13 octubre,2017 3:19 pm

La ultraderecha española resucita con el conflicto catalán

Madrid, España, 13 de octubre de 2017. A raíz del incidente en la Consellería de Economía del gobierno catalán en Barcelona, el 20 de septiembre, cuando miles de independentistas bloquearon la salida a una comisión judicial que arrestó a 16 funcionarios de alto rango del Govern, investigados por organizar el referéndum del 1 de octubre (1-O), surgió en España una ola de nacionalismo que se reflejó con miles de banderas españolas colgadas en los balcones y presentes en las manifestaciones.

No faltaron los reportajes sobre las empresas que confeccionan banderas y que redoblaron su producción para cubrir la sobredemanda.

La mayoría de estas expresiones por la unidad de España y en defensa de las fuerzas de seguridad ha sido pacífica. Sin embargo, también incrementaron su presencia en las calles y en las redes sociales los partidos y las asociaciones de la ultraderecha española, que, pese a ser menos numerosa que en otras regiones de Europa, son particularmente agresivas.

El 9 de octubre, Día de la Comunidad Valenciana, un grupo de extremistas de derecha realizó una manifestación no autorizada –como lo exige la ley española— para reventar las protestas de las organizaciones Comissió 9 d´Octubre —que encabeza Acció Cultural del País Valencia (ACPV)—, bajo el lema “Sí al valenciano”, y Candidatura d´Unitat Popular (CUP), con su grupo juvenil Arran, cuyo lema era “La independencia es el único camino”.

El ambiente se encendió cuando miembros de la organización ultraderechista Yomus dieron una paliza a varios de los manifestantes, la cual fue transmitida por televisión. Varios de los agresores se lanzaron también contra algunos fotógrafos de la prensa.

Los policías antimotines intervinieron después de los golpes y acordaron con los convocantes cambiar el recorrido de las manifestaciones, debido a que en el lugar conocido como Parterre, donde iban a leer un manifiesto, había sido ocupado por miembros de España 2000, un minúsculo partido de ultraderecha sin presencia legislativa, quienes quemaron esteladas, la bandera independentista catalana, en la plaza de La Porta de la Mar.

Los partidos Podemos y Compromís (de Valencia) exigieron la renuncia del delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Juan Carlos Moragues, por permitir la contramanifestación de los ultraderechistas y la falta de previsión de la seguridad.

La bandera del aguilucho

Esta agitación dentro de la ultraderecha se produjo conforme avanzaban los preparativos del referéndum catalán. Una de las primeras expresiones fue La Falange, un partido de ultraderecha que nació luego de un litigio por preservar el nombre y los ideales de Falange Española, fundada por el líder del fascismo español José Antonio Primo de Rivera, y que fue el partido único durante la dictadura franquista.

Su jefe Norberto Pico acusó al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, de ser corresponsable del “golpe secesionista”. “Ya está bien. El gobierno de España es corresponsable del golpe secesionista. No solo no lo frena, sino que lo financia”, escribió en redes sociales.

Las juventudes de La Falange también publicaron una foto de falangistas armados y se declaraban “legitimados de nuevo para defender a España hasta el final”.

Santiago Abascal, presidente de Vox, otro partido de ultraderecha, también pidió la prisión para el presidente catalán, Carles Puigdemont, por “sus hechos sediciosos” y por ser “la única respuesta posible” ante el proceso secesionista que calificó de “golpe de Estado”.

Una de las manifestaciones contra la independencia de Cataluña que se concentró en la Plaza de Cibeles, en Madrid, fue convocada por la Fundación para la Defensa de la Nación Española (DENAES), muy cercana a Vox, donde se escucharon consignas por la unidad de España, prisión para Puigdemont y entonaron Cara al sol, el himno de Falange Española, con los asistentes realizando el saludo fascista.

En esta manifestación también se veía la llamada popularmente “bandera del aguilucho”, estandarte de la dictadura franquista. En la concentración estuvo presente la expresidenta de la comunidad de Madrid, del Partido Popular, Esperanza Aguirre.

Una de las consignas en esta manifestación fue: “Defendamos España, Blanquerna absolución”, que tiene un gran simbolismo porque se refiere
al procesamiento judicial de 12 miembros de la coalición La España en Marcha (LEM) que atacaron en 2013 a los asistentes en el centro cultural catalán Blanquerna, en Madrid, cuando festejaban La Diada, el Día de Cataluña.

Los extremistas de LEM fueron grabados en video cuando cometían sus agresiones y rompían la bandera catalana con gritos por la unidad de España, se trata de una coalición en la que participan La Falange, Nudo Patriótico Español, Alianza Nacional, Movimiento Católico Español-Acción Juvenil Español y Democracia Nacional.

“A por ellos”

Cuando se produjo la detención de los altos cargos del gobierno catalán por organizar la consulta, y era notoria la presencia de la Guardia Civil y de la Policía Nacional en Cataluña, la presentadora Mónica Terribas, de la cadena pública Catalunya Radio, llamó a los radioescuchas a informar sobre los movimientos de estos cuerpos de seguridad por las ciudades.

En respuesta, Democracia Nacional, otro partido ultraderechista sin representación parlamentaria, se concentró fuera de este ente público para protestar contra Terribas y defender a los policías. Criticaron que a pesar de que la emisora recibe dinero público, ésta se alineó con el “golpe de Estado independentista”. Otra de sus manifestaciones fue ante la sede de la Asamblea Nacional Catalana, una organización social muy activa en favor de la independencia.

El mismo día del referéndum, miembros de La Falange se concentraron en la Plaza Sant Jaume, donde está la sede del gobierno catalán y el ayuntamiento de Barcelona, ahí gritaron consignas en favor de que Cataluña permanezca en España, pidieron prisión para el presidente Puigdemont y anunciaron que no acudirían a votar.

También se movilizó una entidad antisoberanista llamada Espanya i Catalans o Somatemps, cuyos integrantes recorrieron la Via Laietana de Barcelona hasta la plaza San Jaume; gritaron consignas de ir contra los independentistas: “A por ellos”, decían.

En Vitoria hubo momentos de tensión cuando jóvenes con ikurriñas (bandera no oficial adoptada por el nacionalismo vasco) y esteladas se acercaron a insultar a fascistas de una manifestación que se proclamó contraria al “proyecto golpista del separatismo catalán”.

El jueves 12, día de la Fiesta Nacional de España, hubo enfrentamientos entre radicales de ambos bandos con sillas de un establecimiento en las inmediaciones de la Plaza Cataluña.

Horas antes, policías de la corporación Mossos d´Esquadra detuvieron a un grupo de ultras en la calle Gran de Gracia de Barcelona, a los que les confiscaron boxers, bengalas, pasamontañas, cadenas y banderas con simbología franquista.

Este sentimiento también ha sido soliviantado desde las filas del independentismo al acusar de franquista al gobierno de Mariano Rajoy.

El presidente Carles Puigdemont vinculó directamente a los poderes del Estado español con el franquismo, durante un acto del Partido Demócrata Europeo Catalán (PDECat) en Sant Cugat del Vallès, días antes de la celebración del referéndum.

Al referirse a la operación Anubis de la Guardia Civil, en la que se detuvo a 14 funcionarios de alto rango del gobierno catalán y se decomisó material electoral, Puigdemont señaló: “Ya saben que Anubis era el dios de la muerte y de los funerales, el guardián de las tumbas. Ya sabemos de qué tumba son guardianes, y no está aquí, está en el Valle de los Caídos”, en referencia al sitio donde descansan los restos del dictador Francisco Franco y del fundador de Falange Española, José Antonio Primo de Rivera.

Texto: Apro con información de Prisma Internacional /  Foto: Xinhua