Por complicidad en feminicidio vinculan a proceso a la suegra de Magda y le dictan prisión preventiva

 

Por el delito de feminicidio en contra de la joven nutrióloga Magdalena Aguilar Romero, de 25 años, ocurrido el lunes en Taxco, y por su probable complicidad en el crimen, la mañana de ayer el juez de control dictó auto de vinculación a proceso e impuso como medida cautelar la prisión preventiva por cuatro meses a la señora Silvia, mamá de César, la ex pareja de Magdalena, quien es el principal sospechoso del asesinato.
De acuerdo con información de fuentes ministeriales, ayer a las 7:00 de la mañana en la sala de juicios orales 3, de la sede del Palacio de Justicia ubicado en esta ciudad, comenzó la audiencia inicial dentro de la carpeta judicial C-08/2018 instruida en contra de la señora Silvia, por el delito de feminicidio cometido en contra de la joven nutrióloga, Magdalena Aguilar Romero. Presenciaron la audiencia los papás de la joven, María de los Ángeles y Diego.
La audiencia concluyó minutos antes de las 11:00 de la mañana en la que el juez de control le dictó auto de vinculación a proceso, e impuso como medida cautelar la prisión preventiva, para la cual estableció cuatro meses para la investigación complementaria.
La mujer vinculada a proceso, quien es madre de César, el ex esposo de Magdalena Aguilar, y principal sospechoso de su asesinato, está detenida desde el lunes cuando se dio el hallazgo de los restos de la joven en un local comercial de venta de cervezas y botanas de su hijo, para ser presentada para declarar.
El miércoles por la tarde, el fiscal general del estado, Javier Olea Peláez, dio a conocer la detención de Silvia, por complicidad en el feminicidio y anunció una recompensa de 500 mil pesos para quien proporcione información que ayude a la detención de César Gómez Arciniega, ex pareja de Magdalena y principal señalado de haber cometido este crimen.
Vecinos de la familia de César Gómez narraron el lunes a reporteros que vieron cómo la mamá de éste, Silvia, lavaba la sangre en el piso del local, pero hasta ese momento desconocían lo que estaba encubriendo.

Llevaba unos dos meses de haberse separado de su ex pareja

De acuerdo con fuentes cercanas a la familia, de quienes se reservan sus identidades debido al miedo que existe tras este crimen, Magda no llevaba mucho tiempo de haber terminado su carrera de Nutrición en la Facultad de la UAG, y trabajaba en el Centro de Salud urbano ubicado en la avenida de Los Plateros de la cabecera municipal de Taxco, donde también trabaja su mamá como enfermera.
Magda llevaba apenas dos meses separada de su ex pareja, César, con quien estaba casada por la vía civil, y al parecer aún no se habían divorciado. Dos días antes de su desaparición, ocurrida el 13 de enero, Magda informó a su familia que tenía miedo de su ex pareja, ya que pretendía quitarle la custodia de sus dos hijos menores de edad.

Magda era una joven entusiasta, dedicada y alegre, pero con una mirada de tristeza, recuerdan

Algunas ex compañeras de Magda, trabajadoras de la Secretaría de Salud en Taxco, la recuerdan como una joven activa, entusiasta, alegre, dedicada y muy responsable en su trabajo, sin embargo, dicen, tenía una mirada de tristeza que no podía ocultar.
En su etapa como pasante de la carrera de Nutrición, Magda realizó su pasantía y servicio social en el centro de salud urbano de Taxco, donde después de egresar de la carrera empezó a trabajar.
Entraba al trabajo a las 8:30 de la mañana y salía cerca de las 3:30, donde principalmente trabajaba con niños y personas mayores. La joven de 25 años dejó dos hijos de 3 y 6 años.
De hecho, de acuerdo con las investigaciones ministeriales y los testimonios de sus familiares, el 13 de enero cuando fue la última vez que se vio a Magda con vida, salió de su casa en el barrio de Los Jales para ir a dar una consulta al centro de salud. En la última comunicación que tuvo vía telefónica con su mamá, le informó que pasaría a recoger a sus hijos a la casa de su ex pareja, César, y después se verían en una iglesia donde asistirían a una misa de cabo de año de su abuela, pero ahí ya nunca llegó.
Las ex compañeras de Magda, que muchas de ellas acompañaron la marcha del miércoles para exigir justicia en su caso, consideran que se debe investigar a toda la familia de César, pues creen que hay complicidad en este crimen tanto por participación como por la omisión y encubrimiento desde el día de su desaparición. Además de la omisión que hubo de parte de las autoridades ministeriales que no atendieron al momento la denuncia de la familia por la desaparición y posible privación de la libertad de Magda.