Llama el arzobispo de Acapulco a combatir el “otro virus”, el de la violencia

Aurora Harrison

El arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, en su mensaje de Año Nuevo llamó a los ciudadanos a poner cada uno de su parte para combatir el “otro virus” que se manifiesta en asesinatos, desapariciones, extorsiones y destrucción de bienes personales, cobro de cuota, control de la cosecha o comercialización.
A través de la página oficial, González González dijo que la llegada del Año Nuevo da la oportunidad de agradecer y reflexionar sobre “los acontecimientos que hemos vivido. Nos ayuda a poner orden en nuestra vida y no seguir tropezando con las cosas del ayer, nos ayuda a no repetir las fallas y errores en que hemos caído”.
Detalló que el Papa, en su mensaje Jornada Mundial de la Paz, “en medio de los trágicos acontecimientos que vive nuestro mundo, en medio del sufrimiento e injusticia que nos rodea, nos invita a mantener el corazón abierto a la esperanza”.
“Luego de estos tres años pasados, en los que el Covid-19 nos sumió en una muy oscura y dolorosa noche, es necesario preguntarnos, ¿qué hemos aprendido de esta situación pandémica?”.
Mencionó que la mayor lección que deja es “es la conciencia de que todos nos necesitamos; de que nuestro mayor tesoro, aunque también el más frágil, es la fraternidad humana”.
Sostuvo que es urgente que se promuevan los valores universales que trazan el camino de la fraternidad humana; porque de esa “experiencia ha surgido una conciencia más fuerte que invita a todos, pueblos y naciones, a volver a poner la palabra juntos en el centro. En efecto, es juntos, en la fraternidad y la solidaridad, como podemos construir la paz, garantizar la justicia y superar los acontecimientos más dolorosos”.
Abundó que “sólo la paz que nace del amor fraterno y desinteresado puede ayudarnos a superar las crisis personales, sociales y mundiales”.
Junto al Covid-19, el Papa, indicó que “nos hace mirar ese otro virus que nos está matando, el de la guerra declarada y dolorosamente vivida en algunos países, y el de la violencia que siembra tanta muerte y dolor en muchos pueblos y naciones”.
“Nos hace caer a la cuenta de que los problemas que enfrentamos están todos ellos interconectados, y nos llama a enfrentarlos con responsabilidad y compasión: la sanidad pública para todos; poner fin a los conflictos y guerras, cuidar nuestra casa común, hacer frente al cambio climático; luchar contra el virus de la desigualdad y garantizar la alimentación y un trabajo digno para todos; apoyar a quienes ni siquiera tienen un salario mínimo; acoger e integrar a migrantes y descartados”, precisó.
Explicó que se requiere construir una cultura de paz, para que cada persona tenga en su actuar el firme propósito de no causar daño a nadie, de ser para los demás un prójimo, un hermano.
“Hemos de poner mucho empeño en ello, todos los que tenemos responsabilidad en la educación de las personas: la familia, la escuela, las iglesias, los medios de comunicación. Es necesario el aporte de todos para poder combatir ese otro virus que se manifiesta entre nosotros en las ejecuciones, asesinatos, desapariciones, extorsiones, destrucción de bienes personales, cobro de piso o cuota, control de la cosecha o de la comercialización de bienes de consumo ordinario, control de paso en caminos, expulsión de comunidades. La impunidad deja muy indefensa a la sociedad”, precisó.
Abundó que el conocimiento de la verdad de los hechos, la reparación de daños en la medida de lo posible, la impartición de justicia conforme a derecho, el dar a quien cometió el crimen la oportunidad de recapacitar y cambiar para volver luego a la sociedad a hacer el bien, que es misión de quienes tienen la responsabilidad de proteger a las personas y sus bienes desde el servicio de autoridad.
“En este año que empezamos, especial cariño en el cuidado de nuestras familias. En la familia nacen y crecen el hombre y la mujer promotores de una cultura de paz. Ahí aprendemos a vivir queriendo el bien de quienes nos rodean. Se nos transmiten los principios morales que nos llevan al respeto, la honestidad y la cordialidad, a la convicción de que hay que decir no a la venganza; buscar restablecer la justicia porque sólo en ella puede vivirse, pero sin odiar a quien nos ha hecho mal” puntualizó.
González González dijo que el papel de la familia es decisivo en la sociedad; por ello hemos de cuidarla de manera más responsable”.