
Ciudad de México, 12 de marzo de 2024. El método aplicado en las clases de creación por el musicólogo Julio Estrada (Ciudad de México, 1943) escandalizó en Stanford y San Diego, al apartarse de las recetas clásicas para formar compositores.
En sus clases, uno de sus estudiantes se recuesta sobre una mesa para entrar en modo de ensoñación, Estrada puede intervenir mientras los demás guardan silencio. Explica que desde el psicoanálisis quedó establecido que el estar recostado facilita la manifestación de fantasías y en el caso del arte, pueden tener un contenido atractivo desde el punto de vista de la creación.
Son sesiones dedicadas a la imaginación. Desde los años 80, cuando comenzó con su método, el compositor no ha conocido a alguien que no imagine.
“La persona que imagina se da cuenta de que lo que imagina es valioso y que vale más que copiar una sinfonía de Beethoven”, asegura el fundador del Laboratorio de Creación Musical (LACREMUS) en la Facultad de Música de la UNAM.
“Una clase de composición, en general, le pide al alumno resolver problemas viejos, es decir, escribe una sonata, un cuarteto de cuerdas, un trío. ¿Eso qué quiere decir? Que los alumnos simplemente van a seguir una receta y esa receta les va a conducir a los resultados ya conocidos, solo van a comprobar que sí entendieron la receta, pero no más allá de eso, nunca entenderán que tienen una imaginación”.
Un método que Estrada trabaja con sus estudiantes desde nivel propedéutico hasta doctorado en la FaM.
“Fomentamos la autonomía de cada uno, ¿qué resulta? Que los chicos que vienen de propedéutico, que son los menos ilustrados, son los más libres. Los que vienen del doctorado son los más esclavizados por el pensamiento tradicional”, argumenta el músico, que tuvo por maestros a Julián Orbón, Nadia Boulanger, Olivier Messiaen, Iannis Xenakis y Karlheinz Stockhausen.
“Y lo que hay que hacer es permitirles consolidar su fantasía y a partir de ello generar un conocimiento nuevo, basado en las teorías que yo he desarrollado, la teoría de las escalas, la teoría del continuo, son teorías formales, no hay cuento de ‘ponte a soñar y ya llegaste'”, abunda.
Algo similar se propone lograr Manuel Domínguez Salas, discípulo de Estrada, en el Laboratorio Spektrum de la Academia de Música de Bydgoszcz, Polonia, donde organiza el primer Congreso Internacional de Estudiantes del ciclo Laboratorio de Música: investigación-creación-interpretación del 8 al 10 de mayo.
Estrada, quien participará de manera virtual, será el primer invitado extranjero de la reunión que convoca a estudiantes de composición. Los estudiantes de LACREMUS compartirán sus procesos creativos con su contraparte polaca.
“En Polonia sorprende mucho que alguien no parta de las bases clásicas. Son tan conservadores que tenían hasta un Papa, ¿no?”, dice Estrada.
Texto y foto: Agencia Reforma