14 agosto,2019 4:33 am

La sorpresiva victoria de Alberto Fernández en las primarias argentinas

Gaspard Estrada
El pasado domingo los argentinos fueron a las urnas para designar a los candidatos que representarán a sus partidos en las elecciones presidenciales de finales de octubre. En efecto, a raíz de una reforma a la ley electoral de ese país, votada en 2009, en Argentina se llevan a cabo primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO).
Durante este proceso, al cual todos los argentinos en edad de votar (entre los 16 y 70 años según la ley electoral) están obligados a acudir, se definen dos cuestiones: cuáles partidos están habilitados a presentarse en las elecciones nacionales, que según la ley son aquellos que obtienen más de 1.5 por ciento de los votos. Por otro lado, quedan definidas durante las PASO la lista que representará a cada partido político, de ahí lo de la interna abierta.
Sin embargo, contrariamente a lo sucedido en elecciones anteriores, en 2011 y en 2015, en las cuales la fragmentación partidaria le daba interés a este tipo de ejercicio, la polarización política que vive hoy Argentina ha provocado que estas PASO sirvan como termómetro de las intenciones de votos entre las dos principales fuerzas políticas, más que de un ejercicio de primarias en sí mismo.
Los resultados fueron elocuentes: la suma de los votos de los dos primeros lugares corresponde al 79 por ciento de los votos, lo que traduce esta polarización. Sin embargo, el dato más importante de la jornada del domingo es el resultado del candidato del Partido Justicialista (el Partido Peronista, en referencia al expresidente Juan Domingo Perón), el ex ministro Alberto Fernández: más del 47 por ciento de los votos, frente al 32 por ciento de los sufragios para el actual presidente de ese país, Mauricio Macri.
Este resultado no fue previsto por ninguna de las casas encuestadoras de Argentina, que al contrario apostaban a un crecimiento de la candidatura de Mauricio Macri en las últimas semanas de la campaña.
En efecto, durante los últimos meses el gobierno argentino recibió el apoyo constante de la administración estadunidense, y en particular del presidente Donald Trump. Esto se tradujo en un aumento de los préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Mundial (BM) y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) al gobierno, para evitar la salida de capitales durante la campaña presidencial, y de esta manera impedir que el mal estado de la economía argentina perjudique aún más la candidatura de Mauricio Macri.
Este refuerzo de Washington se sumó a una estrategia de campaña que resultó ser contraproducente. El estratega electoral del presidente Mauricio Macri, el ecuatoriano Jaime Durán Barba, buscó durante esta precampaña electoral asustar al elector poco interesado por la política, dando a entender que un voto en favor de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner equivaldría a un retroceso, tanto económico como político.
Sin embargo, el problema para el actual presidente argentino es que su gestión al frente del país se ha traducido en un aumento de la pobreza, de la desigualdad y de la inflación, es decir que la economía está peor hoy que hace cinco años. Como la mejora de la situación económica del país era la principal propuesta de Mauricio Macri, los índices de confianza hacia este último disminuyeron a lo largo de su gobierno, provocando esta importante derrota en las PASO.
Sin embargo, todavía faltan más de dos meses de campaña. Y una campaña electoral solo se acaba el día de la elección, no con dos meses de anterioridad. De tal suerte que Alberto Fernández y su equipo tendrán que trabajar duro durante los próximos meses para ganarse la confianza del electorado argentino y llevar de nueva cuenta al poder a un político peronista.
Y nuevamente, el desafío se encuentra en la economía. En efecto, desde que se dieron a conocer los resultados de las PASO, los indicadores financieros como el tipo de cambio del peso argentino frente al dólar y la bolsa argentina de valores tuvieron pérdidas consecuentes.
Ante tal escenario, si Alberto Fernández quiere no solo ganar, sino gobernar exitosamente a su país, tendrá que aportar soluciones innovadoras para hacer que Argentina vuelva a crecer de manera incluyente, sin aumentar la deuda ni la inflación.
Twitter: @Gaspard_Estrada
* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.