8 agosto,2024 6:01 am

Kamala y Walz, ¿hay esperanza?

 

 

Humberto Musacchio

 

Cuando Joe Biden iba de una pifia a otra y Donald Trump marchaba adelante en la carrera presidencial, el equipo de Claudia Sheinbaum se puso a estudiar opciones para resistir al energúmeno, pues todo presagiaba malos tiempos para nuestro país.

La declinación de Biden le abrió paso hacia la candidatura demócrata a una mujer carismática y probadamente capaz en los cargos públicos que ha ocupado, y lo más importante: Kamala Harris es un buen ejemplo de la ensalada racial que es Estados Unidos, aunque mucho les duela a los WASP, gringos blancos, anglosajones y protestantes.

El colega Carlos Martínez García informó que el padre de Kamala, nacido en Jamaica, es el doctor en economía Donald J. Harris, quien ha sido profesor en varias universidades de Estados Unidos y actualmente se desempeña como director del Departamento de Economía en la Universidad de Stanford, donde es el primer negro en ocupar tan importante cargo.

La madre de Kamala fue la doctora en biomedicina Shyamala Gopalan, quien nació en la India y se tituló por la Universidad de Stanford, donde conoció a Donald Harris en los años sesenta, cuando ambos eran activistas del movimiento por los derechos civiles. Se divorciaron en 1972 y ella se hizo cargo de la crianza de su hija.

De modo que Kamala no es blanca, ni anglosajona, aunque sí es protestante, pero de una iglesia bautista cuyo pastor, Amos Brown fue discípulo de Martin Luther King, y practica un cristianismo solidario y liberal que, por ejemplo, otorga a las mujeres libertad sobre su cuerpo.

La candidatura de Kamala Harris permitirá conocer hasta dónde sigue presente el racismo en Estados Unidos, pues no se olvide que a Trump lo apoyan fuerzas que practican sistemáticamente la discriminación y no ocultan sus tendencias fascistas, como el propio candidato republicano.

Otro acierto de la precandidata demócrata es haber elegido a Tim Walz como su compañero de fórmula. Como se sabe, los vicepresidentes de EU suelen tener contadas funciones y poca relevancia, pero todo indica que Walz es hombre de ideas y con reconocida habilidad política.

De origen modesto, huérfano a edad temprana y miembro de una familia que tuvo que depender en buena medida de los programas de bienestar social, Walz, a los 17 años se alistó en la Guardia Nacional de EU, en la que permaneció dos décadas. Luego fue profesor de bachillerato y asesor de una agrupación estudiantil en la que había heterosexuales y gays declarados.

Varias veces diputado y gobernador de Minesotta desde 2019, en ese estado logró para familias con un ingreso anual inferior a 80 mil dólares, que los jóvenes (incluidos los indocumentados) puedan ingresar gratuitamente a las universidades del estado, en un país donde cursar una licenciatura exige a los padres ahorrar durante décadas. No menos importante ha sido el programa de desayunos y comidas gratuitas en las escuelas de varios niveles. Igualmente, por cada hijo los padres reciben un crédito fiscal, el aborto es libre, existe un programa de vivienda a precios accesibles y se promueve el empleo de energías no contaminantes. Para financiar sus programas, ha realizado reformas fiscales que, como era esperable, suscitaron protestas de los sectores pudientes.

Si resulta exitosa la dupla demócrata, podremos esperar que disminuyan las tensiones y las ofensas para México y tal vez se eviten medidas hostiles, como las prometidas por Trump, entre otras, la construcción de muros fronterizos, las redadas y expulsiones masivas de mexicanos, el intervencionismo de sus cuerpos policiacos en el territorio nacional, el frecuente cierre a uno u otro tipo de importaciones y mil cosas más.

Las economías de ambos países han llegado a un grado de integración que sería muy costoso suprimir. En Estados Unidos viven entre 12 y doce y medio millones de nacidos en México, en tanto que de este lado de frontera eran en 2022 un millón 600 mil, según Washington. Pese a la disparidad de esos conglomerados de migrantes, la presencia de uno y otro es muy relevante.

Del siniestro dueto de Trump y el neonazi Vance, poco bueno podríamos esperar los mexicanos. Con Kamala Harris y Tim Walz, por lo menos podemos alimentar la esperanza. Y en estos tiempos eso no es poco.

 

 

 

Humberto Musacchio, artículo, El Sur, Guerrero, Kamala y Walz, ¿hay esperanza?, elecciones, presidente, Estados Unidos