22 agosto,2020 5:27 am

La participación ciudadana y la pandemia (3)

Héctor Manuel Popoca Boone

 

Para Gaudencio Mejía Morales, entrañable amigo de 500 y más años de resistencia.

 

El desafío inmediato será reducir a su mínima expresión la pandemia e iniciar la salida del agujero negro económico en que hemos caído. Eso, sin perder la indispensable gobernanza. En este periodo de mucha mortandad (al que hay que sumarle la inseguridad y la violencia prevaleciente) el costo mayor en vidas ha estado recayendo, como siempre, en los pobres. Para enfrentar ese reto se requerirá de una mayor y mejor participación ciudadana, cívicamente organizada. Más que nunca el país necesita un pueblo en pro de mejor salud, educación, alimentación, con mayor conciencia social y voluntad transformadora; porque remontar las pérdidas y retrocesos no será nada fácil.

En virtud de que la veloz propagación del virus fue causada por nuestra pronta movilidad por todo el planeta en lapsos muy breves, la interdependencia global seguirá siendo riesgosa. Imperativo será voltear los ojos a lo local en lo económico, a fin de resarcir fuerzas productivas y mercados dislocados. Cobra sentido la concepción de una nueva territorialidad económica regional, con mucho sentido social. Una economía ética, para auto generar suficiente producción distributiva y consumo mayoritario. Urge equidad para reducir la atroz desigualdad social y elevar sustancialmente los índices de desarrollo humano para una mejor calidad de vida.

La ciudadanía será reacia a que la sigan viendo como un objeto pasivo y, por lo mismo, tan solo utilizable y desechable. Exigirá que se le tome en cuenta para la definición y la acción. Como un sujeto activo, digno, reflexivo y justipreciado. De no ser así, el virus invernará para luego surgir con renovado poder devastador; teniendo como campo fértil un tejido social vulnerable. La nueva realidad impone la cohabitación con el Covid-19 controlado. No se le podrá exterminar del todo. Su combate es y será una larga corresponsabilidad, continua y ponderada, entre gobierno y sociedad en conjunción.

También, como tarea inmediata, es la creación de un nuevo sistema de salud pública. Donde se erradique la corrupción, la ineficiencia, la improvisación, a la par de su mejora en el personal médico y trabajadores sanitarios certificados, con suficiencia de medicamentos y equipo; así como con una infraestructura hospitalaria con capacidad de atención expedita y eficaz. La cultura y el hábito de la medicina preventiva adquirirá la mayor importancia; empezando por la vacuna por todos anhelada.

El Covid-19 nos confrontó con lo mejor y lo peor de la naturaleza humana. Sobresale, por un lado, por ejemplo, la heroicidad de médicos, enfermeras y demás trabajadores de la salud y, por otro, el vituperio y lapidación de los mismos por grupos primitivos y retrógradas. También ha resucitado el darwinismo social, es decir, la sobrevivencia de los pocos, los más poderosos, los mejor informados, los más previsores, que pueden acceder a los recursos idóneos para su salvaguarda.

En el tiempo ex post de la pandemia se requerirá desmantelar incapacidades y atrofias e insertar nuevas habilidades sociales. Condición indispensable será una mayor conciencia y cohesión para hacer prevalecer los intereses colectivos. También lo será todo empeño para fortalecer la libertad ciudadana en los asuntos de innovar y emprender sinergias liberadoras de tipo social, con claro espíritu democrático. O sea, trascender transformando el statu quo. Erradicar lo caduco y resquebrajado, para que los ciudadanos tomen las riendas del nuevo diseño social.

Ya nada será igual como antes. Hay un quiebre de los malos gobiernos. Hay sed por recuperar la libertad, la conciencia y soberanía ciudadana extraviada o domeñada. Los gobiernos, los políticos y sus partidos por sí solos no tendrán la voluntad real de conducir el rescate. Se les escapó de sus capacidades reales poder hacerlo. No obstante, los poderosos se resistirán al cambio. Veremos florecer sus múltiples y variados intentos y facetas del gatopardismo (Lampedusa, dixit). Es decir, fingirán querer cambiar, pero a la vez obstruirán la verdadera transformación, para que en el fondo nada cambie y ellos sigan preservando sus privilegios ilegítimos.

  1. La pandemia sigue creciendo en Guerrero, lo que ha menguado es la velocidad de su incremento cotidiano. Repudiable es la manipulación de las cifras o su interpretación sesgada. No estamos contando canicas o votos. Son vidas humanas, de lo que se trata.