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Martes 30 de Abril de 2024

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Hay muchos casos, pero uno de los más importantes y conmovedores es el de Ayotzinapa: Amath Escalante

Recuerda el director mexicano, luego de presentar en Cannes la película Perdidos en la noche, que los normalistas “iban a protestar, a buscar justicia, en lo que ellos creían”

Mayo 22, 2023

Mario Abner Colina / Agencia Reforma

Ciudad de México

Amat Escalante admite que su relación con Guanajuato, su casa y el lugar donde nacen sus ideas para crear cine, podría ser llamada “romántica”.
“Le tengo mucho cariño a Guanajuato. Es un apego medio romántico, tal vez, de inspiración”, admite en una videollamada desde Cannes, Francia, en cuyo Festival de Cine fue ovacionado hace unos días por su nueva película, Perdidos en la noche.
El calificativo “romántico”, con su matiz de sentimental, no desentona si se pone atención a los hechos: su estado es, desde hace tiempo, el que sufre mayor número de homicidios dolosos en México.
“Es muy triste lo que está pasando en todo México, y ahorita le está pasando a Guanajuato en particular: crecer en ese sentido, de forma negativa, en el rubro de la inseguridad”, concede.
A pesar de ello, el director de las durísimas Heli y Los bastardos, galardonado como Mejor Director en Cannes y Venecia, no se plantea, por el momento, empacar sus cosas y emigrar a, por ejemplo, Los Ángeles.
¿La razón? Entre otras cosas, que ni él, en lo personal, ni su quehacer fílmico, en lo profesional, han padecido de la inseguridad que ha golpeado a tantas personas.
“La verdad es que fue muy placentero el proceso de hacer la película. Nunca sentí inseguridad en ese sentido. Sabemos todos que en México la cuestión de la inseguridad es relativa y si tienes mala suerte, puedes tener muy mala suerte”, dice.
“Trabajo de una forma artesanal, creo, si me puedo comparar con colegas, cineastas. Me apoyo mucho en gente cercana a mí y mi lugar local. Es hasta ahora lo que he hecho”, agrega.
Perdidos en la noche, su quinto largometraje, que representó a México en Cannes fuera de concurso, fue filmado casi en su totalidad en locaciones guanajuantenses.
A través del personaje de Emiliano (Juan Daniel García Treviño, Ya no estoy aquí), Escalante medita en temas como las desapariciones forzadas, la búsqueda de la justicia, la inacción de las autoridades y la voracidad de las empresas internacionales con los recursos nacionales.
En un país con más de 100 mil desaparecidos, el director menciona que en particular una de las fuerzas inspiradoras de Perdidos en la noche fue el caso de los 43 de Ayotzinapa.
“Hay muchos casos, pero uno de los más claros, importantes y conmovedores es el de 2014, el de los 43 desaparecidos, que eran activistas, que iban a protestar, a buscar justicia, en lo que ellos creían.
“Y haber sido eliminados de esa forma tan brutal y rara, que la violencia haya llegado a esos niveles, me cambió la percepción de cómo estaba la situación. Todos estábamos concientes (de la violencia), pero llegar a ese nivel masivo fue un punto de quiebre”.

Se liberan con Amat

En sus 27 años de carrera, Bárbara Mori siempre había buscado alcanzar la perfección ante las cámaras, pero durante el rodaje de la película Perdidos en la noche, del laureado Amat Escalante, sintió una libertad que desconocía en su profesión.
En particular, la protagonista de la telenovela Rubí recuerda que, durante su preparación con una coach actoral, ella le dijo que no tenía que pensar en el resultado, sino que lo principal era estar presente y dispuesta para sus compañeros en escena para retratar una realidad violenta.
“Le quitó todo el peso a todo lo que siempre me había pesado en mi carrera y me permitió disfrutarlo, incluso. Cuando empecé a actuar, tenía la presión de hacerlo bien, porque tenía que encontrar un lugar en el mundo, tenía que ser aceptada”, recuerda la actriz en entrevista.
“Tenía esta necesidad y esta carencia por la herida y dolor de infancia que me ha perseguido por muchos años. (En la filmación) Hubo un proceso muy bello y muy sanador para la actriz que soy, que arrancó a actuar a los 18 años con unas necesidades, pero que hoy la mujer de 45 no las tiene”.
En la película, presentada en el Festival de Cine de Cannes, interpreta a Carmen, una estrella del pop, cuya familia, los Aldama, podría estar relacionada con la desaparición de una mujer.
Al estudiar su personaje, Mori reconoció que esta se encontraba en la búsqueda de un sentido de pertenencia, igual que ella en algún momento por el abandono familiar en el que creció.
Tras este rodaje, Mori se considera transformada y ansía que lleguen papeles que la lleven a lugares muy distintos a los que ha estado.
“Aprendí por primera vez, después de 27 años trabajando de otra forma. Con la coach Tatiana arrancamos un proceso de ensayos desde la improvisación y fuimos explorando posibilidades. A la hora de estar en el set, Amat es un director que busca constantemente, que está todo el tiempo cuestionándose, dudando.
“Nunca tienes la seguridad de nada porque no sabes a dónde va a ir. Para mí fue un proceso muy enriquecedor como actriz”, aseguró.

El sentido del arte

Perdidos en la Noche lleva una reflexión, dentro y fuera de la pantalla, sobre la relación del arte y la violencia, consideró el actor Fernando Bonilla.
La cinta se ambienta en la lucha social de un poblado contra una minera transnacional y aborda la desaparición de una mujer.
A esos horrores no es ajeno el artista conceptual Rigo, encarnado por Bonilla, quien vio en el personaje oportunidades de reflexionar.
“Sumergirme en algo tan apasionante como esto fue maravilloso, pero sobre todo la posibilidad de cuestionar cuál es el sentido de hacer arte en un contexto de violencia y de corrupción, si es legítimo y es ético utilizar el dolor de otras personas para la creación artística para la fama y para el prestigio.
“Son inquietudes que tengo desde antes de la película y me permitieron expresar”, considera Bonilla en entrevista.
El padre de Escalante también se dedica al arte y, si bien pintó algunas cosas para el largometraje, Bonilla resaltó que el personaje que interpreta tuvo otros referentes.
Bonilla se considera principalmente actor teatral, por lo que se sintió cómodo con el peso a la improvisación que proponía Escalante, con quien ya había trabajado en Narcos: México.
“Amat me escribió uno de los mensajes más lindos entonces (cuando murió su padre, Héctor Bonilla). Me dijo: ‘Yo no conocí a tu papá, pero siento que lo conocí a través de ti’”, recuerda.