El CIG, parte del Consejo Interreligioso de México que preside el cardenal Rivera



El 6 de noviembre de 2005, los representantes en el estado de las iglesias Bautista, Tlapaneca, Evangélica, Pentecostés, De los Santos de los Últimos Días, y Católica, se reunieron en Chilpancingo para crear el Consejo Interreligioso Guerrerense (CIG), con el objetivo de “favorecer una mejor relación con las autoridades civiles”.
El consejo directivo quedó integrado por el arzobispo de Acapulco, Felipe Aguirre Franco, como presidente; y como vicepresidente y secretario, los dirigentes evangélicos Víctor Souza Nájera y Roberto de León Hernández, respectivamente. Los representantes de las otras iglesias fungirán como vocales.
En su primera declaración como presidente, Aguirre Franco explicó que el CIG pretende “que el movimiento eclesiástico sea de gran ayuda para todos en el estado. El gobierno sabe que nosotros somos una fuerza moral para la paz, que en una acción conciliadora no siempre puede intervenir el gobierno del estado –aún haciendo valer las leyes del país– necesita también la fuerza moral de las iglesias.
“No tenemos otra preocupación, ni mucho menos interferir en las cuestiones políticas. Interferir no, iluminar sí, nos toca a nosotros iluminar todas las situaciones por las que atraviesa el ser humano, nosotros tomaremos partido por las luchas del hombre y no por las luchas de su partido”.
El arzobispo de Acapulco había propuesto desde el 20 de marzo de ese mismo año, que “el próximo gobierno estatal (de Zeferino Torreblanca Galindo) trabaje en la creación de un Consejo Interreligioso, en el que converjan creyentes de las diversas religiones que habitan en la entidad”.
El CIG nació casi 13 años después de que se creó el Consejo Interreligioso de México (CIM) –en febrero de 1992 y se constituyó como asociación civil en 1995– con tres propósitos fundamentales:
“Promover la tolerancia entre grupos religiosos y la sociedad mexicana; crear la conciencia del derecho a la diversidad religiosa, fomentando el estudio y la comprensión entre las diferentes tradiciones del país; y actuar como conjunto en proyectos que reflejen los valores universales que unen al ser humano, sea cual sea su religión, filosofía y práctica espiritual”.
El CIM –actualmente presidido por el cardenal Norberto Rivera Carrera–, integra hasta a las iglesias Católica Romana, Ortodoxa Griega, Anglicana, Luterana, Presbiteriana, De Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, así como a representantes del Judaísmo, Hinduismo, Budismo, Sikh Dharma y Sufismo-Islam. (Redacción).