Fumigan panteones en Tierra Caliente para prevenir dengue para el Día de Muertos

 

En todos los panteones de Tierra Caliente comenzó una campaña de fumigación, mediante una coordinación de los ayuntamientos y la jurisdicción sanitaria, que como primer objetivo tiene el de preparar los espacios antes de la temporada del Día de Muertos, pero también disminuir las condiciones para la proliferación del mosquito transmisor del dengue.
En los nueve municipios de Tierra Caliente comenzaron las actividades de fumigación. Sin embargo, también alrededor de estos espacios hay colonias en donde se han reportado el incremento de casos sospechosos de dengue. Se trata de pacientes que son atendidos en clínicas particulares en los municipios de Tlapehuala, Pungarabato, Coyuca de Catalán y Zirándaro.
En el caso de Zirándaro, hay seis casos atendidos desde Huetamo, Michoacán, debido a que por la cercanía que hay con esta localidad, se le hace más fácil a las familias trasladarse a Huetamo que a Coyuca de Catalán.
También en Pungarabato se reportó que, junto al panteón de Ciudad Altamirano, en la colonia La Estación, fueron registrados cuatro casos en clínicas particulares.
Todos los pacientes son casos atendidos en clínicas particulares, que se conocen a través de reportes a los centros de salud; sin embargo, no existen estudios finales que confirmen que se trata de dengue. No obstante, los médicos tratan a los casos como sospechosos por los diferentes síntomas que presentan.
Entre los síntomas que los médicos toman en cuenta para registrarlos como casos sospechoso de dengue, está el aumento de la temperatura y la baja de plaquetas, entre otros.
En los panteones hay tumbas con floreros, algunos de ellos forman parte de las mismas, de tal manera que con las recientes lluvias, ahí se acumuló el agua y en otros casos se trata de los floreros, donde constantemente las familias llevan agua para las flores y ésta se estanca, lo que permite la proliferación y el crecimiento del zancudo transmisor del dengue.
La campaña que se está aplicando, a través de los municipios, en el caso de Cutzamala está relacionada con la participación directa de los trabajadores, para limpiar los panteones y sacar la basura de plásticos que pudieran permitir agua. Alrededor de eso, también los mismos trabajadores de la Secretaría de Salud ayudan a la fumigación, lo cual de acuerdo con lo planeado, permitiría que la temporada de visita por las fechas de los muertos, sea de menor riesgo de contagio.
De igual forma, en las colonias cercanas a los panteones están aplicando la campaña de limpieza y fumigación. (Israel Flores / Ciudad Altamirano).

 

Tres sacerdotes de la diócesis de Altamirano fueron asesinados y no hay justicia, señala un párroco

El párroco de la iglesia San Pedro y San Pablo de la diócesis de Ciudad Altamirano, Fidencio Abellaneda Reinoso, denunció durante una reunión con familiares de víctimas de desaparición forzada que entre 2009 a 2014 tres párrocos en esa región han sido asesinados por delincuentes que pretendían extorsionarlos, sin que se haya hecho justicia por esos casos.
Además dijo que la presencia de la Policía Federal (PF) no ha dado buenos resultados, pues siguen los secuestros, asesinatos y extorsiones en esa región.
El padre Abellaneda Reinoso participó ayer en esta ciudad en el foro convocado por la asociación Guerrero es Primero, en el que principalmente participaron organizaciones de familiares de víctimas de desaparición forzada, el cual se realizó en el auditorio de la Universidad Tecnológica de la Región Norte de Guerrero (UTRNG).
En su intervención durante el foro dio a conocer que entre 2009 y 2014 tres párrocos de la Diócesis de Ciudad Altamirano han sido asesinados sin que por ellos se haya hecho justicia.
En declaraciones a reporteros abundó que el padre Habacuc Hernández Benítez fue el primer sacerdote asesinado el 13  de junio de 2009, quien era promotor vocacional en esa región y fue levantado junto a otros dos jóvenes, quienes al parecer fueron confundidos con personas ligadas a la delincuencia organizada, “se llevaron a los tres y se llevaron de corbata al padre”.
Dijo que la persona que investigaría ese caso también fue asesinada a los 3 días de haber sido nombrada, por lo que a partir de ahí nadie investigó más.
Otro caso fue el asesinato del padre Ascensión Acuña Osorio, quien fue levantado del curato de San Miguel Totolapan el 21 de septiembre de 2014, y después fue hallado asesinado en la orilla del río Balsas. El párroco anteriormente estaba siendo extorsionado por delincuentes quienes le pedían 300 mil pesos y que sólo entregó 50 mil pesos, narró el padre.
Un caso más, dijo, fue durante la colecta que se hace cada año en Altamirano en las diferentes diócesis. A el padre Gregorio López Gorostieta, el padre Goyo, le había tocado la catedral de ciudad Altamirano y una vez que terminó la colecta el domingo 21 de diciembre de 2014 al llegar al seminario fue levantado por delincuentes que también le pedían el pago de una cuota, la cual no entregó y tres días después fue hallado asesinado con huellas de tortura y golpes.
A pregunta expresa, informó que hasta ayer no se ha hecho justicia y “siguen sin investigación y completamente impunes, sólo están sumados en los archivos del gobierno”.
Informó que apenas el 28 de diciembre hubo otro intento de secuestro a otro sacerdote al cual golpearon para quitarle el dinero de las limosnas en el municipio de Huetamo, Michoacán, que también pertenece a la diócesis de Altamirano.
Pidió a los tres niveles de gobierno poner atención a los reclamos no sólo de la iglesia sino de la sociedad en general “ya que tenemos muchos secuestros y muchas extorsiones que ha generado que muchas familias salgan huyendo de la región de Tierra Calientes en busca de seguridad”.
Dijo que con la presencia de la Policía Federal, división de Gendarmería en Altamirano, “no ha habido buenos resultados, sino al contrario, sigue habiendo secuestros, asesinatos y extorsiones, por lo que pensamos que hace falta mayor compromiso de las autoridades”.
Declaró que ante la inseguridad registrada en la región de Tierra Caliente, los sacerdotes implementan protocolos de seguridad como el decir a dónde van, no salir de noche o avisar donde están en cada momento.