Aurora Harrison

El ex gobernador priista Rubén Figueroa Figueroa declaró que Guerrero es un estado muy difícil, donde “gobernar es muy complicado. Tenemos que estar cerca de quien gobierna, quien sea, si no, el resultado será peor. Hay que ayudar”.
En declaraciones el sábado al finalizar una reunión con el ex secretario de Turismo federal, Enrique de la Madrid Cordero, sobre el problema de seguridad en Guerrero, el ex gobernador respondió que eso sucede en todo el país, “entre más pobre, más complicado, más triste, vamos ayudar y vamos estar cerca del gobierno”.
Respecto a cómo será el apoyo que los priistas darán al gobierno estatal, respondió: “Haciendo reuniones de trabajo que puedan resolver problemas, poniendo nuestro grano de arena con el gobierno, para ayudar y decir cómo, dónde y con quién”.
“Guerrero es un estado difícil, donde gobernar es muy complicado. Tenemos que estar cerca de quien gobierna, de quien sea, si no, el resultado será peor. Hay que ayudar, hay que servir, hay que tener vocación de servir y de ayudar, no de estorbar”, indicó.
De la situación en Quechultenango, donde fueron retenidos militares y policías ministeriales por un grupo de pobladores, dijo: “Es un fenómeno orillado por un grupo que está ahí, y que controla a la población. Pones a la población entre la espada y la pared”.
Sobre las recientes declaraciones del obispo Salvador Rangel Mendoza, de que hay “narcos buenos y narcos malos” y que el ejército fue a “jalar la cresta al gallo”, respondió: “El obispo ya se fue, pero también conocía las cosas. Creo que tenemos que hacer muchas cosas, que no se puede hablar públicamente”.
“Debe hacerse más trabajo con la gente, con la sociedad, para buscar también resolver los problemas de seguridad que hay en todo el país, que son problemas complejos que tienen muchas raíces, mucho engranaje con los pueblos”, indicó.
Sostuvo que no se puede pedir a los habitantes de la comunidad que se pronuncien, porque cuando las autoridades se van “les dejas un problema terrible”.