Juan Angulo Osorio

Quinto mundo

Figueroa, mito genial

Zeferino Torreblanca, probable candidato del PRD a gobernador de Guerrero en las elecciones de febrero de 2005, declaró recientemente que los medios le atribuimos a Rubén Figueroa Alcocer –prototipo del cacique priísta del siglo pasado– más influencia de la que realmente tiene. Dijo más del poderoso político-empresario que no asimila que se haya truncado su gobierno a la mitad por la matanza de Aguas Blancas: que es “un mito genial”.

En la sucesión priísta que tendrá esta semana una reunión decisoria –el Consejo Político Estatal que definirá el método de selección del candidato– se tiende a ubicar a Figueroa del lado del senador Héctor Vicario, uno de sus más cercanos colaboradores.

La precampaña comenzó hace cinco meses en los medios y en mítines proselitistas, y nadie en el PRI –Roberto Madrazo, el gobernador René Juárez, el ex gobernador Angel Aguirre, los otros contendientes– ha dicho una sola palabra contra Figueroa, sus métodos de gobernar, los intereses que representa, aunque todos están unidos contra su presunto candidato.

En la sucesión de hace seis años, uno de los seis precandidatos del PRI me comentó que cinco de ellos esperaban que Figueroa pusiera su dinero en la campaña, y no en la precampaña. Lo puso en las dos. En la primera para que su favorito le ganara –en una ruda elección interna– a Manuel Añorve, el candidato de Angel Aguirre, el gobernador que lo sucedió después de Aguas Blancas. La próxima elección será todavía más competida que la de 1999, cuando su candidato –René Juárez Cisneros– venció al perredista Félix Salgado apenas por 15 mil votos de diferencia. Todo indica que el PRI irá con el senador Héctor Astudillo, a quien se venderá como un político joven no involucrado ni en matanzas o represiones ni en actos de corrupción, que han sido el sello de la mayoría de los gobernantes priístas en el estado.

Astudillo será también el candidato de Figueroa quien no puede mantenerse distante de la política que da poder para enfrentar eventuales llamados por su actuación en la guerra sucia. Además no puede dejar la política para dedicarse sólo a sus multimillonarios negocios, pues ambas facetas de su actividad van junto con pegado. No me parece que sea un tigre de papel.