EL-SUR

Viernes 17 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Espectáculos  

Por su trafondo real respecto a los abusos sexuales, Un actor malo es una película cruda, dice el director

Se usaban trucos para que las actrices, en escenas eróticas, tuvieran reacciones “naturales”, señala el director Jorge Cuchí

Abril 06, 2024

Paula Ruiz / Agencia Reforma

Ciudad de México

Hablar de una violación es de por sí un tema fuerte, difícil y dramático.
Pero añadir que la historia de la película Un actor malo, del director y guionista Jorge Cuchí, está inspirada en hechos reales, la hace aún más cruda.
“Estaba yo en 2020 terminando mi primera película y me encontré en el internet una entrevista de Maria Schneider sobre Bernardo Bertolucci y Marlon Brandon. Ahí ella contaba que en los 70, cuando hicieron El último tango en París, se sintió violada durante la filmación de una escena que se hizo muy famosa que se llamaba ‘la escena de la mantequilla’”, contó Cuchí.
“Busqué a ver qué decía Bertolucci y me encontré en YouTube en el que él dijo que Marlon y él se pusieron de acuerdo para que le untara mantequilla en sus partes íntimas, pero sin su consentimiento y sin decirle nada, para obtener una reacción de ella que fuera auténtica, de una verdadera mujer y no de una actriz. Que la humillación y la rabia fueran verdaderas”.
Así nació Un actor malo: Sandra (Fiona Paloma) es una joven actriz que filma una película y tras una escena de intimidad con su coprotagonista Daniel (Alfonso Dosal) denuncia haber sido violada frente a la cámara.
La trama de Cuchí no sólo pisará callos en la industria fílmica, además devela una realidad que lastimosamente hoy en día todavía puede suceder.
La buena noticia es que a partir del #MeToo en Estados Unidos, movimiento que se levantó como denuncia de las mujeres que han sido abusadas en la industria del cine, se creó en 2018 en los sets de filmación la figura de un “coordinador de intimidad”.
“Ahorita hay coordinadores de intimidad que concientizan a los actores de dos formas: por un lado, que le están haciendo daño a una persona, y se trata también de estar consciente que estás en un trabajo y no puedes lastimar a una persona. A mí me gusta mucho ver temas sociales que no han sido tratados con seriedad, pero que son de interés para un gran público”, compartió Cuchí.
“En nuestro caso fue una filmación muy bien planeada, disciplinada y armoniosa. Muy controlada en temas de protección, de género, que nadie se pasara de la raya. Todas las mañanas les decía: ‘No se van a tolerar conductas fuera de lugar’, y la gente sabía lo que estábamos haciendo y nunca tuvimos el menor problema”.