EL-SUR

Lunes 20 de Mayo de 2024

Guerrero, México

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En las alturas aportan para la reconstrucción

Se arriesgan trabajadores que colocan en las alturas ventanas en edificios dañados por Otis Son 15, cinco mujeres, cinco hombres, y una mujer trans, y otros cuatro ayudantes que desde las 6 de la mañana inician su jornada laboral Jacob Morales Antonio Para Daniela y Edgar ser parte del proceso de reconstrucción, luego de la … Continúa leyendo En las alturas aportan para la reconstrucción

Abril 06, 2024

Quince trabajadores de una firma de Guadalajara durante los últimos dos meses han estado resanando las paredes exteriores del condominio Aqualina y retirado piso por piso los ventanales, para luego colocar nueva cristalería. Ese riesgoso trabajo lo hacen en el edificio de cien metros de altura ubicado en la calle Francia y Costera, frente a la glorieta del Centro de Convenciones Foto: Carlos Carbajal
Trabajadores llevan a cabo su arriesgado trabajo desde lo alto del condominio Aqualina a más 100 metros de altura, en donde retiran cristales de los condominios afectados por los vientos del huracán Otis Foto: Carlos Carbajal

Se arriesgan trabajadores que colocan en las alturas ventanas en edificios dañados por Otis

Son 15, cinco mujeres, cinco hombres, y una mujer trans, y otros cuatro ayudantes que desde las 6 de la mañana inician su jornada laboral

Jacob Morales Antonio

Para Daniela y Edgar ser parte del proceso de reconstrucción, luego de la destrucción que dejó el impacto del huracán Otis en Acapulco, da gusto porque aportan un “granito de arena para que se vuelva a levantar”.
Es mediodía, y desde una altura de 100 metros del edificio del condominio Aqualina, de 29 pisos, descienden cinco trabajadores, que durante los últimos dos meses han resanado las paredes exteriores del inmueble, y retirado piso por piso los ventanales, para luego colocar nueva cristalería.
Son 15, cinco mujeres, cinco hombres, y una mujer trans, y otros cuatro ayudantes que desde las 6 de la mañana inician su jornada laboral, para que el intenso sol no los agote tan pronto, todos son de diferentes partes del país, y trabajan para la empresa Limpieza de Altura Vertical Resepi, de Guadalajara.
Desde el último piso del edificio el panorama de Acapulco, es desconcertante, da otra perspectiva de lo que desde el suelo se puede ver. Los grandes árboles del parque nacional El Veladero, ahora son troncos secos, sin hojas, y lo que se alcanza a ver como vida son algunos arbustos.
Desde ahí se aprecia la parte superior del Centro de Convenciones Copacabana, completamente destruido y con trabajadores que han retirado casi todos los escombros, también se observan otros condominios que parecen estar abandonados. Las áreas verdes del Centro de Convenciones al igual que el Club de Golf desde lo alto, ahora son extensas áreas de tierra, con troncos de los árboles que alguna vez dieron sombra.
Daniela Siordia Miranda, de 28 años, es originaria de Guadalajara, y es una mujer transgénero, desde hace dos meses ha estado trabajando en el edificio, este viernes junto a sus compañeros habían llegado al piso 21, de donde retiraron los ventanales.
Ella tiene cinco años trabajando en los rascacielos en México, pero para iniciarse tuvo que tomar un curso, y certificarse para cumplir con los requisitos que la empresa solicita, el miedo lo perdió “poco a poco”.
Dice que “es una adrenalina padre” lo que siente al descender desde lo alto de los edificios, pero antes tiene que verificar que todo su equipo esté en buenas condiciones, para evitar cualquier riesgo.
Para ella no han habido limitaciones, y es el orgullo de su familia y la admiración de muchos amigos y conocidos, “se siente padre que la gente te valora y respeta tu trabajo, es muy importante el descanso, tienes que estar bien hidratado, checar todo el equipo, al llegar al lugar de trabajo checas tus puntos de anclaje, las cuerdas tienen que estar bien amarrados”.
Por fortuna desde que comenzó a trabajar en las alturas no ha tenido un solo percance, “es un trabajo de bastante riesgo, hay mucho cristal roto y aluminio, pueden cortar la cuerda o el cuerpo”.
Su sentir por una ciudad destruida es de nostalgia, porque con toda la destrucción que ha visto, se imagina todo lo que la gente pasó para poder salvar su vida durante el impacto del huracán y por eso “se siente a gusto de ser parte del proyecto de reconstrucción porque estás apoyando a tus hermanos, todos somos de México y todos nos representamos”.
Siendo una mujer trans “para mi familia soy un orgullo, soy un ejemplo a seguir, por la valentía que tengo, y siempre que salgo de viaje, que salgo a trabajar, estoy en las oraciones de mi mamá”.
Agregó: “yo me dedico a esto porque quiero que me dejen de ver cómo morbo, como objeto, ya hoy en día la gente me ve y dice qué valentía la de ese muchacho, de esa muchacha a pesar de ser lo que es, está hasta allá arriba”.
Su compañero Edgar Daniel Ortega, originario de Oaxaca, tiene 21 años. Él decidió seguir los pasos de su hermano quien lleva 12 años en esa rama.
A un año de haber comenzado, recuerda que “la primera vez que me colgué, estuve en shock, pero luego te sientes en confianza con tus compañeros”.
Dijo que siempre quiso conocer Acapulco, el mar “y ahora lo estoy cumpliendo, y estoy apoyando con un granito de arena para que se vuelva a levantar”.
En un inicio su familia tuvo miedo de que se dedicara a trabajar en las alturas, “pero ahora está más tranquila por mi trabajo”.
Para quienes quieren dedicarse y desarrollarse en este trabajo, dijo “que no tengan miedo, que les guste, somos pocos los que hacemos esto, pero sí hay que tener los pantalones bien puestos”.
El representante de la empresa, el ingeniero civil Esteban Rodríguez compartió que desde hace 24 años se dedica a ofrecer un servicio de alto riesgo, del que es consciente y por esa razón todos los trabajadores deben de estar certificados, y para tener el primer nivel al menos son dos años de preparación y de práctica.
Comentó que todos los trabajadores tienen salarios que comienzan desde los 5 mil pesos, hasta los 20 y 30 mil pesos semanales, pero puede ser más, según la preparación y lo complejo del trabajo, más los riesgos que implica.
Ante esta misma situación todos los trabajadores además de tener seguro social, tienen un seguro de vida, y de daños a terceros.