Comenzó el rearme de policías municipales ayer, pese a declaraciones previas de su jefe

El armamento lo recibieron sólo 16 agentes que están certificados para que participaran en un operativo con la Marina, informa el secretario de Seguridad Pública, Geovanni Raúl Mejía Olguín. Sigue el proceso de entrega-recepción en la dependencia y una vez que concluya se podrá hacer un plan, dice

 

Argenis Salmerón y Daniel Velázquez

Un día después que el secretario de Seguridad Pública municipal, Geovanni Raúl Mejía Olguín, dijo que la Policía Municipal seguiría desarmada por tiempo indeterminado, el Ayuntamiento informó ayer que el mismo funcionario dio a conocer que ya se entregaron armas a algunos agentes certificados y que “poco a poco” otros las recibirán.
Ayer a 16 policías preventivos les regresaron sus armas para un operativo conjunto con la Marina, luego que el pasado 25 de septiembre fueron desarmados en una aparatosa operación encabezada por marinos.
En declaraciones en el Palacio Municipal, el secretario dijo que los policías volverían a portar armas pero ajustados a la ley, y que por lo pronto serían “muy pocos” los que podrían hacerlo.
Al mediodía de ayer, los agentes municipales seguían desarmados desde que la Secretaría de Marina y el gobierno estatal tomaron la dependencia, y luego comenzaron a recibir sus armas.
Antes de la 1 de la tarde, afuera de la SSP se observaron tres patrullas de la Policía Preventiva, con 16 agentes armados.
Minutos después, tres patrullas de la Marina con al menos 15 efectivos llegaron a las instalaciones.
Posteriormente, las tres patrullas de agentes municipales armados acompañaron a los marinos a los operativos en diferentes puntos de la ciudad.
Fuentes de la corporación dijeron que por instrucciones del secretario de Seguridad Pública se entregaron las armas a los agentes certificados, quienes se dirigieron a la bodega, mostraron una identificación y después se anotaron en una bitácora.
Informaron que los agentes comenzaron a recibir el armamento, pero sólo algunos: los que salen a las calles a operaciones en patrullas de la dependencia.
Los agentes fueron desarmados el 25 de septiembre, cuando la Marina y el gobierno estatal tomaron la Secretaría de Seguridad Pública, operación en la que se detuvo a dos mandos acusados de homicidio.
Apenas el domingo, el jefe policiaco Geovanni Raúl Mejía Olguín informó que la Policía Municipal seguiría desarmada por tiempo indeterminado, porque estaba en proceso el trámite de la licencia colectiva.
En un boletín distribuido ayer a las 4:30 de la tarde, el jefe policiaco indicó que con la finalidad que que “el personal certificado de la corporación” se puedan cubrir los servicios en coordinación con otros órdenes de gobierno, ayer se les regresó el armamento.
Añadió que “poco a poco” se irá armando a los agentes que cumplieron y aprobaron las evaluaciones de ley para participar en los operativos que se llevan a cabo en el municipio, trabajando en forma conjunta con dependencias que conforman los Grupos de Coordinación Guerrero y Acapulco.
Precisa que el armamento se encuentra en las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública bajo resguardo, y que se liberan para que sean utilizadas en los diferentes servicios. Así también que las acciones emprendidas por la Fiscalía General del estado por el armamento no encontrado, continúan con la investigación correspondiente.
En el boletín el gobierno municipal no precisó cuántos agentes están armados o acreditados.
De acuerdo con la síndica de Gobernación y Seguridad Pública, Leticia Castro Ortiz, en la dependencia hay 360 policias certifciados de mil 100 agentes que hacen labores de seguridad.

Muy pocos tienen armas

Al medio día, en declaraciones a reporteros en el Palacio Municipal, el secretario de Seguridad Pública fue consultado sobre la entrega de las armas a los policías, y respondió que esa decisión estaba sujeta a cuestiones legales. “Yo no puedo armar gente nomás por armarla, todo tiene que estar previamente arreglado con la Sedena y con quien competa”.
De cuántos agentes municipales están armados, Mejía Olguín indicó que “muy pocos” y que no podía especificar un número.
Explicó que su visita al Palacio Municipal fue para hablar sobre la entrega de armas a los policías, pero no abundó. Minutos después se conoció que 16 de ellos las habían recibido para participar en labores de patrullaje con la Secretaría de Marina.

Investigará la Fiscalía infiltraciones en la SSP

Mejía Olguín dijo que busca dar resultados de manera inmediata ante el problema de la inseguridad en el municipio, pero ajustado a la legalidad.
También informó que la Fiscalía General del estado investigará las posibles infiltraciones de en la Policía Municipal por grupos delictivos, pero que de eso no podía hablar.
Se le preguntó porqué decidió aceptar la invitación de la alcaldesa Adela Román Ocampo para hacerse cargo de la seguridad pública en el municipio, donde han estado a cargo otros jefes policiacos que no han podido resolver el problema, y respondió que “yo soy acapulqueño”.
“De lo pasado no te puedo hablar, eso le compete juzgarlo a quien lo hizo mal y a la autoridad competente”, dijo.
Luego se le preguntó cuáles son las instrucciones que le dio la alcaldesa al asumir el cargo para enfrentar el problema de la inseguridad en el municipio, pero indicó que eso no quería hablarlo ante la prensa. “Lo que sí les puedo decir es que ella está cien por ciento comprometida en que esto cambie, todo para bien”.
Afirmó que conoce a Román Ocampo por cuestiones de trabajo de seguridad. Y del municipio conoce las zonas de inseguridad y conflictivas “totalmente”.
Al preguntarle si tiene miedo por la presunta infiltración de la delincuencia organizada en la Secretaría de Seguridad Pública, Mejía Olguín respondió que el miedo es una reacción natural “que siempre lo tenemos presente, que nos mantiene alerta”.
Sobre las infiltraciones en la Policía Municipal, explicó que desde que forma parte de la Policía Federal en 2003, ha estado en las áreas de investigación contra la delincuencia organizada.
Se le preguntó si se desmantelará la secretaría para depurarla y abatir las infiltraciones, y respondió que no habrá un desmantelamiento de esa dependencia, sino que apegado a la legalidad se quitará “a la gente que está haciendo mal uso de los recursos y de la policía”.
A pregunta expresa sobre cómo combatirá la infiltración de la delincuencia dentro de la dependencia, Mejía Olguín señaló que si alguien es denunciado se le va a investigar en coordinación con la Fiscalía General del estado; “le va a salir una orden de aprehensión y pues ni modo, que pague lo que tenga que pagar”.
–¿Podría haber más policías detenidos además de los del pasado 25 de septiembre?
–Eso depende de la Fiscalía y no te puedo hablar de investigaciones.
Los detenidos el 25 de septiembre fueron Luis Fernando, El Félix, y Brayan Antonio, El Brayan por su probable responsabilidad en el delito de homicidio calificado, quienes hasta ese día eran mandos operativos de la Secretaría de Seguridad Pública.
El secretario indicó que los regidores saben de su nivel de estudios, que cursó hasta el décimo semestre en el Instituto Tecnológico de Acapulco la carrera de Arquitectura, y está en trámite de un comprobante de estudios.
Mejía Olguín insistió en que sigue el proceso de entrega-recepción en la secretaría, y que una vez que concluya podrá hacer un plan, una vez que conozca con lo que cuenta para trabajar de manera inmediata.
Se le preguntó cómo se va a contener la violencia porque lo que vemos es que la policía sólo actúa en reacción a los hechos, y Mejía Olguín respondió que las autoridades de los tres niveles trabajan en coordinación y que ahora podrán hacerlo “mejor” porque ya se conocen. “Tenemos grandes amigos, colaboradores y compañeros de trabajo”.
Luego un reportero le preguntó si él formó parte de los agentes que participaron en la toma de la Secretaría de Seguridad Pública el pasado 25 de septiembre, y respondió que de cosas confidenciales no podía hablar.
El mismo reportero le dijo que se le acusa de haber golpeado a policías el día que fue la tomada la secretaría, y Mejía Olguín respondió: “no creo”.