EL-SUR

Viernes 03 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Espectáculos  

Viven discriminación los actores y actrices LGBT en México, señalan desde el FIC de Guadalajara

Su participación se relega a unos cuantos papeles que perpetúan los estereotipos sobre la diversidad sexual, critica el director del Premio Maguey, Pavel Cortés

Alejandra Carrillo / Agencia ReformaCiudad de México

Octubre 19, 2020

 

La historia de Daniela Vega puede ser leída como una historia de inspiración. Una mujer transexual protagonista de un filme chileno que fue merecedor del Oscar en 2017 por mejor película extranjera. Una mujer fantástica, como se titula el filme, fue premiado en múltiples ocasiones y ella celebrada como mejor actriz en varios galardones.
Ella, enfundada en un despampanante vestido rosa, subió al podium en 2018 como la primera mujer trans presentadora de un galardón, invitó al público a “abrir sus corazones, y sus sentimientos, para sentir la realidad, para sentir amor”.
Durante su trayectoria, el mensaje de Daniela ha sido claro: que el cine y las pantallas en general deben representar la realidad de las personas que se sientan frente a ellas. Pero la historia de Daniela, por maravillosa que sea, es una excepción.
La representación de las personas trans y no binarias en la televisión y la cinematografía sigue siendo minoritaria. Todavía los papeles de mujeres trans se interpretan por ejemplo por mujeres y hombres cisgénero, es decir, que se identifican con el género que les fue asignado al nacer, y las actrices y actores trans están relegados a unos cuantos papeles, muchos de los cuales perpetúan estereotipos que no les permiten contar historias profundas, distintas, complejas.
Pavel Cortés, director del Premio Maguey, la sección dedicada a la comunidad LGBT+ en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, –a realizarse del 20 al 17 de noviembre próximo–, dijo que la de la representación trans es una discusión pendiente en la cinematografía.
“Cuando comenzamos el festival, predominaban filmes sobre la realidad homosexual de hombres cis, con los nueve años que tiene el Premio Maguey nos hemos dado cuenta de cómo han evolucionado los discursos en las diferentes películas. El siguiente boom en este sentido es el cine sobre mujeres trans, hubo quizá desde la tercera edición una gran cantidad de películas enfocadas en la letra T en la LGBT, las personas transgénero, transexuales y el travestismo”, comenta Cortés.
Los primeros referentes del cine mexicano que aborde esta realidad se remontan a las películas como El lugar sin límites (1978), de Arturo Ripstein, un referente obligado del cine queer, la primera película mexicana, según Pavel Cortés, que representa de manera heroica un personaje queer.
En un contexto general personas que se travisten se abordaban de una forma cómica, en el caso de los hombres que se identificaban o se travestían como mujeres, y en un sentido romántico pero siempre desde la heterosexualidad cuando se trataba de mujeres vestidas como hombres.
Filmes como Me ha besado un hombre (1994), del director Julián Soler, terminaban engrosando los estereotipos cisgénero, como que una mujer travestida de hombre termine enamorándose del protagonista heterosexual que reafirma así su masculinidad, porque siempre le gustó una mujer.
Estas puertas, según Cortés, se seguirán abriendo, y más historias representarán mejor a la comunidad trans en México poco a poco. Hoy en día hay filmes de documental y ficción que vale la pena conocer, aunque no tengan una gran fuerza de difusión y distribución.
“Por suerte, y no por una casualidad, el cine refleja el momento en el que vivimos y viceversa. El cine es un espejo y también nos deja ver más allá de nosotros mismos. Los discursos de estas realidad y sus reflexiones nos unen porque todo somos humanos”, señala.
Queda una discusión y ésta es sobre la legitimidad de que personas cisgénero interpreten en el cine a personas transgénero y la inclusión de actores y actrices trans o no binarios en el espectro cinematográfico.
Para él esta discusión es una de las más complejas que hay que hacerse en la industria de la cinematografía latinoamericana, pero que por más opiniones haya, la que hay que escuchar y en realidad la más importante es la de las personas trans.
“Son ellas y ellos, y elles, quienes tendrán la última palabra sobre qué representaciones les parecen respetuosas y con qué historias se sienten identificadas o no. Al final del día esa es la discusión que importa y son esas voces las que deberán hablar por sí mismas”, dijo.

La identidad trans no es un personaje

Dana Karvelas es una actriz mexicana. Ha interpretado varios papeles de varios tamaños en filmes internacionales y nacionales. Ganó el premio a Mejor Actriz en el Festival de Cine Fantástico, Terror y Sci-fi por su papel en la cinta Estrellas solitarias (2014).
La semana pasada ofreció una charla en el programa Ted Talks Jardín Zenea, donde habló sobre las dificultades de la industria que eligió. Estas dificultades no ocurren necesariamente porque ella sea una mujer trans, sino porque la industria del cine y la televisión mexicana, incluso el teatro, busca los mismos cuerpos estereotipados: personas de tez blanca y por supuesto, cisgénero.
En entrevista para Reforma contó que le ha costado trabajo entrar a la industria, pero tanto como a cualquier actor, y que siente que hay esperanza en el futuro para papeles sobre trans más complejos, con historias reales, historias insertas en contextos diferentes, del género que sea.
“Se ha confundido mucho el tema de si a una chica trans la puede interpretar una mujer o un hombre cis, se me hace una tontería por decir lo menos, porque creo que ellos saben perfectamente que saben de dónde echar mano, hay muchas chicas trans que son actrices o muchas chicas trans que no son actrices pero que podrían hacer un personaje, el hecho de que segreguen ese segmento habla de una transfobia: no darle la dignidad a una persona”, dijo.
Cuando a una persona cis le toca hacer un personaje trans habla de un reto, pero no es un reto interpretar a un hombre o a una mujer, el reto está en la complejidad y la profundidad del personaje, sus circunstancias, sus matices, sus acciones. No en su identidad de género.
“Tu personaje es un abogado, un gángster, un asesino. Ese es el personaje. La identidad trans no es un personaje”, explicó Karvelas.