6 marzo,2024 12:46 pm

La triple injusticia contra Alondra y Liliana

 

Ciudad de México, 6 de marzo de 2024. A Alondra Liliana Franco Tinoco y a su mamá Liliana Tinoco Tovar la justicia les falló tres veces.

Aunque la joven fue manipulada, atormentada y estuvo cautiva por casi 7 años por parte del padre de sus hijos, las autoridades no veían que hubiera delitos en su contra.

Hasta que el hombre asesinó a ambas frente a funcionarios y en plena oficina del Ministerio Público de Poncitlán, Jalisco.

 

Primera decepción

Los padres de Alondra intentaron denunciar en 2016 a Christopher Gerardo “Z”. El joven tenía 19 años cuando embarazó a Alondra, entonces de 14 años.

“Mi suegro dijo: ‘él embarazó a mi muchacha, me gustaría meter la demanda porque ella es menor de edad’, pero en el Ministerio Público le comentan que no se podía, porque si ella estuvo de acuerdo en consentir la relación sexual (pese a ser menor de edad), al final de cuentas no era violación”, aseguró la nuera de Liliana, Irma Liliana Lara de la Torre.

Durante la relación de noviazgo, Gerardo obligó a Alondra a abandonar la secundaria.

 

Segunda omisión

Pese a todo, la pareja posteriormente fue recibida en la casa de los papás de Alondra, pero Christopher Gerardo no trabajaba.

Cuando fue confrontado, hizo como que se iba a convulsionar y mejor se fue.

“Tuvieron un problema porque mi suegro le pidió a él que se pusiera a trabajar y él le dispara contra la fachada, entonces mi suegro habla a la Policía, () la Policía va a la casa, y le dicen: ‘no hubo heridos, no hubo muertos, ah, pues usted recoja los casquillos y los lleva al Ministerio Público el lunes; eso fue un domingo'”, explicó Irma.

Al día siguiente, el papá de Alondra acudió al Ministerio Público, pero la denuncia no procedió porque presuntamente se contaminó la escena del crimen.

 

Llega la tragedia

La pareja se independizó, pero Christopher Gerardo alejó a su esposa de su familia.

Cambiaron de vivienda varias veces y había antecedentes de violencia familiar, pero cuando los papás de Alondra iban por ella, decía que todo estaba bien y que no la buscaran más.

No fue a la boda de su hermano.

“Ella una vez comentó que su única familia eran su esposo y sus hijos, que no quería saber nada de nosotros ni de su mamá ni de nadie, no le quería hablar a nadie”, lamentó Irma.

Por tres años, Liliana, la mamá de Alondra, insistió en buscarla e ir a su casa, pero siempre encontraba la puerta con candado por fuera.

Dos días antes de que fuera asesinada, Alondra pidió ayuda.

“Le habla a su papá y le dice: ‘papá ven por mí, pero ¿sabes qué? trae policías, porque Christopher tiene arma y me tiene amenazada’; fue mi suegro el día domingo 29 de enero (del 2023), fue por ella y se la llevó, fue con policías”, relató Irma.

Al día siguiente, pidieron ayuda en una unidad de la Secretaría de Igualdad Sustantiva, en donde le dieron una orden de restricción.

“Solamente le dan el papel, nunca la sacaron acompañada con policías ni mucho menos, ni la guardaron a un lugar de resguardo ni nada”.

En este reencuentro, la familia de Alondra supo que ella era encerrada por su esposo y estaba amenazada.

“Ella comenta que no quería dejar de hablarnos, pero él le decía que si nos hablaba iba a matar a mi esposo o a mi suegro, entonces ella vivía atormentada”, dijo Irma.

El 31 de enero de 2023, a las 12:30 horas, Alondra acudió con su madre Liliana ante el agente del Ministerio Público en Poncitlán para denunciar a Christopher. La agencia era una casa como cualquier otra y no tenía policías.

Sin embargo, el hombre llegó al sitio armado y amenazó a los funcionarios presentes.

Después Christopher asesinó a Alondra y Liliana.

 

Continúan problemas

A la familia de Alondra y de Liliana les sigue fallando el sistema.

Christopher Gerardo “Z” fue vinculado a proceso por feminicidio, pero se han cancelado al menos cuatro audiencias porque él argumenta problemas de salud o cambia de abogados.

“Ha sido un proceso pesado tanto emocional como físicamente. El agotamiento mental de estar en la misma habitación de esa persona”, aseguró Irma.

Los dos hijos de la pareja, de 8 y 2 años, son cuidados por su abuelo materno quien tiene 49 años y es soldador.

“El mayorcito ha tenido problemas escolares, psicológicos y demás. En cuestiones económicas también porque está mi suegro solo, él está trabajando, él está al pendiente de los niños, le ayudan sus hermanas a cuidarlos, pero trabajan. A los niños les falta de todo”.

“Nosotros también, las extrañamos, resentimos la pérdida, de repente da el sentimiento, los recuerdos, el ver los niños solitos, mi otra cuñada acaba de tener bebé y no está con su mamá, mi hija tenía 51 días de nacida cuando pasaron estas situaciones, es triste y duro saber que mi hija no va a crecer con una de sus abuelitas”, lamentó Irma.

Y los familiares de las víctimas consideran que nada ha cambiado en el Ministerio Público de Poncitlán, pues no se respeta la secrecía de las denuncias.

“Es un municipio pequeño y en ocasiones cualquier persona puede ser amigo o pariente del denunciado, entonces sí falta el guardar el secreto y la privacidad de las personas”.

De vez en cuando hay un policía vigilando en la zona.

 

Texto y foto: Agencia Reforma