimiento público los resultados de las ventas y ser parte del sistema internacional The Art Loss, que revisa y coteja los catálogos de subastas en todo el mundo con los reportes de robo.