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Jueves 02 de Mayo de 2024

Guerrero, México

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Extrema vigilancia por cantante de narcocorridos

  Extrema vigilancia militar en la presentación del cantante de narcocorridos Gerardo Ortiz en Chilpancingo El sinaloense llegó a la plaza de toros escoltado por un convoy de patrullas y motocicletas de la Policía Municipal y una valla humana de policías militares   Lenin Ocampo Torres Chilpancingo Hubo extrema vigilancia militar en la presentación del … Continúa leyendo Extrema vigilancia por cantante de narcocorridos

Lenin Ocampo TorresChilpancingo

Enero 15, 2019

Soldados enmedio de la muchedumbre intentan contener una trifulca en las gradas de la plaza de toros en Chilpancingo durante la presentación del cantante sinaloense Gerardo Ortiz, quien llegó escoltado por un convoy de patrullas y motocicletas de la Policía Municipal y una valla humana de policías militares . Foto: Lenin Ocampo Torres

 

Extrema vigilancia militar en la presentación del cantante
de narcocorridos Gerardo Ortiz en Chilpancingo

El sinaloense llegó a la plaza de toros escoltado por un convoy de patrullas y motocicletas de la Policía Municipal y una valla humana de policías militares

 

Lenin Ocampo Torres

Chilpancingo

Valla militar para resguardar la llegada del cantante de corridos, Gerardo Ortiz en la plaza de toros de Chilpancingo . Foto: Lenin Ocampo Torres

Hubo extrema vigilancia militar en la presentación del cantante Gerardo Ortiz en Chilpancingo, luego de que por amenazas en un narcomensaje suspendió su concierto en el puerto de Acapulco.
El cantante sinaloense llegó a la plaza de toros de la capital escoltado por un convoy de patrullas y motocicletas de la Policía Municipal y una valla de policías militares, que llegaron en los primeros días de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Gerardo Ortiz ingresó a la plaza a la una de la mañana pero esperó en una camioneta Suburban blindada hasta el momento de su entrada al escenario.
“Es que lo amenazaron en Acapulco y me imagino que tiene miedo de tocar en Guerrero”, dijo un asistente.
Días antes una manta fue dejada en el estacionamiento del Hotel Calinda donde se iba presentar el sábado, las autoridades no informaron del contenido pero tenía la frase “no eres bienvenido”. El cantante en un video vía Instagram informó de la suspensión del concierto y sólo mencionó “que se posponía la fecha”.
Gerardo Ortiz es un intérprete de narcocorridos, es identificado por cantarle corridos a los capos del narcotráfico Ismael, El Mayo, Zambada y a Nemesio Oseguera, El Mencho, en Sinaloa es conocido por su enemistad con el grupo de los Beltrán Leyva que tiene remanentes en Acapulco.
Antes de su llegada hombres vestidos de negro pusieron vallas en el pasillo de la plaza para que el cantante no fuera molestado por sus fans, otros hombres de negro y armados cuidaban la entrada, todos se comunicaban por medio de chícharos colocados en sus oídos.
“Bájense o los bajo a la verga” decían los elementos de seguridad a los asistentes que pisaban las vallas metálicas para intentar tomarse una foto con el músico.
En la plaza de toros Belisario Arteaga al menos 3 mil asistentes esperaban al sinaloense.
“En toda la feria no había habido tanta gente y eso que el boleto se vendió hasta 350 pesos, la gente ya ni quería venir por tantas historias que se cuentan de levantados”, relató un elemento de seguridad interna de la plaza con chaleco amarillo.
Gerardo Ortiz entró al escenario a las 2 de la mañana vestido de botas vaqueras, pantalón y sombrero negro, camisa blanca con estampados azules y vigilado por una veintena de hombres de su cuerpo de seguridad.
Cerveza, tequila y whisky se vendían en el lugar, la mayoría de los hombres vestidos de vaquero y algunos con sombreros calentanos, las mujeres emperifolladas, maquilladas, cejas delineadas estilo norteño que se ve en las series de narcos transmitidas en los canales de paga.
De lejos lo vigilaban más de 50 soldados y policías federales.
Las primeras seis canciones fueron “alteradas” según el vocabulario de los jóvenes que asistieron, seis corridos que hacen alusión a personajes del cártel de Sinaloa y que la mayoría de los asistentes coreaban, como si se tratara de hombres importantes en la historia del país.
Las canciones encendieron a la gente, tanto que en 10 minutos se dieron tres peleas campales que ni los militares y policías municipales pudieron parar.
La primera se dio en la mitad de las gradas, al menos 20 hombres se trenzaron al golpes sin razón aparente, cada uno se lanzó amenazas de “te voy a levantar”, las mujeres y niños gritaban espantados, el Ejército armado no pudo hacer nada.
Mientras estaba la pelea Gerardo Ortiz cantaba su éxito Palma Salazar, una canción que hace alusión a la muerte de Luis Palma Salazar, hermano de uno de los primeros hombres que se encargó de la plaza de Acapulco en los 1990, Héctor El Güero Palma, extraditado a Estados Unidos y devuelto a México en junio del 2016, aún preso en un penal de Nayarit.
Las demás peleas se dieron en el corral de toros, muchos estaban bajo el influjo del alcohol.
Gerardo Ortiz terminó de cantar a las 5 de la mañana, en todo momento sus cuerpos de seguridad evitaron el contacto con la gente, los militares vigilaron todo el concierto y como llegó, el músico sinaloense se fue en una camioneta blindada, escoltado.

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