Claman por justicia en el cortejo fúnebre por el asesinado alcalde electo de Copala

Jacob Morales Antonio

Familiares, amigos y vecinos del alcalde electo asesinado de Copala, Salvador Villalva Flores, clamaron justicia durante su cortejo fúnebre, que fue escoltado por Guardia Nacional, y donde increparon a la prima y dos veces alcaldesa de Copala, y ahora diputada local electa, Guadalupe García Villalva, quien terminó retirándose.
El cuerpo del alcalde electo del Partido México Avanza fue velado en su casa, ubicada en la calle Matamoros, en Barrio Nuevo, a cuatro cuadras del centro de la cabecera municipal, donde parte de la calle no está pavimentada y es de terracería.
A las 4 de la tarde, el cortejo fúnebre salió de la casa, donde a petición expresa de la familia a los reporteros que acudieron a la cobertura no se les permitió grabar, tomar fotografías o recoger algún testimonio.
Se pidió hablar con los dirigentes del partido en ese municipio, pero un vecino comentó que fue Villalva Flores quien fue el enlace directo con los dirigentes estales del partido, y quien armó la planilla con la gente que no tuvo miedo de registrarse en los puestos de síndicos y regidores, luego del asesinato del dirigente del PVEM, Jesús González Ríos.
Unas 200 personas caminaron unos 2 kilómetros, hasta llegar a la capilla del barrio y luego a la iglesia del pueblo, donde fue despedido el cuerpo, para después enfilar al panteón municipal, ubicado a unos 800 metros del lugar.
El cortejo estuvo en todo momento escoltado por elementos de la Guardia Nacional, que se mantuvieron en los alrededores de la casa de la familia del alcalde electo asesinado, durante la velación. Al capitán de fragata le sobreviven cinco hijos, quienes lo acompañaron hasta su última morada.
Dos cuadras antes de llegar a la iglesia del centro, la dos veces alcaldesa y diputada local por Morena electa por el distrito 15, Guadalupe García, trató de integrar al cortejo, pero los amigos y vecinos la increparon y le solicitaron que se retirara, que caminara sola y hasta atrás.A una sola voz primero se escuchó “justicia, justicia, justicia”, en repetidas ocasiones, cuando la gente se percató que estaba parada en la calle. Entre la gente se escucharon gritos, de mujeres y hombres, decir “que se vaya”, “vete” y un hombre, insistentemente, dijo: “Que no se una al grupo”, mientras sus familiares pedían que la dejaran, por ser de la misma sangre, respondiendo otro familiar que pedía que se fuera, “yo también soy de su sangre”.
Luego, por un momento, el cortejo fúnebre paró y la gente trató de esperar que la alcaldesa con licencia siguiera caminando sola y no integrada al grupo de acompañamiento. Minutos después ya no se observó a García Villalva.
A una calle del lugar donde fue increpada la alcaldesa, llegó el alcalde electo suplente, Rogelio Solano Pérez, rodeado y escoltado por elementos de la Guardia Nacional y de la Policía Estatal, quien caminó y acompañó el ataúd hasta el panteón.
Los cinco hijos de Villalva Flores y su esposa caminaron junto al ataúd, rodeados de los amigos. El llanto, ensordecedor por momentos, era interrumpido por hombres de avanzada edad que ebrios lanzaban señalamientos de responsabilidad contra la prima del alcalde electo asesinado.
Al llegar al panteón, los asistentes lanzaron porras y gritaban: “Sí capitán, estamos listos”, seguido de fuertes aplausos. Unos 20 minutos después de haber llegado al panteón, la gente que acudió comenzó a retirarse, dejando sola a la familia y amigos más cercanos. Mientras, en los alrededores, la Guardia Nacional se mantenía atenta.

Agentes de la Guarda Nacional fuertemente armados resguardan el cortejo fúnebre del alcalde electo asesinado de Copala, Salvador Villalva Flores Foto: Carlos Carbajal