19 marzo,2018 5:56 am

Intercedió ante un grupo delictivo que cortó el agua a un pueblo de la sierra, revela el obispo

Hace tres días subió a una zona de Tlacotepec a mediar a favor de los vecinos de Pueblo Viejo, precisa el titular de la diócesis de Chilpancingo, Salvador Rangel. Dice que campesinos le han pedido que vaya con funcionarios para que les ofrezcan alternativas al cultivo de amapola que ha perdido su valor.

Texto: Lourdes Chávez
Chilpancingo, Guerrero. El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, volvió a reunirse con jefes de un grupo delictivo, ahora para intervenir por los vecinos de la comunidad Pueblo Viejo, en la sierra de Tlacotepec, a quienes les habían cortado el suministro del agua, reveló en una entrevista.
Cuando se refirió al abandono institucional de las comunidades de la sierra, Rangel informó que hace tres días subió a la región “con ciertos personajes, para apelar porque le den el agua a Pueblo Viejo”, y luego cuestionó la ausencia de las autoridades y de programas de apoyo en las comunidades marginadas del estado.
Después de la misa dominical, el prelado precisó que en algunos recorridos en las últimas semanas en la región, los pobladores le pidieron que vaya a la zona serrana con secretarios y funcionarios de gobierno, para que conozcan la crisis que atraviesan los campesinos que tradicionalmente se han dedicado a la siembra de enervantes, para hablar de alguna alternativa de producción.
Explicó que la goma de opio, que se produce de la amapola, perdió su valor por una droga nueva más potente y de menor costo que llevaron a Estados Unidos el Cártel de Sinaloa y los chinos. Consideró que esta es una oportunidad para que los productores, que han tenido sus ingresos más importantes con la venta de la goma de opio, cambien de giro.
Esta situación fue denunciada antes, de manera anónima, por productores de la sierra y confirmada por líderes sociales que urgieron la aplicación del Programa Regional de Desarrollo de la Sierra, publicado por la actual administración estatal, ante una inminente crisis económica que puede derivar en mayor violencia en la entidad.
La respuesta del secretario de Desarrollo Rural, Juan José Castro Justo, fue que sí hay inversión en la sierra, más de 2 mil millones de todas las dependencias del estado.
Rangel Mendoza consideró que las autoridades “hablan para lavarse las manos”, cuando deberían decir qué programas llevaron y en qué lugar, “porque las clínicas están abandonadas, no hay servicios médicos”.
Incluso, estimó que habrá programas estatales en localidades ubicadas a pie de carretera, como Filo de Caballos, Carrizal y El Balsamar; no en La Primavera, Pueblo Viejo, Frío, La Guitarra, Campo Morano o El Limoncito: “¿qué programa hay allá?”, insistió.
Consultado sobre la legalización del cultivo de la amapola, que analizan especialistas de la UNAM y del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), y que en su opinión, acabarían con la violencia contra los campesinos que producen enervantes y detonarían el desarrollo de la sierra de Guerrero, el obispo recordó que hace tiempo él mismo se ha pronunciado por esta posibilidad.
Sin embargo, subrayó que tienen que haber estudios muy serios para determinar si la amapola de Guerrero sirve para producir la heroína con fines medicinales, como ocurre en Afganistán.
Explicó que la planta que se produce en países de oriente medio se llama adormidera, de su fruto se extrae el opio para la producción de heroína para usos medicinales. Aclaró que si estudios serios confirman que la especie de Guerrero es apropiada para el uso medicinal, “estoy totalmente de acuerdo en la legalizaron de la amapola”.
En otro tema, se pidió su opinión sobre el anuncio del secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, el viernes pasado, “de combatir a los criminales que presionen a los candidatos” en el proceso electoral, dados los asesinatos de políticos ocurridos en el país, particularmente en Chilapa, donde dos aspirantes del PRI y del PRD fueron asesinadas el mes pasado.
Con su habitual franqueza, respondió con una metáfora, “cuando un coyote se está comiendo a las gallinas, no es escondiendo a las gallinas como se van a evitar las muertes, sino agarrando a ese coyote que está haciendo destrozos”.
Hizo votos porque el pronunciamiento sea una realidad, pues los militares, policías estatales y federales que han enviado a Chilapa no han podido contener los asesinatos políticos y de ciudadanos, “la criminalidad sigue adelante, ya vimos ayer, todavía encontraron tres cuerpos (en el libramiento a Tixtla), por más que hacen y prometen. Dios quiera que esta vez sea algo real, algo concreto, no quede en palabras”.
Recordó que el mismo gobernador Héctor Astudillo Flores, hablando de Acapulco, reconoció que las autoridades saben dónde están y quiénes son los agresores. Estimó que el trabajo de inteligencia puede ayudar a pacificar ciudades tan martirizadas como Chilapa, Chilpancingo e Iguala.
Pero mientras haya corrupción, “la tarea es imposible. Como he dicho de Chilapa, está totalmente blindada y ¿cómo entran los delincuentes? Pudiera ser que por el cerro, pero también hay patrullajes en las carreteras. El problema es que si entran (los criminales) es porque alguien les abre la puerta y alguien la cierra”.
También se refirió a las tres personas asesinadas en sábado en el libramiento de la autopista en Tixtla, cinco en el estado, y lamentó que sigan los asesinatos “todo Guerrero lanzamos el grito que queremos paz y seguridad. De qué sirven que manden militares y policías, si siguen ciertos arreglos; y los asesinatos, siguen los conflictos de grupos de narcotraficantes por las plazas y la mercancía”.
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