18 marzo,2023 5:26 am

La urgencia de hacer una mejor conservación de la naturaleza

Octavio Klimek Alcaraz

 

Es conocido que los recursos disponibles para la conservación de la naturaleza son lamentablemente escasos. Las instituciones que realizan este tipo de labores están necesariamente obligadas a utilizar los recursos disponibles de la forma más óptima posible. Es decir, deben utilizarlos en programas, proyectos y acciones que sean los más eficaces en sus resultados. Esta idea sin duda no es nueva, sino que es la razón por la que la supervisión y el control del éxito en la conservación de la naturaleza son habituales.

Generalmente es complicado evaluar lo que tuvo éxito y lo que fracasó. Aunque existen casos interesantes, no encontré ejemplos para México, pero van algunos ejemplos en otros lugares del planeta.

En un libro de William J. Sutherland publicado en el 2022 (Transforming Conservation: A Practical Guide to Evidence and Decision Making), que es un reconocido científico de la conservación en la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, se presenta el caso de la Reforma de la Política Agrícola Común (PAC) de la Unión Europea, que representa uno de sus principales gastos. En el PAC se reconoce ampliamente a la actividad agropecuaria como un problema ambiental. Por ello, se ha aplicado un conjunto de reformas destinadas a reducir el impacto de la agricultura sobre el medio ambiente mediante una serie de medidas agroambientales. Estas medidas han sido costosas, con miles de millones de euros gastados en subsidios año tras año. Kleijn y colaboradores desde el 2001, señalaron la ineficacia de algunas medidas. Posteriormente, Kleijn y Sutherland en el 2003, en un examen detallado de las medidas agroambientales realizado, mostró que la ciencia era deficiente y que ya se sabía que muchas medidas eran ineficaces. De hecho, sólo el 54 por ciento mostró beneficios claros. Así, se informó a los encargados de formular políticas de que era poco probable que las reformas de 2003 fueran eficaces. Luego Dicks y colaboradores en el 2014 concluyeron que las reformas de 2014 también serían ineficaces. Por ejemplo, en la citada reforma, el 30 por ciento de los pagos directos a los agricultores se condicionaron a tres “medidas de enverdecimiento obligatorias”. Así, de 12 medidas verdes obligatorias evaluadas resultaron claramente beneficios consistentes de vida silvestre para algunas, pero no para todas las medidas de enverdecimiento. Es decir, las medidas de enverdecimiento elegidas en dicha reforma tenían pocas evidencias que las respaldarán, y las evidencias de que se disponían sugerían que no eran las medidas potencialmente más eficaces. Pese a ello de acuerdo con Sutherland & Wordley en el 2017, se utilizaron a pesar de la existencia de otras posibles opciones más adecuadas con evidencias sustanciales de su eficacia porque estas evidencias no fueron examinadas.

En otro caso, en una evaluación de programas de plantación de árboles a gran escala realizado por Coleman y otros en el 2021, en Himachal Pradesh, norte de la India, mostró que las plantaciones de árboles “‘no han aumentado, en promedio, la proporción de cubierta forestal y han desplazado modestamente la composición del bosque de las variedades de hoja ancha valoradas por la población local”. Por lo tanto, décadas de costosos programas de plantación de árboles en esta región no han demostrado ser efectivos. Concluyen que las plantaciones fracasaran a menos que se aborden los procesos sociales y ecológicos subyacentes que llevaron a la degradación forestal.

Asimismo, numerosos estudios han demostrado que muchos esquemas de restauración de manglares también han fracasado, debido a una serie de factores que incluyen el uso de especies equivocadas, la siembra en el lugar equivocado y la falta de compromiso comunitario (Brown et al., 2014; Kodikara et al., 2017; Lee et al., 2019).

Otro ejemplo que muestra que algunas acciones son más rentables que otras. Por ejemplo, en un estudio de Santika y colaboradores en el 2022, una comparación reciente de la rentabilidad de varias acciones para conservar los orangutanes (Pongo spp.) encontró que algunas de éstas (protección de hábitats y patrullaje) eran más del doble de efectivas que otras (rescate y rehabilitación o restauración de hábitats).

Para corregir estas situaciones adversas existe un enfoque creciente de que la conservación de la naturaleza y su biodiversidad debe basarse más en la evidencia. Así, la conservación de la naturaleza basada en la evidencia evalúa las experiencias y los controles de éxito de forma sistemática y cuantitativa, inicia estudios comparativos o proyectos de investigación y deriva recomendaciones de ellos.

En el antes referido libro de William J. Sutherland indica que el término “conservación basada en la evidencia” se utilizó por primera vez en el libro The Conservation Handbook publicado en el año 2000, de su propia autoría, que describía su campo potencial. Sutherland se inspiró al escuchar a Graham Bentham mencionar la medicina basada en la evidencia durante una reunión para planificar una estrategia de investigación para toda la universidad de Cambridge. Por otro lado, Andrew Pullin, con su esposa médica, Teri Knight, también había estado pensando en el uso de la evidencia en la conservación (Pullin y Knight, 2001). Después de que los dos equipos descubrieron sus intereses conjuntos en una reunión de campo del Grupo de Políticas de la Sociedad Ecológica Británica, escribieron un artículo clave de colaboración para exponer los procesos de conservación basados en la evidencia (Sutherland et al., 2004). Desde entonces ha habido un florecimiento de interés asociado con la conservación basada en la evidencia.

El principio del trabajo basado en la evidencia proviene de la medicina, que tiene un problema similar al de la conservación: muchas decisiones terapéuticas se basan en datos incompletos o de baja calidad, a menudo sólo en series de casos e informes de casos. Razones éticas y metodológicas dificultan la realización de experimentos que podrían establecer vínculos causales entre la terapia y el curso de la enfermedad. Con el fin de aprovechar al máximo la información disponible para las recomendaciones terapéuticas, se ha desarrollado un procedimiento mediante el cual los informes de casos se analizan sistemáticamente y según criterios predefinidos y se ponderan según su importancia relativa.

Así, se documentó que fumar cigarros de tabaco reduce la esperanza de vida, como un patrón cuando se considera una variedad de casos individuales, aunque el caso individual no siempre es significativo (a veces incluso los fumadores constantes se vuelven muy viejos). Por ello, para evitar distorsiones subjetivas en la interpretación, los pasos individuales de la evaluación se definen al principio y luego se siguen estrictamente.

La conservación de la naturaleza basada en la evidencia evalúa de forma sistemática y cuantitativa los datos de diferentes calidades y orígenes de los experimentos, desde los estudios observacionales hasta los controles de éxito y los informes caso por caso, y los deriva en recomendaciones. Esto con la gran ventaja de que se aplican principios científicos, el esfuerzo para la conservación basada en la evidencia vale la pena. Se ilustra lo anterior con un par ejemplos:

Si un jaguar, puma o lobo arrebata a los animales de granja, el granjero solicitará de inmediato cazar al animal. La pregunta es: ¿Eso realmente mejora la situación? Dado que los llamados grandes depredadores causantes de daños son cazados en muchos países. Según Schmidt y colaboradores en 2017, un estudio internacional ha verificado la efectividad de la medida. El resultado fue desalentador: no existe un estudio de caso que cumpla con los requisitos científicos mínimos. Actualmente no se puede demostrar la eficacia de la medida “cazar o disparar”.

También está el caso de la efectividad de los pasos de fauna. Por ejemplo, cuando los anfibios cruzan las carreteras, a menudo son atropellados, se construyen túneles para anfibios como medida de protección, ¿de qué sirven los túneles? Los controles de éxito generalmente sólo examinan si los túneles se cruzan en el año posterior a la construcción de anfibios. Esta es una buena primera indicación de la eficacia, pero en última instancia se trata de mantener las poblaciones. En un estudio de la Escuela Superior de Ciencias Aplicadas de Zúrich, en Suiza, buscó conocer que tan bien los túneles anfibios cumplen su función una década después de su construcción. Para ello no solo se estudió un túnel, sino más de una docena de túneles. Los resultados mostraron claramente que los túneles de pequeño diámetro estaban mal transitados. Los túneles más grandes, como exigen las normas actuales, se atravesaron mucho mejor. Sin embargo, no se pudo demostrar un efecto claro sobre las poblaciones, ya que algunas poblaciones crecieron después de la construcción de los túneles, mientras que otras se hicieron más pequeñas. No son sólo los túneles los que determinan el tamaño de la población. Cuando se construyen túneles, se debe revalorizar todo el hábitat de la población.

En una siguiente etapa de la conservación de la naturaleza basada en la evidencia se requieren proyectos de investigación específicos, que en parte prueban cuestiones concretas de forma experimental. Así, las preguntas vienen de la práctica o se anticipan problemas futuros

La conservación basada en la evidencia también revela lagunas en el conocimiento. Los ejemplos anteriores muestran que es posible obtener evidencias a partir de estudios de casos existentes o generar nuevos conocimientos mediante estudios comparativos que ayuden a mejorar las prácticas de conservación.

En los equivalentes médicos, las instituciones de la medicina, que son responsables de sintetizar la información para la toma de decisiones, son las que se necesitan en la conservación, para complementar el trabajo de las organizaciones que recopilan y revisan los datos medioambientales de evidencias. Cada vez hay más trabajos sobre las bases de evidencias disponibles, en especial para Europa, Canadá, y Estados Unidos, aunque infortunadamente los estudios son en inglés. Esto incluye Conservation Evidence (CE) www.conservationevidence.com con sede en Cambridge, que resume los resultados de las evidencias de acciones de conservación, Environmental Evidence www.environmentalevidence.org que produce revisiones sistemáticas y mapas sobre una variedad de temas ambientales. La iniciativa de soluciones basadas en la naturaleza www.naturebasedsolutionsinitiative.org que tiene como objetivo aumentar la comprensión de la eficacia de la naturaleza-soluciones basadas, y el Compendio de especies invasoras de CABI www.cabi.org/isc que proporciona una cobertura detallada de las especies invasoras que amenazan los medios de vida y el medio ambiente en todo el mundo. Estas bases de datos se pueden buscar de forma muy diferenciada, según la evidencia de ciertas medidas de conservación. Además, los grupos de expertos de estas iniciativas elaboran periódicamente resúmenes actualizados y de libre acceso sobre determinados grupos de especies y temas para los que se ponderan las medidas de conservación en función de la probabilidad de su eficacia.

En México y en muchos otros lugares del planeta existen una gran cantidad de estudios y controles de éxito y/o fracaso, que acompañan a los proyectos de conservación de la naturaleza y su biodiversidad. Sus hallazgos deberían organizarse y agruparse para que de los casos individuales poco significativos se puedan inferir afirmaciones generalmente válidas. Se requiere que todos estos estudios individuales y su síntesis se almacenen en una base de datos de acceso público, siempre que cumplan unos requisitos científicos mínimos. La base de datos debe ser búsqueda por ejemplo de tipo de ecosistemas. especie, tipo de paisaje, tipo de acción de manejo de conservación, entre otros criterios. Aquí no es necesario inventar el agua tibia. Existen, como se han nombrado este tipo de organizaciones. Esto mejoraría significativamente la capacidad de conservar por ejemplo a los grupos de especies nativas o endémicas y/o en riesgo.

Lo ideal sería crear un centro de síntesis de evidencia en México para este fin. Podría ser un nuevo objetivo de la Comisión Nacional para Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), dado que tiene todas las condiciones para realizar dichas tareas. Esto podría sentar las bases para obtener una contribución a la evidencia de los muchos resultados de investigación publicados y los controles de éxito. Además, las pruebas podrían prepararse en una forma adecuada a las circunstancias de México y condensarse en recomendaciones que se puedan aplicar directamente en medidas de conservación