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Piden a AMLO tregua a fumigaciones de amapola

  Denuncian amapoleros que el Ejército destruye en helicópteros sus cultivos, y piden tregua a AMLO Por tres días consecutivos desde el aire se han fumigado 50 hectáreas en pueblos de la sierra de Chilpancingo, informan en San Vicente. Demandan que cese la destrucción vía área del enervante, porque dicen que su cultivo es la … Continúa leyendo Piden a AMLO tregua a fumigaciones de amapola

Lenin Ocampo Torres San Vicente, Chilpancingo

Octubre 07, 2021

Cultivadores de amapola de San Vicente, en la sierra de Chilpancingo, denunciaron que helicópteros del Ejército fumigaron durante tres días consecutivos 50 hectáreas de la flor, y pidieron al presidente Andrés Manuel López Obrador que cesen esas acciones porque la venta de la cosecha de la planta “es la única manera de sobrevivir para mantener a las familias” y proporcionarles educación y salud. En la imagen, una amapola frente a una escuela abandonada en ese poblado Foto: Lenin Ocampo Torres

 

Denuncian amapoleros que el Ejército destruye en helicópteros sus cultivos, y piden tregua a AMLO

Por tres días consecutivos desde el aire se han fumigado 50 hectáreas en pueblos de la sierra de Chilpancingo, informan en San Vicente. Demandan que cese la destrucción vía área del enervante, porque dicen que su cultivo es la única manera que tienen de sobrevivir para mantener a sus familias

Un niño de San Vicente camina al campo a trabajar junto a su mula cargada de fertilizante, en la sierra del municipio de Chilpancingo Foto: Lenin Ocampo Torres

Lenin Ocampo Torres

San Vicente, Chilpancingo

Campesinos amapoleros de San Vicente, en el municipio de Chilpancingo, denunciaron que en tres días el helicóptero fumigador del Ejército les ha destruido más de 50 hectáreas de amapola en los pueblos de la sierra y pidieron una tregua al presidente Andrés Manuel López Obrador, para que cese la destrucción vía área del enervante, porque “es la única manera de sobrevivir para mantener a las familias”.
“Nosotros le pedimos al presidente que no se deje engañar, porque a él le dicen que nosotros somos malos, que somos amapoleros, pero la realidad es otra, lo invitamos a que nos visite y vea cómo vivimos, ese dinero es para poder seguir dando más educación a nuestros hijos, más salud porque de plano los gobiernos nos tienen abandonados”, expresó Eduardo, joven campesino de San Vicente.
De acuerdo con los pobladores, desde el lunes los helicópteros han recorrido y destruido la amapola de los pueblos de la sierra de Chilpancingo, que en los próximos días los campesinos se preparaban para rayar los bulbos y sacar la goma de opio para venderla.
“Estamos en el olvido para el gobierno, acudimos a pedirles proyectos, caminos, maestros, doctores y se olvidan de todo. Pero no se olvidan de venir a fumigarnos, quisiéramos que de eso se olvidaran un tiempo, que nos dejen trabajar para que sigamos sobreviviendo ¿si no de dónde seguiremos sacando el sustento para nuestras familias” exigió el joven amapolero a quien los pobladores eligieron para hablar con los medios.
En esta parte de la sierra de Chilpancingo, el precio del kilo de la goma de amapola en la “temporada de aguas” está entre 5 y 6 mil pesos, muy abajo que en otras zonas del estado donde llega a los 13 o 15 mil pesos. En las temporadas de sereno y riego su precio sube a más de 10 mil pesos.
“No sé porqué se ensañan, aquí ya ni vale (la goma de opio), lo poco que sacamos lo ocupamos para la casa, para comprar las despensas, las medicinas. No podemos dejar la siembra porque ¿de dónde vivimos?”.
En la comunidad de San Vicente hay más de 2 mil habitantes, y la mayoría se dedica a la siembra de la amapola. Las casas son de madera pintadas con aceite quemado y sus techos son de lámina.
La mayoría de los pobladores tiene rasgos indígenas y desde 2013 la comunidad tenía que haber sido reubicada luego de un dictamen que la declaró zona de riesgo tras el paso de la tormenta tropical Manuel.
“Hay bastantes necesidades, nunca han llegado cosas, apoyos a nuestra comunidad. Somos olvidados en caminos, educación y en salud. Llegan los gobiernos, se van y nosotros no vemos avances ¿cómo va a crecer nuestra comunidad? ¿cómo nuestros hijos van a superarse en estudios? no contamos con escuelas equipadas, no contamos con internet gratis, no contamos con salud, tenemos carreteras en mal estado, viviendas precarias y la única economía es la amapola” justificó Eduardo.
“No nos da vergüenza decir que sobrevivimos de la amapola, como muchos pueblos, pero hablo de mi comunidad, de San Vicente, de eso mantenemos a nuestra familia. Nos damos cuenta de que el gobierno nunca se acuerda de nosotros, sólo se acuerda para decir: ‘San Vicente o la Sierra siembran la amapola’. Nos mandan sus helicópteros, nos manda a destruir los plantíos y de eso sí no se olvida”.
En la comunidad no hay medicamentos y cuando tienen alguna urgencia los pobladores tienen que bajar a los hospitales a Chilpancingo, donde los ignoran porque son gente de la sierra, “pero con el dinero (de la amapola) pagamos las consultas, lo invertimos en nuestras enfermedades”.
“Quisiéramos que vinieran a ver la realidad en lo que estamos viviendo. Quisiéramos que vieran si tenemos lujos, casas de dos niveles o carros del año. Que vean si tenemos escuelas donde nuestros hijos se preparen bien, que vengan a ver si hay escuelas privadas, que vengan a desengañarse, se darán cuenta que va saliendo (con la amapola) sólo para sobrevivir”, finalizó Eduardo.

Dejar la amapola

José es otro vecino dedicado a la siembra de la amapola, desde joven y desde que se acuerda siempre han sido fumigados por los helicópteros de los militares que no sólo destruye el enervante, también les afecta sus manantiales, los pinos, siembras de maíz, frijol y árboles frutales.
“Cada temporada pasan los helicópteros, en ocasiones hablamos con los soldados y les decimos que no nos destruyan la amapola, pero ellos nos dicen que ya tienen órdenes, que ya tienen las zonas que se deben destruir y no pueden hacer nada, que entienden nuestra situación porque ellos también vienen de comunidades pobres como la de nosotros”, explicó José durante un recorrido por uno de los plantíos que en los próximos días “seguro el Ejército destruye”.
“Es difícil dejar la amapola, si la amapola no existiera no hubiera bancos, la droga crea muchas ganancias. El gobierno no deja trabajar, pero bien que se sirve del dinero que nosotros gastamos de la amapola. Si los gringos no le dieran tanta droga a su gente no hubiera plantíos, pero arriba no pasa nada y siempre se van contra el más jodido”, finalizó.
San Vicente se encuentra a dos horas de Chilpancingo, para llegar a la comunidad se tiene que desviar antes de Amojileca en un camino en mal estado de terracería. Los pobladores advirtieron que junto con más comunidades realizaran protestas para pedirle al presidente Andrés Manuel López Obrador que “no les destruya su amapola”.