Fallece el luchador social y fundador de Morena en Guerrero César Núñez Ramos por secuelas de Covid
Octubre 12, 2020
Marchan en Tlapa a un año del asesinato de Arnulfo
Cerón; exigen castigo a autores materiales e intelectuales
Las investigaciones concluyeron que miembros de la delincuencia organizada coludidos con autoridades municipales planearon desaparecerlo, lo torturaron, asesinaron y lo enterraron a 3 metros de profundidad para que nadie lo hallara, dice Tlachinollan
Carmen González Benicio
Tlapa
Integrantes del Frente Popular de la Montaña (FPM) marcharon al cumplirse un año de la desaparición y asesinato de su integrante y defensor de derechos humanos, Arnulfo Cerón Soriano y su cuerpo encontrado 40 días después enterrado en una fosa clandestina en las afueras de Tlapa, reiteraron su exigencia de castigo a los autores materiales e intelectuales.
Los integrantes del Frente, en su mayoría campesinos de comunidades de Tlapa y Copanatoyac, estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, El Movimiento por la Liberación de los Presos Políticos en Guerrero (MOLPPEG), maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan y familiares exigieron castigo a los culpables materiales e intelectuales del asesinato y que no quede impune, durante la marcha que partió del Arco de la entrada al Ayuntamiento.
A su llegada al Ayuntamiento un integrante del Frente que llevaba el micrófono dijo que harían el mitin frente al lugar de donde “salieron las órdenes para desaparecer a nuestro compañero, no lo olvidemos” y reprochó a la 4T de que no hay cambios porque en su gobierno están matando a luchadores sociales.
Y que no se olvidara que desde ese lugar muchas veces Arnulfo exigió atención y transparencia a las autoridades municipales y el cumplimiento de sus compromisos con los campesinos de las localidades.
En un acto que duró una hora y media, los participantes coincidieron en la exigencia de justicia y castigo a los responsables del homicidio del activista quien era gestor ante la falta de atención de las autoridades municipales y estatales.
El abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Vidulfo Rosales Sierra, quien fungió como moderador detalló que en las investigaciones del caso hay elementos de prueba que indican que Arnulfo fue sacado por una persona de su domicilio para que el grupo criminal que operaba en Tlapa cumpliera las órdenes de las autoridades del municipio que derivó en su tortura, asesinato y fuera enterrado en una fosa clandestina.
Dijo que el homicidio de Arnulfo es una muestra de que en la región de la Montaña la delincuencia convive y está al servicio de las autoridades, por eso asesinaban y desaparecían con tanta impunidad con una ola de secuestros, de levantones, asesinatos y desapariciones forzadas en esta región.
Sostuvo que el caso de Arnulfo evidenció que hay cientos de desaparecidos de manera impune en Tlapa por lo que varias familias se sumaron a la búsqueda y como Tlachinollan tienen documentados más de 60 casos de desaparición forzada, y que la prueba es que donde encontraron a Arnulfo, estaban otras tres fosas con restos humanos y en otros puntos de búsqueda a una familia completa: la mamá, el papá, el hijo y al nieto y a la nieta por lo que seguirán luchando para que sean castigados los responsables, sin importar quiénes sean.
El comisario de Zacualpan pidió justicia y agradeció la gestión de Arnulfo porque a un año de su muerte, finalmente el gobierno les está dando obras, como la pavimentación de su camino que por años les negaron, a pesar de ser una comunidad productora de barro.
El director de Tlachinollan, Abel Barrera Hernández, señaló que esta organización abraza la causa del Frente desde el Palacio Municipal donde Arnulfo Cerón protegió y defendió los derechos humanos y denunció las tropelías de las autoridades municipales y estatales.
Arnulfo emprendió una lucha sin cuartel para proteger a los campesinos y comerciantes, para obtener obras y su destino fue una fosa a 3 metros de profundidad para no encontrarlo y callar su voz por pedir justicia.
Dijo que Arnulfo se calló las amenazas recibidas y finalmente las hizo públicas porque pensó que se podía respetar la vida de los defensores y llegar a acuerdos con las autoridades y tener una relación de respeto ante la criminalización, pero pasó lo contrario se polarizaron las posturas al arreciar las amenazas y las campañas de desprestigio al decir que era un vividor social y que públicamente no era una persona grata para las autoridades.
Lo señalaron de estar en la nómina para desacreditarlo, pero ahora no se dice nada y se sabe que hay gente que cobra sin trabajar y está al servicio de la delincuencia.
Agregó que Arnulfo pensó que era una acción asilada o coraje inmediato por sus exigencias, pero que no fue así porque autoridades y grupos criminales premeditaron silenciar su la lucha.
Lamentó que en la misma barandilla se anuncie que se suicidó un joven en situaciones desconocidas, que se detenga o se criminalice a cualquier persona por su lucha y se tiene que exigir a la autoridad el respeto a los derechos humanos y que está para servir no para criminalizar ni mandar mensajes funestos como lo de Arnulfo.
Dijo que las fechas deben ser el parte aguas de la historia para la justicia de los defensores y defensoras y que en el mes de octubre se sitúan los crímenes de los luchadores sociales Ranferi Hernández Acevedo y su familia y Rocío Mesino Mesino y ahora el de Arnulfo.
Dijo que estamos ante un cambio de gobierno, de transformación, pero eso no puede traer el asesinato de una persona que sólo exigía transparencia y que las obras se hicieran en las comunidades y se debe ver la manera en que se desmonten las complicidades entre los gobiernos y la delincuencia.
Del Molppeg, Arturo Campos pidió castigo a los responsables y recordó que el Ayuntamiento fue tomado y pintado para exigir la presentación con vida de Arnulfo, en que señalaron al presidente de Tlapa, Dionicio Merced Pichardo García y al jefe de Gabinete, Marco Antonio García Morales, quien fue vinculado a proceso por su probable responsabilidad y está preso en el penal de Tlapa.
Avances y justicia pendiente en caso Arnulfo: Tlachinollan
El Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan emitió un boletín manifestando que a un año del asesinato de Arnulfo Cerón la justicia está pendiente y exigió que su desaparición y posterior asesinato no quede en la impunidad, que los responsables materiales e intelectuales sean sancionados con todo el peso de la ley, se emita sentencia, se repare el daño y se implemente medidas de no repetición y se generen las condiciones para que las defensoras y defensores de derechos humanos tengan garantías para realizar su labor.
Plantea que el reto de las autoridades estatales y federales será desplegar medidas para que estos hechos no se repitan y aprovechen la coyuntura del caso de Arnulfo para generar las condiciones que impidan que el crimen organizado se vuelva a enraizar en la Montaña con su cauda de violencia y muerte.
Y aunque la clase política y los grupos de poder local lo nieguen, el caso de Arnulfo propició condiciones de tranquilidad en Tlapa y la Montaña, pues antes de eso las familias no podían salir por las noches porque había un vacío de poder ocupado por grupos del crimen quienes ejercían la autoridad e imponían su fuerza.
Y que el atentado contra Arnulfo develó la corrupción de las autoridades de seguridad en el municipio y la impunidad con que la delincuencia organizada secuestraba, mataba y desaparecía a las personas; donde políticos, comerciantes y transportistas eran parte del crimen, por lo que el grupo delictivo mataba y desaparecía a la luz del día con la plena seguridad que nada les pasaría.
En el texto describen que el 11 de octubre de 2019 el defensor indígena salió de su casa a una reunión y ya no regresó. Las primeras investigaciones concluyeron que alguien conocido lo citó a la orilla de Tlapa porque el plan fue sacarlo para que miembros de la delincuencia organizada en connivencia con autoridades municipales pudiesen desaparecerlo.
Así, Arnulfo fue llevado a una casa de seguridad, donde lo interrogaron y lo torturaron asfixiándolo hasta la muerte.
Los perpetradores le reclamaban su constante activismo como marchas y bloqueos contra el Ayuntamiento de Tlapa y su renuencia a abandonar el movimiento pese a haber sido advertido de las consecuencias que ello traería y que, según testigos, Arnulfo le pidió al perpetrador que lo interrogaba darle otra oportunidad, pero éste le respondió que ya era tarde, que eso lo hubiese pensado antes.
Y que tras ser asesinado metieron su cuerpo en la cajuela de un coche, el cual pasó por la ciudad con toda impunidad, incluso con el auxilio de policías municipales y tránsito para ser llevado a la orilla de la ciudad donde una máquina retroexcavadora había cavado una fosa de tres metros de profundidad, donde fue tirado con el objetivo de que nunca lo encontraran.
Tlachinollan señaló que la desaparición de Arnulfo concitó consternación en la comunidad de derechos humanos y organizaciones sociales del país que se sumaron a la exigencia de la presentación con vida del luchador social.
Recordó que la Comisión Nacional de Búsqueda con la Fiscalía General del Estado emprendieron varios operativos de búsqueda y el 20 de noviembre, 40 días después, fue localizado en el punto conocido como los tres postes en la carretera Tlapa – Metlatónoc, tramo Igualita, enterrado a 3 metros de profundidad.
Consideró que eso abrió a varias familias la posibilidad de buscar a sus seres queridos cuando se realizaba la búsqueda de Arnulfo venciendo el miedo y se fueron sumando a la búsqueda y a la fecha se tienen registradas más de 50 casos de desaparecidas y desaparecidos y cuerpos recuperados en esas jornadas.
Fallece el fundador de Morena en Guerrero César Núñez Ramos por secuelas del Covid-19
El presidente de la República informa en su cuenta de Twitter sobre el deceso del subdelegado del gobierno federal en Acapulco. Su familia pide que respeten su privacidad y que no se utilice el nombre ni la imagen del luchador social en este proceso electoral
Rosalba Ramírez García
Chilpancingo
El fundador de Morena en Guerrero y subdelegado del gobierno federal en Acapulco, César Núñez Ramos, de 78 años, murió este domingo a las 2:30 de la tarde en Ciudad de México, después de que hace más de un mes resultó positivo a Covid-19, enfermedad que superó, pero sufrió secuelas graves en pulmones y riñones, por lo que permaneció internado.
Este domingo, minutos después de las 3 de la tarde, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, informó sobre el deceso a través de su cuenta de Twitter, donde escribió: “Falleció nuestro compañero César Núñez Ramos, maestro egresado de la Normal de Ayotzinapa (lo recordaba con orgullo). Juntos fundamos Morena en Guerrero. Mi abrazo a Rocío, a sus familiares y amigos”.
A César Núñez le sobreviven su esposa, la comisionada del gobierno federal en Guerrero para el combate al Covid-19, Rocío Bárcena, y sus hijos, César, Lucía y Pedro Ramón.
El contagio del luchador social que fue compañero del guerrillero Lucio Cabañas fue dado a conocer el 12 de septiembre pasado por el presidente López Obrador quien también informó ese día que había dado positivo a la enfermedad el ex candidato del PRD a la presidencia de la República, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Se informó entonces que Núñez Ramos estaba internado, que su estado de salud era grave, pero estable.
En esa fecha, también se conoció a través de fuentes cercanas, que César Núñez fue trasladado en ambulancia para su atención en la Ciudad de México.
Diez días después, el 22 de septiembre, en su conferencia matutina, López Obrador dijo “deseamos de todo corazón que César Núñez, un luchador social de Guerrero, que estimamos mucho, también salga adelante y todos los enfermos que se recuperen”.
Recientemente se había reportado su estado de salud como “en recuperación”.
La familia de César Núñez fue muy discreta en la información respecto al estado de salud del morenista, pues se conoció que resultó positivo por el presidente de la República, y de igual manera ocurrió con su fallecimiento.
Fuentes cercanas a la familia informaron que César Núñez superó al Covid-19, el cual fue eliminado completamente de su cuerpo; sin embargo, las secuelas fueron muy graves, debido a que tuvo daños primero en los pulmones, pero a partir de la medicación, principalmente antibióticos, sus riñones no resistieron y en los últimos días tuvo que ser sometido a diálisis. Ambas complicaciones finalmente terminaron con su vida.
El cuerpo fue velado en la funeraria Gayosso, de la calle Félix Cuevas, en Ciudad de México.
En breves declaraciones, su sobrino, el diputado local Arturo Martínez Núñez, a nombre de la familia agradeció a quienes estuvieron pendientes del estado de salud de su tío, quienes preguntaron y han manifestado su pena por su fallecimiento. Sin embargo, también pidió
que respeten la privacidad de la familia y que no se utilice el nombre ni la imagen del luchador social y morenista en este proceso electoral.
Consideró que tampoco le hubiera gustado a César Núñez que hubiera “homenajitis” en su memoria, “era reservado y austero, y no le hubiera gustado que su pérdida se convirtiera en un espectáculo”.
Una historia de lucha
El maestro normalista y luchador social nació en la comunidad serrana de Yextla, municipio de Heliodoro Castillo (Tlacotepec), el 17 de junio de 1942. Sus padres fueron Juana Ramos Linares, originaria de Zumpango del Río, y de Fidel Núñez Ávila, de Yextla, fundadores de la cooperativa de cafetaleros de La Pintada, en la sierra de Atoyac, según lo detalló en una semblanza su sobrino Arturo Martínez Núñez.
Sus hermanos Serafín y María de la Luz fueron como César militantes del Partido Comunista Mexicano. El primero fue compañero de Lucio Cabañas y se destacó en las luchas de la Universidad Autónoma de Guerrero; y la segunda fue alcaldesa de Atoyac, diputada local y federal por el PRD y candidata de Morena a la candidatura de Michoacán.
César Núñez estudió en la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa. Fue profesor en diferentes municipios y comunidades del estado, y realizó una especialidad de Matemáticas, en la Normal Superior, dependiente de la Universidad Autónoma de Guerrero, en Chilpancingo.
De acuerdo con esta semblanza, realizada cuando la familia de César Núñez conocía ya su delicado estado de salud, en 1964 participó en la fundación del Movimiento Revolucionario del Magisterio (MRM) que encabezó otro maestro guerrerense, Othón Salazar, y en 1965 en la refundación del Partido Comunista de México (PCM) en Guerrero. Estudió en la Escuela de Cuadros del PCUS en Moscú, URSS de 1966 a 1967; también formó parte del Comité Ejecutivo de la sección 14 del SNTE.
Al ser responsable y dirigente principal del PCM, en 1968 participó en la organización de la marcha estudiantil por la Ruta de la Libertad, y en el movimiento encabezado por el también maestro Lucio Cabañas Barrientos, y en 1972, por persecución política fue trasladado a Aguascalientes y Morelos, pero finalmente estuvo en la SEP en la capital del país.
Además de su participación en el movimiento magisterial, desde finales de los años de 1970 participó en la política. Fue candidato a diputado federal por el PCM en 1979, asesor del diputado federal Serafín Núñez Ramos, en 1994; representante ante los organismos electores del 04 Distrito Local y del 03 federal, por las candidaturas de María de la Luz Núñez Ramos. Asesor de la fracción legislativa del PRD en la 57 Legislatura, entre 1997 y 2000.
Núñez Ramos fue en 1999 el coordinador en Costa Grande de la campaña para gobernador del estado de Guerrero de Félix Salgado Macedonio, y miembro de la campaña de Andrés Manuel López Obrador para la jefatura de gobierno del entonces Distrito Federal, en 2000, donde fue Director de Participación Ciudadana.
Núñez Ramos participó activamente en la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador, en 2006, durante la cual coordinó la promoción del voto en el Estado de México, Michoacán y Guerrero; y formó parte del gobierno legítimo en Michoacán, Morelos y Guerrero.
Después fue nombrado por el ahora presidente de la República como subsecretario de Educación del gobierno legítimo de AMLO. Finalmente se dedicó al trabajo en torno al movimiento nacional que encabezó López Obrador y encabezó las tareas de fundación de Morena en Guerrero.
Organizó las asambleas constitutivas de esta organización en la búsqueda de ser partido nacional, junto con el primer Comité Ejecutivo Estatal (CEE), que presidía y que integraban el ahora diputado federal Rubén Cayetano García, como secretario general, y el tesorero, ahora subdelegado de la zona Centro, Iván Hernández Díaz, con quienes finalmente y en los mismos cargos fueron la primera dirigencia estatal de Morena en Guerrero.