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Martes 07 de Mayo de 2024

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Espectáculos  

Dialogan sobre la discriminación, el acoso y los prejuicios en el Festival de Cine de Mar del Plata

Las mujeres transexuales “tenemos una visibilidad muy pequeña, no sólo en el cine sino en la vida”, señala la actriz brasileña Julia Katharine, y advierte que la situación en su país puede empeorar con la llegada a la presidencia del ultraderechista Jair Bolsonaro

Mar del Plata, ArgentinaDPA

Noviembre 12, 2018

 

Los esterotipos, la subrepresentación del colectivo trans o el acoso y los prejuicios que enfrentan las mujeres en la industria audiovisual fueron algunos de los temas que abordó ayer el primer Foro de Perspectiva de Género del Festival de Cine de Mar del Plata, en el que participaron, entre otras, las actrices argentinas Calu Rivero y Muriel Santa Ana.
“Esta es la primera vez que una mujer dirige un festival clase A”, apuntó su flamante directora, Cecilia Barrionuevo, en medio de los aplausos de la audiencia, entre la que se encontraban también las actrices argentinas Mercedes Morán, Maite Lanata –que interpreta un personaje trans en la serie 100 días para enamorarse– y María Alché, que ganó hace poco el premio Horizontes Latinos de San Sebastián por Familia sumergida. “Sentí la responsabilidad de que mi paso por el festival generara algún cambio posible”, explicó Barrionuevo.
En la primera de dos jornadas dedicadas a temas de género, cada una de las expositoras –entre las cuales también estaban la actriz argentina Noemí Frenkel, la actriz trans brasileña Julia Katharine, la cineasta armenio-francesa Valerie Massadian y la filósofa argentina Esther Díaz– destacó algunos de los aspectos que creen que deben cambiar en la industria del entretenimiento y la sociedad en general.
Calu Rivero recordó sus inicios como actriz, a los 17 años. “Estaba hambrienta por interpretar personajes inteligentes, complejos, imperfectos pero reales, mujeres con cicatrices como las que había conocido. Pero cuando empecé a hacer castings me di cuenta de que los roles disponibles para las mujeres eran terribles”, contó la protagonista de la telenovela Dulce amor.
“Un día empecé a sentir vergüenza de actuar esas escenas porque mis valores no me lo permitían”, dijo la actriz, que se convirtió en una de las referentes del movimiento #MeToo en Argentina al denunciar haber sufrido acoso sexual por parte del actor Juan Darthés. “Ahora soy consciente de lo que quiero representar como mujer”, aseguró.
Por su parte, su colega Muriel Santa Ana (Ciega a citas), una de las voces de más alto perfil del colectivo de Actrices Argentinas que luchó este año por la despenalización del aborto (que finalmente no fue aprobada por el Senado), señaló que el trabajo de la actriz siempre ha sido precario, más aún que el de los actores.  “Ahora bien, en el universo de nuestro trabajo conviven la precariedad y el privilegio. Privilegio porque en este mundo ser actriz lo es, y porque el arte es un privilegio”.
Santa Ana denunció “los paradigmas femeninos que en la maquinaria de la industria audiovisual se cristalizan y se reproducen infinitamente” e invitó a deconstruirlos por considerarlos “los primeros gestos de violencia sobre el cuerpo de las mujeres”.
Sin embargo, también reconoció la actuación como un espacio de liberación para las mujeres. “Hay algo de la marginalidad de nuestra profesión que a estas mujeres les permitió correrse de lo que se esperaba de ellas. Quizá por estar condenadas de antemano por el hecho de ser actrices, eso mismo abría espacios de libertad. Porque actuar es una forma de ser libre”.
Massadian, que forma parte este año del jurado de la competencia internacional del festival, alentó a las mujeres a hacer uso de su “sensibilidad diferente” a la hora de hacer cine y recordó cómo, cuando buscaba financiamiento para su primera película, “Nana” –premio a la mejor ópera prima en Locarno en 2011– el primer productor con que habló quiso llevársela a la cama y el segundo explicarle cómo hacer su trabajo.
“La vida no debería ser como un hombre viejo, blanco y enfermo que prefiere arrastrarte a su muerte que dejarte ser. Creen su propio sistema dentro del sistema. En la sociedad capitalista, para escapar del padre abusivo hay que ser independiente económicamente. Tenemos que estar juntos, construir colectivos”.
En tanto, la actriz trans brasileña Julia Katharine conmovió al auditorio al afirmar: “Soy una mujer trans y estar aquí es una victoria para mí y las mujeres trans y travestis de Brasil. Tenemos una visibilidad muy pequeña, no sólo en el cine sino en la vida”, indicó en medio de fuertes aplausos.
La protagonista del filme Lembro mais dos corvos, de Gustavo Vinagre, que forma parte de la competencia vanguardista Estados Alterados del festival, confesó que participar del foro le dio nuevas esperanzas. “Brasil está comenzando un proceso de dictadura. Estoy pensando en cómo pueden empeorar las cosas a partir del 1 de enero en Brasil”, dijo en referencia a la victoria del ultraderechista Jair Bolsonaro en las elecciones presidenciales.
El foro continuará mañana con una segunda jornada en la que participarán la actriz y activista Marina Glezer y la periodista y escritora Florencia Etcheves, entre otras.