Fracasó el programa federal de prevención de la violencia que se aplicó de 2013 a 2015, señalan

Después de una inversión de casi 300 millones de pesos entre 2013 y 2015, Acapulco “está reprobado” en prevención de la violencia, de acuerdo con un estudio financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y elaborado por el investigador Jorge Triana Sánchez.
Ayer en el auditorio del Ins-tituto Internacional de Estudios Políticos Avanzados Ignacio Ma-nuel Altamirano (IIEPA-IMA) de la Universidad Autónoma de Guerrero, como parte del primer seminario nacional Las Violencias en México, Causas, Consecuencias y Derroteros, se desarrollaron tres mesas para discutir los escenarios violentos que se presentan en el país.
En la mesa uno, Violencias, inseguridad y alternativas de contención, experiencias subnacionales, participaron Héctor Miranda Anzá, de la Universidad Iberoamericana de Puebla, quien habló sobre la economía social como una alternativa a la violencia; Silvestre Licea Dorantes, del IIEPA-IMA, quien habló de los enfoques para entender la violencia; Betzy Ríos Guzman, quien habló sobre los jóvenes que no estudian ni trabajan (ninis) en contextos de violencia en el caso de Acapulco; y Jorge Triana Sánchez.
Triana Sánchez explicó que los resultados presentados son parte de la investigación Ciudadanía y Violencia Urbana en Guerrero, del programa Cátedras Conacyt para jóvenes investigadores, y lo expuesto ayer sólo fue una parte de los resultados de la percepción de inseguridad de los vecinos asentados en las zonas identificadas por el gobierno federal como de alta incidencia delictiva en Acapulco, entre ellas las colonias Petaquillas, Ciudad Renacimiento, Emiliano Zapata, Progreso y Jardín, las que, señaló, fueron definidas arbitrariamente porque nadie conoce cuáles fueron los parámetros utilizados.
Triana Sánchez precisó que la investigación fue para conocer si los casi 300 millones de pesos invertidos en Acapulco del Programa Nacional de Prevención del Delito (Pronapred) de 2013 a 2015, han mejorado la percepción de inseguridad de los ciudadanos.
Recordó que en 2013 para Acapulco se destinaron 99.1 millones de pesos; en 2014 fueron 99.3 millones de pesos; en 2015, 95.5 millones de pesos; en 2016, 73.8 millones de pesos y en 2017 no se destinó dinero para el fondo. Los años analizados son de 2013 a 2015 porque la investigación se hizo en 2016.
Los resultados de la investigación presentada demostraron que el municipio está reprobado en la escala de 1 al 10. En la 1 es me siento muy inseguro y 10 es me siento muy seguro se obtuvo una calificación de 5.2 como resultado de 831 encuestas aplicadas en 2016 en hogares de Petaquillas, Renacimiento, Zapata, Progreso y Jardín.
Los lugares señalados en el estudio es que el transporte público y los cajeros automáticos son los sitios con mayor percepción de inseguridad en esas colonias y los que consideran más seguros son sus domicilios, trabajo y escuela.
El investigador alertó que en la Jardín la percepción de inseguridad de los vecinos es la más grave pues el promedio en la evaluación fue de 4.34 mientras que en Petaquillas, Renacimiento, Zapata, Progreso fue similar a 5, “algo realmente severo está pasando en el polígono Jardín respecto a la percepción de seguridad de sus habitantes”.
El maestro en Política Pública del IIEPA, Silvestre Licea, en su exposición sobre los Enfoques para Entender la Violencia señaló que “en Guerrero, grupos caciquiles, ligados a la política, la economía y el crimen organizado mellan el proceso de convivencia política, lo que inhibe el impacto de los programas de prevención del delito”.
La egresada del IIEPA-IMA, Betzy Guzmán, presentó los resultados de su tésis de licenciatura, en los que encontró que los jóvenes de entre 15 y 29 años que no estudian ni trabajan no se consideran ninis, y que este grupo de jóvenes está estigmatizado como vagos o victimizados como personas sin oportunidades.
Héctor Miranda, de la Universidad Iberoamericana de Puebla, habló sobre la economía social como alternativa a la violencia, y explicó que en la economía social lo principal es la persona y no el capital porque “la lógica en que el capital es lo principal es muy violenta”.
Indicó que en Michoacán y Guerrero hay proyectos de economía social.