Políticos aguirristas copan la marcha de
grupos civiles para apoyar al gobernador

*Notorias expresiones de intolerancia y odio hacia los estudiantes normalistas y de repudio a la CNDH durante la manifestación en Chilpancingo en la que predominan empleados públicos y acarreados y hubo poca sociedad civil. *David Guzmán, dirigente del sindicato de burócratas que no convocó al acto, encabezó el despliegue oficial. *El diputado aguirrista Manuel Saidi trasladó a 300 personas desde Taxco. *La gubernamental RTG dice que asistieron 18 mil personas; los organizadores dijeron que 10 mil. En mantas, atribuyen a Figueroa, Añorve y Zeferino el movimiento normalista

 

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

La marcha que supuestamente sería de organizaciones civiles fue copada por políticos del grupo del gobernador Ángel Aguirre para apoyar a éste en medio del repudio de la opinión pública nacional a la violencia policiaca que ocasionó la muerte de dos normalistas, e hicieron de ese modo recordar la que organizó el ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer en su respaldo en marzo de 1996, una semana antes de que fuera obligado por la presión de esa misma opinión pública a dejar el cargo por la masacre de 17 campesinos en el vado de Aguas Blancas transmitida en un video por la televisión.
A lo largo del recorrido por calles de la capital y en el mitin realizado en la Plaza Primer Congreso de Anáhuac, hubo expresiones de intolerancia, rencor y odio en contra de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa y a favor de que se cierre esa institución, que se expresó en carteles que lo mismo portaban empleados del gobierno que ciudadanos de Chilpancingo, que fueron los menos en la marcha.
En la manifestación participaron unas 6 mil personas, pero los organizadores dijeron que 10 mil, y la oficial Radio y Televisión de Guerrero (RTG) calculó hasta 18 mil.
Pero la mayoría de los manifestantes fueron empleados del gobierno del estado, agremiados al Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado de Guerrero (Suspeg), encabezados por el secretario general David Guzmán Sagredo, así como agrupaciones de transportistas, universitarios y contingentes que fueron traídos en camiones de varios municipios del estado, principalmente de Acapulco, Taxco, Ometepec, Coyuca de Benítez, Chilapa, Teloloapan, Juan R. Escudero y Heliodoro Castillo. Los comerciantes y vecinos tradicionalistas de Chilpancingo, supuestamente los convocantes, participaron en una menor proporción.
En la marcha se desplegaron pancartas en las que se responsabilizó a los ex gobernadores Rubén Figueroa Alcocer y Zeferino Torreblanca, así como al alcalde de Acapulco, Manuel Añorve Baños, de estar detrás del movimiento de estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, que demanda juicio político al gobernador Ángel Aguirre Rivero por el asesinato de los dos normalistas en el desalojo a balazos del bloqueo que éstos iniciaban en la Autopista del Sol el pasado 12 de diciembre .
En el mitin, uno de los oradores, el ex dirigente estudiantil del movimiento de 1960, Jesús Araujo Hernández, en aparente referencia a los estudiantes se refirió a ellos como “los 3 reyes magos del pillaje y el asesinato, que están actuando ahora”.
Sin embargo, después de su participación, el político que ha ocupado diversos cargos con diferentes gobernadores del PRI se negó en entrevista a precisar a quién se había referido con esa expresión.

Los contingentes de empleados públicos, los más puntuales

A las 10 de la mañana comenzó la concentración de los contingentes en las inmediaciones de la estatua a Vicente Guerrero, entre las avenidas Benito Juárez y Vicente Guerrero, en el punto conocido como Las Parotas.
Los primeros en llegar fueron algunos empleados de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG) y de la residencia oficial Casa Guerrero.
Minutos antes un autobús que vino de Taxco se estacionó y de él descendieron decenas de personas encabezadas por el diputado local e integrante del Movimiento Ciudadano pro aguirrista, Manuel Saidi, quien se encontraba en una camioneta blanca.
“Está repartiendo playeras y dinero”, dijo un transeúnte que llamó la atención de los reporteros para que registraran el hecho, pero éstos sólo encontraron al político aguirrista en el interior de su camioneta, quien malhumorado retó a uno de los periodistas: “Tómame la foto, pues, cabrón”.
Después declaró que trajo de Taxco a 300 personas para participar en la marcha en respaldo al gobernador Aguirre Rivero, convocadas por el Movimiento Ciudadano, pues calificó como un hecho muy grave que los normalistas de Ayotzinapa hayan atentado en contra de “tantas personas al pretender incendiar la gasolinera Eva II, ¿sabe usted qué efectos hubiera tenido?”, preguntó al reportero.
El Movimiento Ciudadano es una organización creada por ex priístas para apoyar la campaña electoral de Aguirre, y a ella pertenecen políticos como Manuel Saidi y Héctor Popoca Boone, hoy asesor del gobernador.
Tres cuadras antes del lugar de la concentración, en los alrededores del Zoochilpan, a las 10 de la mañana decenas de camiones se estacionaban y de ellos descendieron contingentes de Acapulco y de Ometepec, la tierra natal del gobernador.
Al tiempo que en la estatua a Vicente Guerrero el dirigente del SUSPEG, David Guzmán Sagredo, admitió que convocó a los agremiados a ese sindicato –aglutina a 23 mil trabajadores–, sin embargo dijo que sólo acudieron 500 a la marcha, pues la decisión de asistir fue “voluntaria”.

“Cierre el centro de concentración de terroristas”

La marcha arrancó poco después de las 10 y media. La mayoría de los asistentes vestían ropa blanca y algunos portaban globos blancos, como una expresión de paz, aunque muchos más portaban pancartas y mantas con leyendas con contenido de intolerancia y odio hacia los normalistas de Ayotzinapa.
Por ejemplo una de ellas, que portaban señoras elegantes vestidas de blanco decía: “Estamos hartos de los ayotzinapos. Barrio del Tequicorral”. En otra más se leyó: “Señor gobernador, cierre el centro de concentración de terroristas”, que portaba quien fue identificado como Ezequiel García Castro, un maestro jubilado de la SEG. Una tercera más decía: “Chilpancingo está harto de los normalistas de Ayotzinapa”.
Pero también se manifestaron en contra de instituciones como la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), que investiga por facultad constitucional el asesinato de los dos normalistas y la posible responsabilidad de Aguirre Rivero en los hechos.
En una lona que portaban marchistas en la descubierta se leyó: “¿Cuál es la diferencia, por qué la CNDH defiende a delincuentes y a los otros no?” Y en ella se mostraban dos fotografías, una del incendio al casino Royale de Monterrey, donde murieron 61 personas en un hecho provocado por sicarios, y otra del incendio a la gasolinera Eva II el 12 de diciembre durante el desalojo a los normalistas de Ayotzinapa, en el que resultó herido Gonzalo Rivas, quien falleció la madrugada del 1 de enero pasado.

Obligan a empleados del
gobierno a ir a la marcha

En el transcurso de la marcha, los reporteros recibieron algunas quejas. El esposo de una trabajadora de la SEG se quejó de que la obligaron a participar, y dijo que “así lo hicieron con muchos trabajadores de esa secretaría”.
También se supo que en la Secretaría de Gobierno, a cuyo titular Humberto Salgado Gómez podría fíncarsele responsabilidades en la investigación de la CNDH, repartieron desde el lunes oficios a los trabajadores para que asistieran a la marcha, pero que el miércoles “se dieron cuenta que la regaron” y recogieron todos los oficios, pues la invitación debió haber sido personalizada.
El contingente caminó de norte a sur por la avenida Juárez hasta llegar al centro, donde dobló por Cristóbal Colón para entrar por la Avenida Alemán a la plaza Primer Congreso de Anáhuac.
En otra de las mantas que portaban los marchistas se leyó: “Nos manifestamos en favor de los derechos humanos de todos. Imparcia-lidad, Equidad e Igualdad”.
Asimismo, algunos de los participantes portaban playeras blancas con la leyenda: “Ángel estamos contigo”, mientras que en las fachadas de las casas y edificios por donde pasó la marcha fueron pegadas o colgadas lonas en apoyo al gobernador y en rechazo a las acciones de los normalistas de Ayotzinapa.
Aunque el contenido era diferente, todas las lonas tenían el mismo diseño, material y tipo de letra, como si se hubieran mandado a hacer en la misma casa impresora y en paquete.
Los grupos de marchistas constantemente coreaban consignas como “Ángel la gente está contigo”, “Aguirre Rivero, el ángel de Guerrero”, “Aguirre, aquí estamos, nosotros te apoyamos”, y otras más amenazantes, como “Ayotzinapa, el pueblo se levanta”.
Otra que sorpresivamente corearon integrantes de casas de estudiantes de la UAG: “Estudiantes de la UAG, presentes. Los ayotzinapos, culeeeros”. Entre los taxistas y comerciantes también se escuchó otra: “La normal de Ayotzinapa, que cierre”.
Entre quienes encabezaban la movilización se pudo observar a Mauricio Leyva Castrejón, de la Unión de Asociaciones Civiles; al dirigente estudiantil del movimiento de 1960, Jesús Araujo Hernández; al dirigente del SUSPEG, David Guzmán Sagredo; al diputado local aguirrista Jorge Salgado Parra, y a Omar Elías Azar, presidente del Sindicato Patronal de Chilpancingo.
También iba Miguel Ángel Mercado Durán, de la Fundación Alejandro Cervantes Delgado.
Entre los contingentes se vio a algunos perredistas, como el ex diputado local Juan Adán Tabares, quien caminaba entre el contingente de la Universidad Tecnológica de Iguala.
También participaron Ernesto Fidel Payán Cortinas y Luis Castillo, aspirantes a la diputación local por el PRD en el primer distrito, con cabecera en esta capital.
También se vio en la marcha al Procurador de Defensa del Campesino (Prodecam), Marceli-no Díaz de Jesús.
No se vieron mantas o pancartas del PT o del Movimiento Ciudadano (antes Convergencia), que en coalición con el PRD, en la elección pasada, apoyaron al gobernador Aguirre.
Un reportero vio perdido entre la multitud al ex diputado local Félix Bautista Matías, del Mo-vimiento Ciudadano, pero cuando intentó entrevistarlo para conocer su opinión, se escurrió, negándose a responder.

¿Por qué no les rociamos gasolina?”

Al entrar a la plaza Primer Congreso de Anáhuac, el contingente se encontró con que seis estudiantes de la Normal de Ayotzinapa escenificaban la muerte de sus dos compañeros en el desalojo del 12 de diciembre y de los heridos en ese mismo hecho.
Algunos se encontraban tirados en el piso, sin camisa y tenían el torso manchado de pintura roja, aparentando sangre; también había pintura regada alrededor de ellos.
Otros se encontraban sentados junto a ellos, también con manchas de pintura simulando estar heridos. Así permanecieron durante el tiempo que duró el mitin.
Uno de los marchistas llamó desde el aparato de sonido a no caer en la provocación y orientó: “hagan un círculo en torno a estas personas que no tienen respeto al pueblo de Chilpancingo”, debido a que los normalistas se encontraban precisamente frente al estrado desde donde se expresarían los oradores.
La presencia de los estudiantes de Ayotzinapa, sin embargo, fue motivo para que algunos de los marchistas se manifestaran en su contra.
Un comerciante que fue ubicado como propietario de la papelería La Perla del Sur, que se encuentra en el primer cuadro de la ciudad, propuso: “¿por qué no les rociamos gasolina y les prendemos fuego, para que se les quite a los cabrones?”
Pero el mitin inició. La primera oradora fue Guadalupe Peralta, propietaria del restaurante Martita, que se encuentra en el primer cuadro de la ciudad, quien dijo que “con tristeza” ha visto “que han cambiado nuestra tranquilidad”.
“A diferencia de antes, hoy todos los días vemos que hay problemas”, expresó, y pidió la intervención de las autoridades para restablecer la paz y la tranquilidad en la ciudad.
A su vez, Mauricio Leyva Castrejón, de la Unión de Asociaciones Civiles, dijo que todos tienen el mismo derecho a manifestarse de manera tranquila y pacíficamente en la plaza, y pidió no agredir a los estudiantes que escenificaban la violencia ocurrida en su contra el 12 de diciembre.
Después reprochó a los normalistas la “falta de respeto” a Chilpancingo y dijo que la población sabe responder por la buena y que ha sido leal a los movimientos sociales. Recordó que propició la autonomía de la UAG en 1960, pero que también repudia las manifestaciones “fuera de la ley”.
Dijo que por eso “venimos con la cara descubierta a dar un mensaje de paz”.
Mientras tanto, el ex dirigente del movimiento estudiantil de 1960, Araujo Hernández, justificó el respaldo de la marcha al gobernador porque recordó que en las elecciones pasadas 682 mil ciudadanos votaron por la coalición que encabezó Ángel Aguirre, y citó algunos de los beneficios de su gobierno, como la propuesta de la nueva Constitución que contiene la revocación del mandato y el plebiscito, “cuando hace eso Aguirre como gobernador es un hombre que no le tiene miedo al reto y al destino de los guerrerenses”.
Después dijo que hay fuerzas políticas que están promoviendo el movimiento estudiantil de Ayotzinapa, y se refirió a quienes llamó “los 3 magos del pillaje y el asesinato, que son los que están actuando ahora”.
También dijo que en Guerrero no se ha roto el orden constitucional  y que por tanto no tiene por qué pedirse la desaparición de poderes, “los que gritan eso son ignorantes de la ley, las condiciones que se viven no reúnen los requisitos”.
Después de su intervención el reportero le pidió que precisara a quiénes se había referido con lo de los tres magos, pero evadió y dijo que “todo mundo sabe quiénes son”.
Aunque en el transcurso de la marcha se vieron pancartas como la que decía: “Estudiante, no te dejes manipular por el trío diabólico; Zeferino, Añorve y Figueroa”.
Otro de los participantes en el mitin, Carlos Nájera, quien encabezada a un contingente de Tierra Colorada, municipio de Juan R. Escudero, pidió a los de la Normal de Ayotzinapa que cumplan con su función de formarse como maestros, “no como porros”, y agregó que Lucio Cabañas “no robaba sabritas ni secuestraba camiones, sino que luchó contra la pobreza. También Genaro Vázquez dio un gran ejemplo”, dijo en referencia a los dos ex guerrilleros que fueron egresados de esa normal.
El mitin duró menos de media hora, y concluyó ya cuando la mayoría de los marchistas había abandonado la plaza.