Jeffrey Epstein: Asquerosamente rico, la serie documental sobre el multimillonario financiero acusado de tejer una enorme red de tráfico sexual de menores, manda una alerta tanto a abusadores como víctimas, considera el mexicano Leopoldo Gout, uno de sus productores.
“Queremos que ayude a otras sobrevivientes a hablar, y a que gente tan corrupta como él la piense dos veces. Queremos que haya un destello de luz. Ojalá la tragedia de este documental sirva de algo a la sociedad”, medita Gout en entrevista telefónica.
A debutar en la plataforma de Netflix el miércoles 27 de mayo, el proyecto corre la cortina y expone a quien fue uno de los depredadores sexuales más activos de los últimos años en Estados Unidos.
Amigo de Donald Trump, del príncipe Andrés de Inglaterra y del productor Harvey Weinstein, Epstein apareció ahorcado en su celda en agosto de 2019, mientras esperaba un juicio por crímenes sexuales cometidos entre 2002 y 2005.
Ya fuera en sus mansiones de Nueva York, Palm Beach o hasta en su isla privada en el Caribe (conocida como la Isla de los Pedófilos), atraía a adolescentes, algunas incluso de 14 años, con la promesa de que recibirían cientos de dólares si le brindaban un masaje… lo cual nunca resultaba ser tal.
A su vez, las chicas se encargaban de reclutar a nuevas víctimas.

Quiso silenciar el proyecto

Epstein fue arrestado en julio de 2019 en Nueva Jersey cuando volvía de París, pero el documental, dirigido por Lisa Bryant e inspirado en el libro Filthy rich de James Patterson, le seguía la pista por varios años.
Gout (Molly’s game) relata que antes de ser tomado por Netflix, Jeffrey Epstein: Asquerosamente rico, fue propuesto para su exhibición para otras compañías, pero todas se lavaron las manos, temerosas de las represalias del financiero y sus amigos .
“Epstein estaba libre y tenía todo el poder del mundo cuando empezamos a desarrollar el proyecto. Al equipo de investigadores, por ejemplo, lo empezaron a seguir. Epstein estaba investigando a todos los que estábamos involucrar.