Maribel Gutiérrez
El estudiante de la Normal Rural de Ayotzinapa Yanqui Kothan Gómez Peralta, asesinado el jueves en Chilpancingo, estuvo en la primera línea de la protesta en el Palacio Nacional el miércoles 6 de marzo, cuando fue derribada una puerta del histórico edificio en la calle Moneda del centro de la Ciudad de México, como se demuestra en una foto y en videos difundidos en medios.
Debe abrirse una línea de investigación sobe la vinculación del asesinato del estudiante normalista con las protestas encabezadas por los padres y madres de los 43 desaparecidos, el miércoles 6 de marzo en el Palacio Nacional, planteó el abogado Vidulfo Rosales Sierra.
Yanqui Kothan envió a un familiar una foto de la protesta contra la puerta del Palacio Nacional, y le marca quién es él.
El familiar, a quien no se identifica con precisión debido al peligro de ataques personales, informó a los abogados que llevan la defensa, del Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan, que Yanqui Kothan le dijo a su familiar “aquí estoy yo”, y encierra en un círculo su imagen .
En la foto, tomada de una transmisión de Radio Fórmula, cuando la puerta de la calle Moneda ya ha sido derribada, se ve a una persona en primer plano, que lleva puesta una chamara guinda con la capucha cubriéndole la cabeza, mochila blanca, y la cara cubierta con una máscara negra antigás, porque en ese momento policías militares lanzaron gases a los manifestantes para alejarlos e impedir que entraran al Palacio Nacional, donde el presidente Andrés Manuel López Obrador daba su conferencia de prensa matutina.
Eran las 9:10 de la mañana cuando Yanqui Kothan, que forma parte del grupo de decenas de jóvenes que se encuentran frente a la puerta de madera ya abierta, mirando hacia dentro del edificio al que aparentemente pretenden entrar, da media vuelta y la cámara lo capta, cubierto de cara y cabeza, y levanta los brazos, dando a alguien alguna señal.
Además del mensaje a su familiar, personas que conocieron a Yanqui Kothan lo identifican como el joven que aparece en primer plano de la foto, y afirman que lo vieron en la primera línea de la protesta, primero con el rostro cubierto con un pañuelo y después se puso la máscara antigás.
En sus primeras declaraciones sobre el asesinato, el presidente Andrés Manuel López Obrador, en su conferencia de prensa del viernes, en la que anunció que pediría que la Fiscalía General de la República (FGR) se encargara de investigar el caso, dijo que las protestas en la Ciudad de México y particularmente en el Palacio Nacional “son cosas distintas” al asesinato del joven en Chilpancingo.
Respondió a la pregunta sobre lo ocurrido la noche anterior: “Bueno, primero que es muy lamentable que se haya presentado esta situación un día después de que se lleva a cabo una protesta en el Palacio Nacional, lo que ya se conoce; sin embargo, pues son cosas distintas porque esto que lamentablemente ocurre se da en Chilpancingo. Y son dos jóvenes que van en un carro, la policía de Guerrero sostiene en sus declaraciones que era un carro robado, pasan un arco, que sí está a la entrada de Chilpancingo viniendo de Tixtla, y cerca de un hotel los detienen. Dicen los policías que los muchachos disparan y responden los policías, y lamentablemente pierde la vida un joven, uno”.
Después dijo: “Nosotros no reprimimos a nadie y no vamos a responder con violencia de ninguna manera, por convicción no somos represores”.
Precisó que la muerte del joven en la entrada a Chilpancingo sí tiene vinculación con la Normal de Ayotzinapa, porque el joven que lamentablemente perdió la vida venía de Tixtla, donde hay tres días de festejos por el aniversario de la Normal Rural”.
A diferencia del mandatario, el abogado Vidulfo Rosales plantea en entrevista: “Se debe investigar esa línea, que el asesinato puede estar ligado a su participación en las protestas del Palacio Nacional”.
La camioneta que fue baleada por los policías estatales, y un tiro en la cabeza hirió de muerte a Yanqui Kothan, de 23 años, alumno de segundo año de la Normal Rural, fue tomada por normalistas de Ayotzinapa el 29 de febrero. Tenía reporte de robo en el Registro Público de Vehículos (Repuve), y estaba plenamente identificada por las policías que sabían dónde se localizaba. Es probable que haya sido vigilada desde que los tres estudiantes salieron a bordo de ésta desde la escuela Normal hacia Chilpancingo.
El gobierno ya sabía que los jóvenes tenían esa camioneta en la escuela, había carpeta de investigación abierta por la toma del vehículo, explicó el abogado, y agregó, si hubiera sido una acción por el robo de la camioneta “los hubieran detenido, y ya”.
Pero los policías marcaron el alto a la camioneta en la que viajaban a Chilpancingo tres estudiantes, en la entrada a la capital por el libramiento a Tixtla. No hubo explicación alguna, desde el principio les apuntaron con sus armas. No les dijeron por qué los paraban, sólo les ordenaron que se pararan con las armas ya apuntándoles.
Yanqui Kothan se espanta e intenta un arrancón para tratar se regresar a Tixtla. Los policías disparan, precisa el abogado, con base en los testimonios de los sobrevivientes.
Inconsistencias y fabricación de una historia para culpar a los estudiantes
Vidulfo Rosales recaba los testimonios y corrige errores que se han publicado, como la existencia de un retén de la Policía del Estado en el lugar de los hechos, de un arco del Repuve, la versión policiaca de un enfrentamiento repetida por el presidente López Obrador en su conferencia mañanera.
No había retén en el lugar del ataque a los estudiantes, los policías no buscaban una camioneta robada, no hubo enfrentamiento, los estudiantes no llevaban armas ni dispararon. Fue una acción de la policía dirigida contra los normalistas de Ayotzinapa, afirma el abogado.
Opina: “Pienso que los policías ya sabían que eran normalistas de Ayotzinapa”.
El viernes 7 de marzo, a las 7:50 de la noche, salen de la Normal de Ayotzinapa tres estudiantes en la camioneta que tenían tomada desde siete días antes en las instalaciones de la escuela.
Maneja la camioneta Yanqui Kothan, de 23 años, de copiloto va Osiel Faustino Jimón Dircio, de 22 años, y atrás otro compañero de ellos conocido como Arenita. Viajan por el viejo libramiento a Tixtla, a Chilpancingo, para ir por tres amigas que se encontraban en la capital, para asistir esa noche a una fiesta por el 98 aniversario de la Normal Rural. Llegan a la entrada de la colonia Indeco, donde hay una cámara de vigilancia del C-4, y ahí hay una tienda; Arenita se baja a comprar cigarros.
Aparecen dos policías estatales a bordo de una motocicleta. Muestran sus armas y las apuntan a la camioneta. Les ordenan que se paren. Yanqui Kothan se espanta, con un arrancón intenta dar vuelta en U como para regresar a Tixtla. Los policías disparan, primero a las llantas del vehículo y de inmediato a la camioneta y al conductor que queda herido y es trasladado al Hospital General de Tierras Prietas; Osiel Faustino se agacha y queda ileso, y es detenido.
Arenita ve desde la tienda lo que pasa y se aleja corriendo hasta llegar a una barranquita donde se esconde, pide auxilio a sus compañeros de Ayotzinapa que acuden a rescatarlo en una moto.
La retención ilegal por 11 horas de Osiel al que amenazan para que confesara que llevaban armas
Llegaron más policías del estado que se llevan la camioneta y a Osiel. Bajo presión, durante casi 11 horas lo interrogan y amenazan para que confiese que le pertenecen armas y droga que según la policía halló en la camioneta.
Policías estatales llevan a Osiel a diversos lugares de la ciudad, lo tienen de un lado a otro toda la noche y hasta la mañana siguiente. Se lo llevan rumbo a Petaquillas, y ahí lo tienen en un lugar que no ubica. (Entre la ciudad de Chilpancingo y el poblado de Petaquillas se localiza el cuartel de la Guardia Nacional, que además tiene permanentemente un retén de seguridad donde vigila el paso de vehículos por la carretera). Finalmente lo llevan a un centro contra el narcomenudeo.
La retención ilegal de Osiel, y su traslado de un lado a otro, las amenazas y presiones terminan en la mañana, y a las 7:00 horas del viernes 8 lo ponen a disposición del Ministerio Público para su detención legal.
A las 2 de la mañana de ese viernes, autoridades del gobierno del estado dieron una conferencia de prensa, transmitida por Facebook, en la que participan el secretario general de Gobierno, Ludwig Marcial Reynoso Núñez y el de Seguridad Pública, Rolando Solano Rivera, quien dice que el estudiante detenido fue puesto a disposición del Ministerio Público. Pero la puesta a disposición ocurrió cinco horas después, y en ese tiempo el joven normalista se encontraba detenido, interrogado, amenazado, sin dar cuenta a la autoridad correspondiente.
Otra inconsistencia que señala el abogado de los estudiantes es que en el parte informativo de la Policía del Estado se dice que en la camioneta se encontró un arma corta, que le endilgan a Yanqui Kothan, y una larga, que supuestamente llevaba Arenita. Pero esta segunda arma no fue puesta a disposición del MP.
Los disparos, sólo de afuera hacia adentro de la camioneta
Tras los hechos, el mismo jueves en la noche, la Secretaría de Seguridad Pública difundió en un boletín que los jóvenes llevaban armas y droga y que ellos comenzaron el enfrentamiento.
Esta historia es fabricada por las autoridades sólo para exculpar a los policías y a las autoridades, afirma el abogado.
Descalifica las pruebas de rodizonato de sodio que se practicaron al cuerpo de Yanqui Kothan y al detenido Osiel Faustino. Ambos dieron positivo en esos peritajes. Pero el parte informativo de la Policía del Estado dice que Osiel no disparó, señala Vidulfo Rosales, para hacer ver otra inconsistencia.
El abogado de los estudiantes afirma que esas pruebas no son concluyentes, ya casi en ningún país se utiliza la prueba de rodizonato de sodio porque es muy volátil y no es efectiva. Si hay un disparo adentro de una camioneta probablemente todos los ocupantes den resultado positivo a plomo y bario. En este caso los policías dispararon adentro de la camioneta.
Fuentes extraoficiales informaron que en el peritaje de balística aparece que la camioneta tenía cuatro balazos, todos de afuera hacia adentro. Son los únicos disparos que aparecen en la carrocería del vehículo y es una prueba de que los estudiantes no dispararon porque ellos se encontraban adentro.
“Vemos serias inconsistencias”, dice Vidulfo Rosales, y los abogados, del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, y los normalistas temen que las autoridades sostengan el informe policiaco, según el cual hubo un enfrentamiento en el que los normalistas dispararon primero y los policías repelieron la agresión, con el fin de exculpar a los policías y culpar a los estudiantes.
Considera que pueden ser concluyentes los videos grabados por las cámaras del C-4, que pertenecen a la Secretaría de Seguridad Pública del estado, que deberá entregar a la Fiscalía General de la República, que a petición del presidente López Obrador se encarga de las investigaciones desde el viernes 8 de marzo. Sin embargo, también temen que los videos puedan ser alterados.
Vidulfo Rosales considera que el secretario general de Gobierno, Ludwig Reynoso, no debió asumir la versión de los policías del estado sin investigar antes, versión que después repitió el presidente López Obrador. Pronostica que si continúa la fabricación de una historia y la manipulación de los hechos se avecinan protestas muy fuertes de los estudiantes que demandan justicia.