Más de mil habitantes de la comunidad de El Quemado, en la sierra de Atoyac, se encuentran sin agua potable desde septiembre de 2015, debido a que la empresa contratada por la Comisión de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento del Estado de Guerrero (CAPASEG), construyó de manera deficiente la línea de conducción, y las lluvias de ese año dañaron la tubería.
El presidente del comisariado ejidal de El Quemado, Manuel Martínez Salas informó que la situación fue planteada al presidente municipal, Dámaso Pérez Organes, en una visita a la comunidad, quien ofreció ponerse al frente de la gestión, pero a pesar de eso no hay avances en la reconstrucción de la obra, que consta de 13 kilómetros de tubería desde el ejido de San Vicente de Jesús hasta El Quemado, y debió entregarse en diciembre de 2015.
El representante ejidal señaló que desde el principio se hicieron mal las cosas, porque los habitantes de la comunidad, que conocen bien el terreno, hicieron observaciones a la constructora de que la obra no estaba bien, pero no tomaron en cuenta sus sugerencias. Las lluvias de 2015 arrastraron los tubos, cuando miembros de la comunidad habían comentado que estaban muy abajo en el lugar en donde pasa un río.
Señaló que cuando el presidente, Dámaso Pérez Organes fue a la CAPASEG le dijeron que los recursos estaban aprobados y sólo faltaba el dinero para rehabilitar la obra; incluso el gobernador, Héctor Astudillo Flores, giró instrucciones para que se arreglara el sistema, pero los funcionarios de la CAPASEG han hecho caso omiso y ahora dicen que no hay recursos. Por eso la comunidad pregunta quién se hará responsable de la obra.
A inicios de mayo, cuando la temporada de secas es más severa, los habitantes de la comunidad de El Quemado podrían sufrir estragos en sus hogares, ya que los vecinos temen que la falta de agua sea causa de enfermedades gastrointestinales y de la piel.