Siguen en paro alumnos del Colegio Superior Agropecuario; no los atiende Sader, denuncian

Alejandro Guerrero

Iguala

Estudiantes de Fitotecnia y Zootecnia del Colegio Superior Agropecuario del Estado de Guerrero (Csaegro), que mantienen su paro estudiantil y la toma del Centro de Estudios Profesionales de Cocula, así como oficinas administrativas en Iguala y un vivero en Tepecoacuilco, informaron que desde el jueves que iniciaron su movimiento ya no han tenido acercamiento ni respuesta a sus demandas de parte de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), en su exigencia de separar del cargo al director general, Régulo Jiménez Guillén y el director, Rubén Gutiérrez Vargas a quienes acusan de presuntos actos de corrupción y desvío de recursos.
Asimismo denunciaron que en un acto de hostigamiento e intimidatorio a su movimiento, profesores afines a los directores Jiménez Guillén y Gutiérrez Vargas, están citando a los alumnos a tomar clases a partir de hoy lunes en una sede alterna afuera del plantel ubicado en Cocula.
En declaraciones ofrecidas este domingo a la 1 de la tarde, una de las estudiantes que ha sido vocera del movimiento, informó que el conflicto sigue en las mismas condiciones en las que inició el jueves, sin que ninguna autoridad de la Sader (que es la Secretaría de la que depende el Csaegro), los haya atendido ni dado respuesta a su pliego petitorio.
Dijo que el jueves que iniciaron el paro estudiantil y la toma de las instalaciones, fue la única ocasión en la que se presentaron ante ellos los directivos, y que a partir de ese día ya ninguna autoridad se ha acercado ni dado respuesta a sus exigencias.
Mencionó que sólo agentes de Gobernación se presentaron con ellos para solicitar información en Iguala, “pero de ahí en fuera absolutamente nadie nos ha dado respuesta a nuestras peticiones”.
A pregunta hecha acerca del hostigamiento, amenazas o más represalias que hayan tenido, sólo mencionó que en un claro acto de hostigamiento o intimidación a su movimiento, los profesores afines a los directores, difundieron un comunicado “no oficial” y ni firmado por el director del Centro de Estudios Profesionales (CEP), para que los alumnos tomen clases a partir de este lunes en un espacio que van a ocupar como sede alterna afuera de la escuela de Cocula después de las 3 de la tarde.
Declaró además, que bajo la supuesta orden del director Rubén Gutiérrez, se convocó a los alumnos a tomar clases en línea, ante la amenaza de que la suspensión de las clases debido al paro y toma de oficinas afectará en sus calificaciones.
De la amenaza que hizo Jiménez Guillén el primer día de la protesta de enviar a agentes de la Fiscalía General del Estado (FGE), ante el supuesto acto ilegal que realizan, dijo que no se materializaron.
El jueves por la mañana, poco más de 400 alumnos que cursan las carreras de Fitotecnia y Zootecnia en el CEP del Csaegro con sede en Cocula, iniciaron el paro estudiantil y tomaron la escuela, así como oficinas administrativas en Iguala y un vivero en Cocula, ante la denuncia de abandono a la institución, corrupción y desvío de recursos que han hecho los directivos en los últimos cuatro años.

 

Termina el paro de empleados de la Sader tras reunión con funcionarios

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

Después de una reunión con funcionarios de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y del gobierno del estado, que sirvieron de mediadores, los trabajadores de la dependencia federal terminaron con el paro laboral y la toma de la dependencia el martes.
Los trabajadores pedían la remoción del delegado Mariano Herrera García a quien acusan de acoso laboral y sexual.
Se supo que una representación de los trabajadores se reunió varias horas el martes en las propias instalaciones de la delegación con funcionarios de la Sader y del gobierno estatal.
“Ya se atendió (el problema) el día de ayer (el martes)”, informó escuetamente en un mensaje de whatsapp al medio día de ayer, el vocero del movimiento, Francisco Morales, pero ya no dio mayores detalles respecto a los acuerdos, ni de los funcionarios con los que se reunieron. Por la tarde su celular estuvo en buzón.
Un reducido número de trabajadores (unos 10 aproximadamente) pararon labores el lunes y bloquearon la entrada de la Sader ubicadas en la avenida Ruffo Figueroa que también bloquearon en su carril de poniente a oriente.
La protesta continuó el martes, pero por la tarde de ese día se levantó el movimiento y ayer se normalizaron las actividades de la dependencia federal, sin que ninguna de las dos partes informara de los acuerdos ni de los detalles de la solución del conflicto.

 

Sofocan militares un incendio de pastizales frente al 34 Batallón de Infantería en Altamirano

 

Militares del 34 Batallón de Infantería en Altamirano sofocaron un incendio de 4 hectáreas de pastizales que ocurrió la mañana de éste miércoles frente a sus instalaciones y cerca de una zona poblada.
El predio afectado pertenece a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), pero desde hace ocho años fue tomado por un grupo de ejidatarios quienes han construido en éste varias viviendas. El terreno se ubica a bordo de la carretera federal en el entronque con la entrada a la comunidad de Las Querendas.
Según testigos, el fuego comenzó luego de que una persona al limpiar el terreno perdió el control del fuego, éste se extendiendo y quemó varios árboles de las áreas verdes.
Los militares tuvieron que intervenir para apagar el incendio debido a que el fuego casi llegaba a las casas que se ubican frente a las instalaciones del 34 Batallón de Infantería.
Unos 30 soldados se abocaron a sofocar el incendio con ramas; también llegó un particular con una pipa de agua para apoyar.
Desde enero la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil estima que se incrementan los incendios de pastizales en la Tierra Caliente debido a que ya se encuentran completamente secos. Además de que la gente limpia sus terrenos tanto para la siembra como para construir viviendas.
En los primeros meses del año, son las zonas urbanas en donde más incendios de pastizales se reportan, mientras que a partir de marzo se incrementan en la zonas rurales acabando con hectáreas completas y cerros debido a las labotres de limpieza para el cultivo. (Israel Flores / Ciudad Altamirano).

 

Todos los alimentos que consumimos tienen el tóxico glifosato, informa en Chilapa la Sader

 

El uso del herbicida y otros plaguicidas son la causa de que familias campesinas contraigan diabetes, hipertensión arterial, parkinson, alzheimer y cáncer, señala la técnica del Programa de Transición a la Agroecología, Alma Delia Godínez

 

Luis Daniel Nava

Chilapa

Todos los alimentos que consumimos están contaminados con un granito del herbicida glifosato, alertó Alma Delia Godínez Jiménez, técnica del programa de transición a la agroecología en la Montaña baja de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) federal.
Afirmó que el uso de ese herbicida y otros plaguicidas son la causa de que familias campesinas contraigan diabetes, hipertensión arterial, parkinson, alzheimer y cáncer.
Este 18, 19 y 20 de noviembre en las comunidades Acatlán y El Jagüey y la cabecera municipal de Chilapa hubo encuentros regionales campesinos, que son parte de la campaña nacional de sensibilización sobre el decreto de eliminación del uso del glifosato en la agricultura.
A estos encuentros asistió el doctor brasileño Sebastiao Pinheiro, precursor de agroecología en latinoamérica.
El 31 de diciembre de 2020 se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el Decreto con acciones para sustituir gradualmente el herbicida glifosato y los agroquímicos que contengan ese ingrediente activo, por alternativas que no dañen la salud humana y el medio ambiente.
Consultada en el último encuentro en Chilapa, Alma Delia Godínez, técnica social del programa de transición a la agroecología en los municipios Chilapa, Mártir de Cuilapan, Ahuacuotzingo y Zitlala, informó que el Decreto es un logro de la presente administración federal y un logro de organizaciones de la sociedad civil, que por muchos años alertaron y demostraron los efectos nocivos de ese producto.
Mencionó que en 1940 cuando llegaron los químicos al país, los productores estaban maravillados porque de momento incrementó su producción, pero a lo largo de los años su cosecha ha mermado.
En la región, añadió, los campesinos utilizan los herbicidas Faena, Gesaprim y Azadon para eliminar hierba y zacate, es decir, para limpiar el terreno antes de la siembra. A estos productos los conocen como “mata todo” o “machete”.
“En efecto mata toda la vida microbiana que tiene el suelo. Estos químicos les facilitan el trabajo, en una aplicación se muere todo, ese químico hace lo que el machete y la fuerza humana hacían.
También se usa el insecticida Furadan para controlar las plagas.
La funcionaria explicó que las plagas llegaron al campo porque se alteró el equilibrio biológico con el glifosato que mató bacterias e insectos benéficos.
“Ya no existe el animalito que se comía al otro, entonces van a comerse la milpa. El Furadan y el glifosato rompieron el ciclo biológico que existía, y ahora las plagas ya crearon resistencia”.
“Nos toca informar que esa pérdida de vida del suelo tiene que ver con el uso excesivo del tóxico. Como institución tenemos la responsabilidad de informar a los productores todas las consecuencias, y que es la justificación de muchas enfermedades que prevalecen en el medio rural sobre todo la diabetes, hipertensión arterial, parkinson, alzheimer y el cáncer”.
Además del daño a la vida humana, hay daño en el suelo o las tierras, “en esta zona de Guerrero que me toca participar encontramos suelos muy delgados, de menos de 10 centímetros de materia orgánica. Estos productos han adelgazado el suelo y matado su materia orgánica, que trae otra consecuencia que es la reducción de la producción del grano”.
Otro daño es a la biodiversidad, “se perdieron los quelites, el epazote, el chipile, en la mesa campesina ya no te comes un chapulín, antes el jumil era muy consumido y muy nutritivo”.
Otro daño provocado por el uso de herbicidas y plaguicidas es a los mantos acuíferos, “con la lluvia y el aire esos tóxicos se van al subsuelo y van a contaminar los mantos, y los que no se absorben por el suelo se arrastran con la lluvia y el aire a los ríos y manantiales”.
“La conclusión es que todos los alimentos que consumimos tienen desgraciadamente un granito de glifosato”.
La propuesta para recuperar el equilibrio ecológico y dejar de depender de químicos tóxicos, informó, es regresar a las prácticas y saberes tradicionales.
Por ejemplo, quitar el pajón con la yunta y darle la vuelta a la tierra para que las hierbas se incorporen al suelo.
En el programa hacia la agroecología también se prueban recetas con productos naturales como cebolla, chile, aceite vegetal o vinagre de manzana para el control de diversas plagas, así como con el mejoramiento e intercambio de semillas nativas o criollas.
Para eso, dijo, trabajan en 25 “escuelas de campo” en comunidades de los cuatro municipios de la Montaña baja mencionados.
En una parcela que ha entrado al programa de transición agroecológica, ejemplificó Alma Delia Godínez, el suelo es poroso con una milpa robusta, mientras que en una parcela que aún usa químicos en el abono y control de plagas el suelo es arenoso y su milpa de baja estatura.