Piden por la paz los penitentes de Taxco con más fuerza este Jueves Santo ante amenazas del crimen

Este Jueves Santo participantes en la procesión de Los Cristos, una de las más impactantes y que congregó a miles de personas entre turistas y lugareños Foto: Claudio Viveros

Claudio Viveros Hernández

Taxco de Alarcón

La Semana Santa en Taxco resurgió durante el día y la noche de ayer, marcada con el nuevo ímpetu de miles de feligreses, organizaciones religiosas y las anónimas hermandades de penitentes que salieron a las calles para manifestar su fe y devoción, con la petición de paz, lo que se observó en los moños blancos y en su vestimenta, mostrando con ello un mensaje contundente ante la violencia y las amenazas propagadas por la delincuencia organizada.
Este Jueves Santo, desde temprana hora, de los pueblos, barrios y colonias el movimiento de lugareños se vio en ascenso para ser partícipes en la procesión de Los Cristos, una de las más impactantes y que congregó a miles de personas confundidas todas entre turistas en una sinergia para con esta tradición que irradió estar más viva que nunca.
Los Cristos y los penitentes, con la iglesia y los párrocos, volvieron este año con mayor vigor y entereza para decir a México y el mundo que este patrimonio cultural mantiene su pertenencia e identidad, con el simbolismo religioso heredado y transmitido de generación en generación, lo que representa uno de los activos más grandes de Taxco y de Guerrero que no se quiebra y lo vino a revitalizar el pasado lunes el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, al cobijarlos con su llamado a que se termine la violencia y externarles “no están solos”.
Esto motivó y reanimó la participación de penitentes y feligreses que parecieron recobrar la calma y se vivió durante el día y la noche. En entrevista, un penitente que cumple 25 años en una de las hermandades expresó que la participación de la mayoría de ellos estuvo en riesgo debido a que miembros de la delincuencia organizada que se identificaron como de La Familia Michoacana los hostigaron y pidieron información de cada uno de ellos, incluso cuotas para aparecer con cruces o rollos de espinas, lo que puso en tensión los preparativos y fue entonces que hace más de un mes lo comunicaron a los sacerdotes y al obispo González Hernández, quien los escuchó y los conminó a salir y pedir por la paz.
Con los ojos llorosos dijo: “mi penitencia es por la paz, por lo que se está viviendo en Taxco por la violencia. Yo soy uno de tantos perjudicados y sabemos que las mismas autoridades están coludidas con la delincuencia. Pedimos que se acabe esto, nos lastima a todos y no había sucedido, estábamos bien. La verdad, sí teníamos y tenemos miedo, pero es una penitencia que hacemos en la Semana Santa y este año yo pido por la paz, por los desaparecidos y porque ya no haya más muertos, por la salud de todos”.
Y en esa actitud de fe y el bienestar colectivo se han mantenido en estos días las mujeres penitentes con sus moños blancos en señal de paz y los penitentes hombres con la voluntad y entrega de mantener viva la tradición más grande que se conoce en Guerrero, México y el mundo y es uno de los mayores atractivos generados desde la ciudadanía y al lado de la iglesia.
De acuerdo con el extinto escritor, Jaime Castejón Diez, en su libro Crónicas Taxqueñas las hermandades de penitentes “reproducen aquellas devociones que actúan como símbolos de identidad en sus lugares de origen, que suelen ser al mismo tiempo ligadas a imágenes que en su concepción son los santos patronos de la localidad” y es por eso que “las hermandades tienen una identificación importante con ellas”.
Y cita como ejemplos el Padre Jesús que se encuentra en la capilla de indios de la parroquia de Santa Prisca, el señor de La Veracruz en su santuario a quien se conoce como El General y es el que presidió la procesión de anoche, el Cristo del Santo Entierro del Exconvento de San Bernardino, y los Cristos de Chavarrieta y de Los Plateros, por mencionar a tantos de los que se veneran, y vienen siendo una especie de estandartes como sistema de protección e identidad.
Las prácticas de la penitencia, según refiere Castrejón Díez, aparecieron entre los siglos XV y XVI, y en Taxco se remontan a finales de 1500, con una evolución paulatina como las que desde el mediodía de ayer se observaron en las hermandades y con el sol encima que calaba -con los encruzados que cargaron pesados rollos con espinas de varas de zarzamora, los flagelantes que cargaron un crucifijo sobre sus brazos y en intervalos se azotaron la espalda hasta hacerla sangrar con un instrumento de puntas filosas, y los encadenados que atan a sus tobillos pesadas cadenas de acero en lo individual y en grupos, todos con un faldón color negro y capuchón para mantenerse en el anonimato.
A todas ellas les llaman disciplinas y son públicas, en medio de habitantes y turistas, en su peregrinar en las calles empedradas y en una transformación del culto de la cruz con la sangre de Cristo, que logran mover las fibras más sensibles y se han hecho comunes en la tradición, similar a las de Sevilla y Castilla, España, que agrega el investigador “tuvieron una gran influencia cuando muchos de los conquistadores llegaron a la Nueva España y algunos de ellos habían sido miembros de estas organizaciones y las revivieron en el Nuevo Mundo y establecieron el concepto de hermandad que evolucionaría después en su nuevo entorno”, como sucedió en Taxco y los frailes que aquí habitaron.
Así, en un renacimiento decisivo y espiritual, cientos de penitentes y decenas de imágenes de Cristos, con feligreses en la procesión y turistas por toda la zona del Centro Histórico, se apropiaron de su territorio y tradición en un día que se convirtió en una prolongada jornada, desde la madrugada del jueves al amanecer del viernes en que todos retornaron a sus lugares de origen, para reanudar este viernes con el viacrucis, más conocido como la procesión de Las Tres Caídas.
Con ellos, en la custodia, acompañamiento, ayudantía y la carga de imágenes, la actividad religiosa integró a cientos de feligreses y hermandades, y no faltó, como en otros momentos, la crítica hacia los penitentes “piratas”, no reconocidos oficialmente por la iglesia, y el protagonismo desmedido de políticos, ex alcaldes, ex regidores, funcionarios y ex funcionarios que se cuelan con rostro y en el anonimato, y a lo que se añadió desde los primeros días el reparto a diestra y siniestra de pequeñas cajas de cartón con los logos y colores del actual Ayuntamiento, para ser utilizadas como portavelas por los feligreses acompañantes.
Antes de la procesión de anoche, por la tarde se desarrolló el paseo de los soldados romanos con judas al frente, quien los condujo por las calles para traicionar a Jesús de Nazareth y ser aprehendido. Fue un largo recorrido que cerró en el Huerto y después continuó en la iglesia de San Nicolás donde apareció preso y fue después que inició el recorrido de los Cristos, una de las procesiones más impactante de la Semana Santa en Taxco, entre cientos de velas y cirios encendidos que iluminaron la travesía y la música de las chirimías, al ritmo de un violín, un pequeño tambor y una tambora que colmaron el ambiente en barrios y las legendarias calles del antiguo Real de Minas.

 

Recibe la capital el 2023 con espectáculo de pirotecnia desde el cerro Machohua

 

En Chilpancingo también los habitantes observaron el espectáculo de gala de pirotecnia minutos antes de la medianoche del sábado para recibir el 2023.
A las 11:24 de la noche el Ayuntamiento de Chilpancingo mediante una transmisión en su página oficial de Facebook difundió el espectáculo de pirotecnia, el cual inició a las 11:30 de la noche y tuvo una duración de 12 minutos.
A diferencia de ediciones anteriores, cuando los fuegos artificiales se lanzaban de diferentes zonas del bulevar Río Huacapa, este año se dispararon de un solo lugar, la zona conocida como las Antenas, en el cerro Machohua, al oriente de la ciudad, rumbo a la carretera federal Chilpancingo-Tixtla.
Esto permitió que más capitalinos disfrutaran el espectáculo desde las azoteas de sus casas o en las calles de la ciudad.
Fuentes del gobierno municipal comentaron que se hizo minutos antes de la medianoche para que no se empalmara con la gala de pirotecnia Guerrero vuelve a brillar que se realizó en Acapulco y también se transmitió por redes sociales y televisión.
Antes, a las 8:30 de la noche, se realizó una misa de fin de año en la Plaza de Toros Belisario Arteaga, que se encuentra en las instalaciones de la Feria de San Mateo, Navidad y Año Nuevo, que se había anunciado presidiría el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, pero fue sólo un párroco local, porque se informó en el lugar que el obispo enfermó y decidió no asistir para no agravar su salud.
Quien sí asistió fue la alcaldesa morenista de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, junto con su familia.
De acuerdo a los organizadores acudieron un poco más de 2 mil católicos. (Emiliano Tizapa Lucena / Chilpancingo).