24 noviembre,2020 9:08 am

Llaman directores a eliminar la concentración de los beneficios para el cine en la Cdmx

Reflexionan en una charla desde Guadalajara sobre cómo descentralizar la producción fílmica del país y llaman a crear comunidades cinematográficas en todos los estados, municipios y pueblos

Guadalajara, Jalisco, 24 de noviembre de 2020. El 2019 fue el año con mayor producción cinematográfica en la historia del cine mexicano. Pero de los 216 largometrajes producidos, el 43 por ciento se hizo en la Ciudad de México, en contraste con Sinaloa o Tabasco, donde se produjo una sola película.

Ayer se llevó a cabo el diálogo Descentralización de la producción de cine en México, como parte de las actividades previas del Festival Internacional de Cine de Guadalajara y contó con la participación de los cineastas Celso García, Samuel Kishi, Ana Laura Calderón y Ariadna Mogollón, con experiencia haciendo cine fuera de la Ciudad de México.

Ellos recordaron ese dato y otros más sobre la realidad centralizada de la industria fílmica en el país, pero, sobre todo, se habló sobre las estrategias para crear y consolidar industria en otras regiones.

Los expositores coincidieron en que urge crear comunidades cinematográficas en todos los estados, municipios o pequeños pueblos, para conseguir borrar las fronteras de producción y eliminar la concentración de los beneficios fílmicos en la capital del país.

“Se debe invertir en la comunidad y en la gente, necesitamos más autoras y autores de distintas zonas del país, que cuenten sus historias. Está bien lindo que digamos ‘ahora vamos a grabar a la sierra de Guerrero’, pero también tienen que existir estos creadores y debemos apoyarlos para que le puedan dar diversidad y pluralidad al cine. Hay que invertir mucho, no sólo en fierros, sino en la gente”, comentó Samuel Kishi (Somos Mari Pepa, Los lobos).

“Veamos dónde está la gente más talentosa. Quizá esa persona no está en la Ciudad de México sino en un pueblito en Yucatán, pero es necesario invitarla a nuestros proyectos. Esta visión nos puede ayudar muchísimo a borrar fronteras y zonas geográficas. Hay gente talentosísima en la Ciudad de México, en Polanco, en la Condesa, que sabe hacer cine y ha sido apoyada, pero también la hay en Guadalajara con las mismas características y virtudes. Mi recomendación es ir por estas personas”, dijo Celso García (La delgada línea amarilla).

Por su parte, la productora e investigadora de cine Ariadna Mogollón resaltó que “es importante que pensemos en la política pública, que la reflexionemos para que se transforme, porque no va a cambiar de la nada. Justamente el cambio de la mentalidad y de paradigmas también traerá el de la política pública”.

De acuerdo con el grupo, los focos de la centralización del cine pueden encontrarse en la falta de historias que representen a todo el país, además de la dificultad para conseguir recursos proporcionados por el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) desde afuera, aunque consideran que esto último ha ido diluyéndose en los últimos años.

“El crecer como cineasta, como dijera Chabelo, siendo un ‘cuate de provincia’, sí ha sido muy complicado, porque sales de tu carrera y buscas los recursos, pero lo primero que me pasó a mi equipo y a mí es darnos cuenta que los apoyos están centralizados, que las convocatorias eran inaccesibles porque pedían experiencia, y cómo la consigues si no puedes hacer nada.

“Otra cosa que discutíamos en la escuela es que no sentíamos que el cine mexicano nos representara como tapatíos, o como hidrocálidos, sólo veíamos que todo se filmaba en la colonia Roma, entonces había esta necesidad de hacer cine que nos representara y así decidimos salir al barrio a hacer una película (Somos Mari Pepa)”, indicó Kishi.

Texto: Abril Valadez / Agencia Reforma