El Estado desaparecía a luchadores sociales y ahora a miles de jóvenes, dice la activista Roberta Campos

Ayer, Roberta Campos Adame, reconocida por acompañar decenas de causas sociales, denunció que antes el Estado desaparecía a los luchadores sociales y ahora desaparece a miles de jóvenes.
En la culminación de las actividades de la semana internacional por el detenido desaparecido en el Zócalo de la capital, la luchadora social lamentó la indolencia de la gente, “no nos duele ver a las madres (de los desaparecidos) recorriendo las calles, los estados, hoy sabemos de fosas que han quedado al descubierto por la gran lucha que tienen los padres y madres de los 43”.
Dijo que los padres de los 43 normalistas han encontrado indiferencia y a veces hasta condena porque los estudiantes de Ayotzinapa se atreven a desafiar al gobierno, a tomar autobuses, a bloquear carreteras, a cerrar tiendas departamentales.
Consideró inhumano que personas justifiquen la represión violenta y convocó a los asistentes a apoyar el movimiento del magisterio, a que den una palabra de aliento a quienes tienen desaparecidos, a quienes son perseguidos por luchar en las calles.
La luchadora social recordó que la llegada de su papá temprano a casa evitó que fuera víctima de desaparición forzada durante el periodo de la guerra sucia.
Narró que el jueves 16 de junio de 1978 iba a ver a Carlos Díaz Frías, alumno de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), pero ella no pudo acudir a la cita, agregó que desde ese día no se supo más Carlos Díaz ni del maestro Luis Armando Cabañas.
-“Que crees Luis Armando, Roberta me dejó plantado, acompáñame tú al cine”. Fue lo último que escuchó de él, por medio de su amiga María, quien presenció aquella conversación.
A esa circunstancia atribuyó su compromiso con la lucha social, “por eso no me da miedo acompañar a quienes tienen desaparecidos, a los presos políticos, a los maestros a defender sus derechos en las calles”, dijo con voz alta la ex alumna de la Preparatoria número 9.
La integrante del Comité Independiente de Solidaridad con los caídos del 60 recordó que “ese día iba a salir con Carlos Díaz Frías al cine Jacarandas, pero llegó mi padre porque él trabajaba en Coyuca y yo ya no pude salir. Me dijo mi amiga María que cuando ella estaba platicando con Carlos, pasó Luis Armando Cabañas y lo invitó al cine. Ese día desaparecieron a Luis Armando y Carlos también”.
En un expediente de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) retomado en el informe de la Comisión de la Verdad (Comverdad), se detalla que Díaz Frías fue detenido el 17 de junio en Chilpancingo, “en compañía de otro elemento de ultraizquierda del cual hasta el momento no se ha aclarado su identidad, sin embargo es estudiante del primer año de la escuela de Filosofía y Letras de la UAG y miembro de la Coordinadora de Círculos Marxistas-Leninistas.”
Mientras pasaba un policía frente al evento, recordó que en ese lugar frente a la catedral de la Asunción, el 30 de diciembre de 1960 se colocó la policía para evitar el paso del contingente que iba a apoyar a los estudiantes de la Preparatoria número 9, frente a la alameda central.
“Aquí se ponía toda la policía para que no pudiera llegar la gente a la alameda a apoyar a esa lucha que se gestaba, ahí donde llegó el Ejército y la policía motorizada a asesinar a 20 ciudadanos que nos dieron esta universidad”.