23 julio,2022 5:12 am

Informe IPBES sobre el uso sostenible de las especies silvestres

Octavio Klimek Alcaraz

 

La Novena Reunión del Pleno de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES por su acrónimo en inglés) se llevó a cabo en Bonn, Alemania, del 3 al 9 de julio de 2022.

En un texto anterior se presentó el resumen para responsables de políticas del “Informe de esta evaluación sobre los valores diversos y la valoración de la naturaleza,” que fue aprobado por los gobiernos reunidos en el Pleno. (El Sur, 16 de julio de 2022).

En este texto. se presentará otro informe ahí aprobado por el Pleno del IPBES, que es el “Informe de evaluación de la IPBES sobre el uso sostenible de las especies silvestres” para responsables de políticas. (https://ipbes.net/media_release/Sustainable_Use_Assessment_Published).

La cita del informe es:

IPBES (2022): Summary for policymakers of the thematic assessment of the sustainable use of wild species of the Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services. J.-M. Fromentin, M.R. Emery, J. Donaldson, M.-C. Danner, A. Hallosserie, D. Kieling, G. Balachander, E.S. Barron, R.P. Chaudhary, M. Gasalla, M. Halmy, C. Hicks, M.S. Park, B. Parlee, J. Rice, T. Ticktin, and D. Tittensor (eds.). IPBES secretariat, Bonn, Germany. 33 pages.

El informe estuvo a cargo de 85 expertos y 200 colaboradores, apoyados en más de 6 mil 200 fuentes. Se identificaron cinco áreas de prácticas en el uso de la vida silvestre: pesca, recolección de plantas, tala, captura de animales terrestres (incluida la caza) y practicas no-extractivas como la observación. Para cada una de estas prácticas, se examinaron usos específicos –como alimento humano y alimento animal, materiales, medicamentos, energía, etcétera–, y se proporciona un análisis detallado de las tendencias sobre la sostenibilidad de las prácticas respectivas en cada uno de estos usos durante los últimos 20 años. Sostenible significa que los humanos utilizan las especies silvestres, pero las especies respectivas pueden regenerarse una y otra vez y la biodiversidad y los ecosistemas permanecen intactos.

Uno puede preguntarse por qué dependemos de las especies silvestres. Después de todo, hemos perfeccionado la cría de animales domésticos y la agricultura convencional. Pero el informe del IPBES sobre el uso sostenible de especies silvestres lo deja claro: todos los días usamos y necesitamos animales, plantas, hongos o algas silvestres.

Alrededor de 50 mil especies silvestres se utilizan como alimento, energía, materiales para medicina, cosméticos y ropa materiales, entre otros fines a través de la pesca, la recolección de plantas, el corte de madera y la captura de animales terrestres en todo el mundo. Las personas de todo el mundo usan directamente alrededor de 7 mil 500 especies de peces silvestres e invertebrados acuáticos, 31 mil 100 especies de plantas silvestres, de las cuales 7 mil 400 especies son árboles, además se aprovechan 1 mil 500 especies de hongos, 1 mil 700 especies de invertebrados terrestres silvestres y 7 mil 500 especies de anfibios, reptiles, aves y mamíferos.

Al menos 34 por ciento de las especies silvestres explotadas se utilizan de manera sostenible, según la evaluación de 10 mil 098 especies de 10 grupos taxonómicos en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Es decir, dos tercios de las especies evaluadas no se utilizan de manera sostenible. De tal forma que la explotación insostenible contribuye a un riesgo elevado de extinción para casi 29 por ciento de 10 mil especies en amenaza o en riesgo de amenaza pertenecientes a 10 grupos taxonómicos.

El uso de especies silvestres contribuye directamente al bienestar de miles de millones de personas en todo el mundo en el día a día y es particularmente importante para las personas en situaciones vulnerables. Se estima que el 70 por ciento de los pobres del mundo dependen directamente de las especies silvestres y de los negocios que fomentan. Las contribuciones de las especies silvestres al bienestar humano ocurren a través de muchos tipos diferentes de usos, que pueden ser continuos, diarios o irregulares. En muchos casos, una sola especie puede tener múltiples usos y contribuir al bienestar humano de múltiples maneras. Por ejemplo, las plantas silvestres, las algas y los hongos proporcionan alimentos, diversidad nutricional e ingresos a aproximadamente una de cada cinco personas en todo el mundo, en particular mujeres, niños, agricultores sin tierra y otras personas en situaciones vulnerables. Es decir, las personas en situaciones vulnerables suelen depender más de las especies silvestres y es más probable que se beneficien de formas más sostenibles de uso de las especies silvestres para asegurar sus medios de subsistencia.

Entre las especies silvestres que se utilizan, más del 20 por ciento (más de 10 mil especies) se utilizan para la alimentación humana, lo que hace que el uso sostenible de las especies silvestres sea fundamental para lograr la seguridad alimentaria y mejorar la nutrición en las zonas rurales y urbanas de todo el mundo. La explotación de fauna silvestre terrestre (que incluye la caza) contribuye a la seguridad alimentaria de muchas personas que viven en zonas rurales y urbanas de todo el mundo, especialmente en los países en desarrollo.

Sin embargo, 1 mil 341 especies de mamíferos silvestres están amenazadas por la caza insostenible, incluyendo 669 especies que ya se encuentran bajo amenaza. Se estima que 55 a 75 por ciento de la biomasa de carne silvestre se obtiene anualmente de la caza de grandes mamíferos. Asimismo, alrededor de 1.4 millones de kilometros cuadrados en África se gestionan para la caza recreativa (pero cuyo valor único en términos de diversidad biológica, así como su durabilidad ecológica y social, no se han evaluado en la mayoría de los casos).

La pesca constituye una fuente importante de alimentos de especies silvestres, con una cosecha anual total de 90 millones de toneladas en las últimas décadas, de las cuales alrededor de 60 millones de toneladas se destinan al consumo humano directo y el resto como alimento para la acuicultura y la ganadería. La pesca en pequeña escala está fuertemente arraigada en las formas de vida de las comunidades locales en todos los continentes y sustenta a más del 90 por ciento de los 120 millones de personas que participan en la captura pesquera en todo el mundo. Aproximadamente la mitad de las personas que participan en la pesca en pequeña escala son mujeres. Sin embargo, 34 por ciento de las poblaciones de peces marinos silvestres se sobreexplotan. Es decir, el 66 por ciento se explotan dentro de niveles biológicamente sostenibles, pero esta imagen global muestra fuertes heterogeneidades. El resultado es que 449 especies de tiburones y rayas se han clasificado como amenazadas (37,5 por ciento de las 1 mil 199 especies que se evaluaron recientemente), en su mayoría debido a la pesca insostenible.

El turismo basado en la naturaleza, incluida la observación de la vida silvestre, apoya el bienestar mental y físico, crea conciencia y facilita las conexiones con la naturaleza, además de brindar beneficios locales, como la generación directa de ingresos a las comunidades locales. Aunque las prácticas no extractivas que utilizan especies silvestres son comunes en todas las sociedades humanas, la naturaleza de la práctica difiere entre culturas y lugares. La observación de vida silvestre genera ingresos sustanciales, aportando 120 mil millones de dólares en 2018 al producto interno bruto mundial (cinco veces el valor estimado del comercio ilegal de especies silvestres) y manteniendo 21,8 millones de empleos. Antes de la pandemia de Covid-19, las áreas protegidas de todo el mundo recibían 8 mil millones de visitantes y generaban 600 mil millones de dólares al año, y los países ricos en especies experimentaron los mayores aumentos en las tasas de visitas turísticas. La observación de la vida silvestre es crucial para los medios de subsistencia locales, proporciona empleo y promueve el desarrollo de infraestructura relacionada con el turismo, en particular en algunos lugares remotos.

Los recursos renovables de los bosques y selvas del planeta, especialmente la madera, son una importante fuente de energía en todo el mundo y se utilizan como material de construcción y para el diseño de interiores. Se estima que 2 mil 400 millones de personas (aproximadamente un tercio de la población mundial) dependen de la leña para cocinar y unos 880 millones de personas en todo el mundo extraen leña o producen carbón vegetal, en particular en los países en desarrollo. Más del 25 por ciento de los bosques del planeta son objeto de la tala industrial. Se estima que alrededor del 20 por ciento de los bosques tropicales del planeta (3.9 millones de kilómetros cuadrados) son objeto de la tala selectiva. Aproximadamente dos tercios de los recursos madereros procesados industrialmente no provienen de una plantación de madera o del vivero de árboles de la región, sino de existencias de árboles silvestres. Se estima que 12 por ciento de las especies de árboles silvestres están amenazadas por la tala insostenible.

Es importante resaltar que en 87 países existen 38 millones de kilómetros cuadrados de tierra en los que pueblos indígenas gestionan la pesca, la recolección, la explotación de la fauna terrestre y otros usos de especies silvestres coincide con aproximadamente el 40 por ciento de las zonas terrestres conservadas, incluidas muchas con un alto valor en términos de diversidad biológica. Asimismo, 15 por ciento de los bosques en el mundo se gestionan como recursos comunitarios por los pueblos indígenas y comunidades locales, a menudo con hincapié en la gestión para múltiples usos.

Durante 40 años el comercio mundial de especies silvestres ha aumentado considerablemente. Más del 50 por ciento del comercio de peces, aves, anfibios y plantas procede de la cría o el cultivo debido al cambio en el uso de especies silvestres. En consecuencia, alrededor de 38 mil 700 especies están catalogadas en 2021 en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), y por tanto sujetas a regulación de las partes (quienes consideran que el comercio de la mayoría de las especies en la lista es sostenible). Por ello, 101 países cuentan con legislación e instituciones para aplicar plenamente la Convención CITES y otros 43 pueden aplicarla parcialmente. No obstante, se estima que el valor anual del comercio ilícito de especies silvestres (especialmente de madera y peces) es de 69 mil a 199 mil millones de dólares, considerándose la tercera clase de comercio ilícito más grande.

En el informe se proponen en su Sección D siete estrategias clave para mejorar el uso sostenible de las especies silvestres, que hasta ahora se han desplegado en contextos limitados y que podrían usarse como palancas de cambios para promover el uso sostenible y mejorar la sostenibilidad del uso de especies silvestres en el futuro, y son:

Toma de decisiones inclusiva y participativa;

Inclusión de múltiples formas de conocimiento y reconocimiento de derechos;

Distribución equitativa de costos y beneficios;

Políticas adaptadas a los contextos sociales y ecológicos locales;

Seguimiento de las condiciones y prácticas sociales y ecológicas;

Políticas coordinadas y alineadas, e

Instituciones sólidas desde las costumbres hasta las leyes.

Sin embargo, la brecha de conocimiento es enorme, como se observa en el Apéndice III del informe. En muchas áreas los investigadores simplemente carecen de información para poder evaluar el estado de las respectivas especies. Muchas especies más pequeñas, especialmente plantas, ni siquiera han sido descritas científicamente. Los resultados de este informe dejan claro que ciertas especies y los ecosistemas donde se encuentran son fundamentales para el sostén de millones de personas. Por lo tanto, la propia ciencia debería orientar sus recursos para que estas conexiones centrales entre la gente y las especies silvestres que utilizan se entiendan lo mejor posible.

En el informe se indica que es probable que la sostenibilidad del uso de especies silvestres en el futuro se vea desafiada por el cambio climático, el aumento de la demanda y los avances tecnológicos. Abordar y enfrentar estos desafíos requerirá cambios transformadores. Para hacer frente a las presiones actuales y futuras proyectadas, se necesitarán intervenciones concertadas para aplicar y ampliar las acciones políticas que han demostrado apoyar el uso sostenible de las especies silvestres. El mundo es dinámico y para seguir siendo sostenible, el uso de especies silvestres requiere una negociación constante y una gestión adaptativa. También requiere una visión común del uso sostenible y el cambio transformador en la relación hombre-naturaleza.

Se esperaría que los hallazgos de este informe y las soluciones propuestas sean ampliamente considerados en la próxima reunión de la convención de CITES en noviembre y en la Conferencia de Biodiversidad de la ONU en diciembre de este año 2022.