11 octubre,2023 5:05 am

La tragedia de la Franja de Gaza  

 

 

El medio oriente está en llamas. Tras la ofensiva a gran escala lanzada por Hamás, el movimiento islamista palestino, contra Israel el sábado 7 de octubre, la geopolítica internacional parece haber entrado en una nueva realidad, aun más peligrosa que lo vivido durante los últimos meses después de la invasión de Ucrania por Rusia.

El ataque, perpetrado casi 50 años después de la Guerra del Yom Kippur de 1973, es el más mortífero del conflicto palestino-israelí desde hace décadas. Más de mil personas murieron en Israel, según las últimas cifras oficiales del gobierno, al tiempo que 150 israelíes al menos se encuentran secuestrados en la Franja de Gaza. Al menos 800 civiles palestinos murieron también en la Franja de Gaza, que recibió ataques aéreos israelíes como respuesta.

Paralelamente a la ofensiva de Hamás, el domingo por la mañana, Hezbolá, el grupo armado libanés respaldado por Irán que mantiene estrechas relaciones con el grupo islamista palestino, reivindicó la autoría de los disparos contra un disputado sector de la frontera entre Israel y Líbano. Hachem Safieddine, alto responsable de Hezbolá, rindió homenaje el domingo a “los héroes de Gaza” y afirmó que “ha llegado la hora de la venganza”. Estos actos hacen temer que el partido chiíta abra un segundo frente en el norte de Israel, aumentando la espiral de violencia en toda la región. Israel sería arrastrado a una guerra de múltiples frentes.

Pero eso no es todo. Además de la tragedia humana ligada a la guerra, esta ofensiva sorpresiva tiene profundas implicaciones geopolíticas. La voluntad de Hamás con esta ofensiva tiene como objetivo dinamitar las relaciones entre Israel y los países árabes, que en los últimos años han iniciado un proceso de acercamiento en el marco de los Acuerdos de Abraham, firmados en 2020 bajo la égida de Estados Unidos. El problema para los gobiernos que estaban en vías de adherir a este acuerdo, en particular Arabia Saudita, es que las opiniones públicas árabes siguen siendo predominantemente pro-palestina, de manera que cualquier tentativa de normalizar las relaciones con Israel luce imposible. En este sentido, el timing de la ofensiva de Hamas constituye claramente un esfuerzo por poner fin al proceso de normalización entre Israel y Arabia Saudita. El sábado, Riad expresó su apoyo a los palestinos, diciendo que había advertido de una situación explosiva resultante de la continua ocupación israelí y de la privación de derechos legítimos que sufre el pueblo palestino.

Por su parte, Teherán, que apoya financiera y militarmente a Hamás y a la Yihad Islámica, fue una de las primeras capitales en felicitarse por la ofensiva del sábado. Aunque aún es pronto para determinar qué papel puede haber desempeñado Irán en la ofensiva, es difícil imaginar que Hamás haya actuado sin ayuda. En este sentido, se trata sin duda de un punto de inflexión en la historia del conflicto israelí-palestino. Dada la historia de las últimas décadas, sólo podemos suponer que la respuesta israelí será absolutamente devastadora y que esto sea el comienzo de una guerra horrible que se cobrará cientos, si no miles, de víctimas.

Para Israel, el problema político y militar derivado de este conflicto es mayúsculo. El actual gobierno dirigido por Benjamin Netanhayu es el más extremista de todos los tiempos. Durante los últimos años y meses, la acción gubernamental ha estado dirigida a respaldar la acción de los colonos israelíes en Cisjordania, en vez de darle importancia a las acciones de inteligencia. Esto ha provocado una fisura en la confianza de los servicios de inteligencia y del ejército frente a su tutela civil. Por otro lado, el respaldo político dado por el gobierno de Netanyahu a iniciativas de la extrema derecha, como la reducción de los poderes del poder judicial, ha generado división dentro de la sociedad israelí. Si bien la brutalidad de los actos terroristas de Hamás provocarán que estas divisiones queden de lado por un tiempo, está claro que los días de Netanyahu como primer ministro de Israel están contados, teniendo en cuenta el trauma generado por esta ofensiva en la sociedad israelí.

 

 

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.

 

 

Twitter: @Gaspard_Estrada