Lamenta ex consejero el activismo de Fox y que el IFE no se asuma como árbitro




El director de la división de Administración Pública del Centro de Investigación y Desarrollo Económico (CIDE), Mauricio Merino Huerta dijo que en México se ha empezado el proceso de transición democrática, sin embargo lamentó que el presidente Vicente Fox tome partido en la elección federal y que el Instituto Federal Electoral (IFE) no tenga la capacidad para asumir su papel de árbitro.
Durante la conferencia Los órganos electorales y la transición democrática en México, como parte del décimo aniversario del Consejo Estatal Electoral (CEE), el también consejero del IFE que organizó la elección de 2000 consideró que en la elección hay una campaña negativa que tiende a ser grosera, “el problema es que se privilegia el ataque, y con eso se demuestra que se vulnera el principio democrático de respeto a los ciudadanos”.
En la sesión de preguntas y respuestas, respondió que le parece “muy mal que el presidente (Vicente Fox) tenga un activismo, debe de aprovechar el lugar que ostenta para emitir señales de civilidad política y de que gane quien gane su actitud se mantendrá serena; pero vemos que hay una actitud que advierte en sus discursos a los adversarios que no son suyos, sino del partido al que pertenece”.
Antes de la conferencia en el Salón de los Gobernadores del Museo Regional, se hizo la sesión del CEE conmemorativa al décimo aniversario, en la que su presidente, Emiliano Lozano Cruz dijo que en estos 10 años “hemos sembrando y cosechando frutos que se ven a la vista, el CEE es propiedad de esta sociedad. El granito de arena que hemos aportado a la entidad es la paz y la tranquilidad social de los guerrerenses”.
En su disertación Merino Huerta dijo que en este año se tienen que resaltar las virtudes de la transición democrática “pero también reflexionar sobre los temas pendientes y las dificultades de esa transición”.
Comenzó con una reseña sobre el régimen político “de partido único con un sello de identidad desde la revolución mexicana hasta la última década del siglo XX, con muchos cambios, según se iba mudando la circunstancia política en la que actuaba”.
El ex consejero general del IFE dijo que ese régimen se caracterizaba por tener un presidencialismo fuerte apoyado por un partido hegemónico, una centralización política, una cultura autoritaria y un fuerte control del debate público, “cuando los medios de comunicación no obedecían se les castigaba desde el gobierno” que parecía intocable.
Afirmó que en México los gobiernos se caracterizaban por tener una “eficacia gubernativa, decimos eficacia, que no eficiencia, porque lo que decía el presidente de la República se hacía”.
El investigador del CIDE dijo que el proceso de transición se identifica desde un “proceso gradual y controlado de la liberalización política después del 2 de octubre de 1968, fue el último presidente autoritario Gustavo Díaz Ordaz. Con el sexenio de Luis Echeverría comenzó ese proceso de liberalización política: se otorgan libertades a los ciudadanos en materia de opinión pública, que no ponen en riesgo la pérdida del poder”.
Y mencionó entre éstas la apertura de la representación proporcional en 1977 para partidos pequeños en el Congreso de la Unión; cuando una parte del PRI se escinde y rompe con su origen político y crean el Frente Democrático Nacional con Cuauhtémoc Cárdenas a la cabeza en 1988, “esa ruptura puso en una situación de crisis al país”.
Dijo que a partir de 1996 y en el sexenio de Carlos Salinas, se crean los órganos electorales, “que es un ánimo y una voluntad y demanda de la sociedad civil, de los partidos, medios de comunicación, del gobierno federal: o se democratizaba el país a través del voto o el país no se iba a democratizar nunca”.
Merino dijo que aún se pregunta si lo que vive el país realmente es un proceso de democratización, “sin duda ha ocurrido, pero no podemos afirmar que estamos en plena ruta del proceso de transición, todavía es frágil”.
Consideró que el actual régimen no se parece en nada al anterior, porque los partidos han respetado decisiones de los árbitros, “han traído una gran paz, nueva conformación de la representación en el Congreso, las clases políticas tradicionales tienen un espacio natural con nuevos actores, crece y se ensancha los espacios y ha sido otra de las claves se dé de manera pacífica”.
Aunque el directivo del CIDE dijo que luego del triunfo de Fox en 2000, hay proceso de transición hacia un régimen de partidos, “hemos pasado del singular al plural y los tres partidos más fuertes de México para las elecciones del 2006 se disputan la lógica de los tres tercios, tres partidos con circunstancias similares”.
Destacó que actualmente en el país hay un equilibrio de poderes, “ya no hay presidencialismo fuertísimo, se acabó el señor presidente Fox, observó con sorpresa que de eso se trata el proceso de transición, hoy tenemos equilibrio de Poderes por la ausencia de mayoría absoluta desde hace nueve años en la Cámara de Diputados”.
Dijo que existe una descentralización política porque hay gobernadores más poderosos, presidentes municipales que construyen nuevos espacios de autonomía constitucional, “empezamos a vivir un federalismo en serio; no es casualidad que la Comisión Nacional de Gobernadores (Conago) se haya convertido en un actor claro”.
Afirmó que en México existe plena apertura del debate público, “uno puede decir lo que sea en México sin tener que ser reconvenido por eso, tenemos un debate abierto público, peleonero, a veces rijoso, pero es un derecho”.
Al acto acudió en representación del gobernador, José Ramírez Villalba director de la Defensoría de Oficio del gobierno del estado; además estuvieron presentes los consejeros electorales, Felipe Cuevas Molina, José Inés Betancourt Salgado, Rosa Inés de la O, Jorge Sánchez, Jesús Hernández, Raúl Calvo, Arturo Pacheco y César Ramos.