Sí hubo pleito en Tlapehuala y lo causó el alcalde, según el ex fiscal religioso

 

 El ex fiscal religioso de Nuevo Guerrero, municipio de Tlapehuala, Gabriel Alonso Marquez, confirmó ayer que en esa localidad sí hubo un connato de violencia, y responsabilizó al alcalde Gudelio González Luviano de generar la “desestabilización” en su intento por “imponer a un fiscal a modo”, para que éste le adjudique las obras sociales que se han construido con limosnas de la iglesia.

Alonso Marquez, consultado en sus oficinas, indicó que el domingo se designó –mediante votación– al nuevo fiscal religioso de la Iglesia del Santo Espíritu. De los dos candidatos que se registraron resultó ganador Moisés Campos Salvador.

Dijo que quien provocó la desestabilidad fue Lázaro Santa María Chávez “con el pretexto de que quería ser el fiscal, pero debió pedir el cargo como es costumbre y no lo hizo, incluso exigía repetir la votación, pero moralmente era imposible”.

Por la inconformidad de Lázaro Santa María hubo un fuerte intercambio de palabras, “incluso había gente armada y por esas personas se llamó a la policía, pero no intervinieron ni desarmaron a quienes fueron señalados”.

Para el lunes –según Alonso Marquez– cuando se dirigió a la iglesia para hacer el inventario los habitantes inconformes, encabezados por Lázaro Santa María, le impidieron el paso. “Fue ahí donde se dio el connato de violencia, hubo golpes y por ello detuvieron a dos personas. En la noche se dio un nuevo connato y la policía judicial detuvo a nueve personas, mismas que fueron liberadas de modo extraño”.

Del problema, responsabilizó al alcalde de Tlapehuala, Gudelio González Luviano, porque “busca poner un fiscal a modo –Lázaro Santa María– para que le avale las obras que se han hecho en la comunidad con las limosnas de la iglesia, pero él quiere que digan que los 800 metros de pavimento y los 200 metros de drenaje que se construyeron los hizo el municipio”.

Negó que al suprocurador de Averiguaciones Previas de la Procuraduría General de Justicia del Estado, Antonio Nogueda, le haya avisado que había un grupo de encapuchados, “yo le dije que había gente armada”

Desmintió también al subsecretario de Gobierno para Asuntos Religiosos, Javier Bataz Benítez, de que la fiscalía –la que recibe cada mes cerca de 10 mil pesos por limosnas– sirva para poder llegar después a cargos públicos, “eso no es cierto”.

Alonso Marquez indicó que “sí hubo connato de violencia”, pero que las autoridades no quisieron intervenir y contrariamente el agente del Ministerio Público de Arcelía integró una averiguación “amañada, creo que lo sorprendieron pues las cosas no fueron así, ellos son los que me agredieron a mí”.

Termina el conflicto por el fiscal en la parroquia de Nuevo Guerrero, Tlapehuala

 Gregorio Urieta Tlapehuala

Con la toma de posesión de Moisés Campos Alvarado como nuevo fiscal de la parroquia del Santo Espíritu, en la comunidad de Nuevo Guerrero, culminó momentáneamente el conflicto que por la administración de los bienes e ingresos de esa parroquia se gestó desde marzo de este año, cuando un grupo de feligreses manifestaron a El Sur su inconformidad por la falta de transparencia en la administración del anterior fiscal, Gabriel Alonso Márquez.

Los feligreses acusaron a Alonso Márquez de haber vendido dos kilogramos de oro pertenecientes al Santo Espíritu, patrono del lugar, sin avisar a los mayordomos y guananchas, y de negarse a informar de los ingresos que según los denunciantes, suman alrededor de 12 mil pesos al mes, tan sólo por concepto de limosnas.

El conflicto se agravó cuando el pasado 31 de mayo se celebró la elección de un nuevo fiscal, y Alonso Márquez decidió desconocer la elección que se llevó a cabo, ante lo cual un grupo de feligreses se plantó en el interior de la parroquia.

De acuerdo a una denuncia interpuesta ante la agencia del Ministerio Público de Arcelia por un grupo de feligreses, Alonso Márquez llegó hasta ese lugar y encerró a los manifestantes.

En la madrugada del martes, según la misma versión, éste llegó con varios de sus familiares armados con palos, piedras y machetes y golpearon a los feligreses que estaban encerrados, a los que posteriormente denunció como delincuentes ante el mismo MP de Arcelia, acusándolos de haber sustraído varios objetos de valor del altar y del Santo Patrono del lugar.

Ante ello, los feligreses decidieron interponer a su vez una denuncia penal en contra de Gabriel Alonso, por presuntos delitos de robo, amenazas de muerte, lesiones y otros.

La intervención del alcalde Gudelio González Luciano, hizo que finalmente se nombrara a Moisés Campos Alvarado como nuevo fiscal de la disputada parroquia de Nuevo Guerrero, a quien Alonso Márquez entregó las llaves después de rendir un informe en donde se supo de la existencia de dos coronas de oro que aseguraba ya haber vendido.

A Moisés Campos, que fungirá como fiscal a partir del 2 de junio hasta el 30 de mayo del 2005, lo acompañan como mayordomos fiesteros Carlos Luciano, Pedro Valenzuela Marín, Pedro Calixto León, Telésforo Vargas, Juan Ugalde Zeferino, Jesús Santamaría, y Moisés Santamaría Piedra.

Acusan a fiscal parroquial de Tlapehuala por vender oro donado por fieles

 Las guananchas y mayordomos de la parroquia de Santo Espíritu, de la comunidad de Nuevo Guerrero, manifestaron su inconformidad por la forma en que el fiscal de la parroquia, Gabriel Alonso Márquez, utiliza los recursos obtenidos por la venta del oro que desde hace cuatro años se acumuló por donativos de los creyentes, en el santo patrono de esa comunidad.

Asimismo, denunciaron que el fiscal ha vendido el oro sin pedir su opinión, a pesar de que son ellos quienes deben decidirlo y analizar en qué se invierte el dinero obtenido, pero que al señalarle el asunto los acusa de ser priístas.

Una de las inconformes, Yolanda Ugalde Chamú, explicó que el sábado pasado Gabriel Alonso Márquez citó a reunión a las guananchas y mayordomos del templo, a la que sólo asistieron unas treinta personas.

Allí les informó que desde hace un mes había vendido el oro producto de unos tres años de donativos de los feligreses y creyentes de los milagros del santo patrono, y que de la venta tenía un total de 58 mil 680 pesos.

explicó que parte de ese dinero se había invertido la remodelación de los baños y en la pavimentación de la calle Benito Juárez, de esa localidad.

Yolanda Ugalde dijo que las guananchas le reclamaron que no les avisara de la venta del oro, pues previamente él había anunciado, por medio de una bocina local, que cuando lo hiciera les avisaría para que lo acompañara una comisión.

“Nadie sabe cuándo fue a venderlo ni en dónde, cuánto pesó el oro, nadie sabe cúanto le pagaron, sólo él”, señaló.

Según Ugalde Chamú, semanalmente ingresan de 3 a 5 mil pesos por diversos conceptos, lo que daría más de 100 mil pesos al año.

Dijo que Gabriel Alonso prestó dinero de la parroquia                       a algunas personas, entre ellas, 5 mil a Simón Santa María y 3 mil a Juan Ugalde Zeferino, quienes no han pagado. “Todo ello sin contar con la aprobación ni el conocimiento de los mayordomos y las guananchas de la parroquia”.

Sobre las obras que se construyeron, dijo que los baños ya estaban, pues se hicieron durante la fiscalía de Alfa Hinojosa, “sólo que Alonso Márquez asegura haberlos remodelado, y de la pavimentación de la calle Benito Juárez lo que hizo fue rastrear dos calles adyacentes a la parroquia, para lo cual dijo que invertiría 7 mil pesos del dinero propio y pidió 8 mil pesos a un comité que se constituyó ex profeso, el cual vendió boletos para rifar varios artículos de uso doméstico”.