15 diciembre,2018 7:00 am

Lleva 27 muertos y cientos de refugiados la disputa por la sierra de Chichihualco

 
 
En seis meses de enfrentamientos en las comunidades del corredor de Xochipala a Corralitos, municipios de Eduardo Neri y Leonardo Bravo, vecinos señalan la omisión de policías y militares que ahora conviven con los civiles armados que tomaron Filo de Caballos
 
 
 
Zacarías Cervantes
 
Chilpancingo
 
En seis meses de enfrentamientos continuos en las comunidades del corredor de Xochipala a Corralitos, municipios de Eduardo Neri (Zumpango) y Leonardo Bravo (Chichihualco) se han contabilizado 27 asesinatos, 12 heridos, unas 50 casas y 40 vehículos rafagueados o incinerados, así como centenares de personas desplazadas, la mayoría niños y mujeres.
De acuerdo con un recuento periodístico de El Sur la violencia se recrudeció a partir del 9 de junio, cuando los dos grupos que se pelean en la zona se enfrentaron en Corralitos, municipio de Leonardo Bravo.
Desde entonces la violencia que ha dejado secuelas trágicas no cesa aún con la presencia de militares y policías estatales, quienes han sido acusados por los pobladores de omisos en casi todos los episodios violentos.
El 9 de junio el enfrentamiento entre civiles armados en Corralitos que se encuentra en los límites de los municipios de Leonardo Bravo y Heliodoro Castillo (Tlacotepec) y a unos 10 minutos de Filo de Caballos, el resultado fue de tres muertos en una nutrida balacera que duró más de 2 horas, contaron los vecinos. Entre las victimas está el comisario municipal, Antonio Cruz.
El tiroteo dejó, además, tres viviendas y dos vehículos incendiados. También dos casas de dos niveles más fueron tiroteadas hasta quedar como coladeras, en una de ellas que recibió más de mil disparos fueron encontrados dos hombres armados muertos, mientras que el cuerpo del comisario municipal fue hallado afuera, en la calle.
Esa vez los vecinos contaron que desde las 5 de la mañana alertaron a las autoridades que un grupo armado estaba rodeando la comunidad, y a las 6 cuando comenzaron los disparos a las casas y a los pobladores desde los cerros insistieron en pedir auxilio.
Dijeron que llamaron al 911, directamente a la 35 Zona Militar con sede en Chilpancingo y a la Secretaría de Seguridad Pública del estado sin que nadie llegara a proteger a la población durante la refriega.
Los militares y policías estatales llegaron después del mediodía cuando el enfrentamiento había terminado. Los soldados y policías detuvieron a cuatro hombres, a los que según la versión oficial les decomisaron dos fusiles AR-15 y otros dos AK-47, pero vecinos de Filo de Caballos les cerraron el paso y obligaron a liberarlos cuando pasaban por ese pueblo.
Dos días después, el 11 de junio en El Ranchito, un caserío ubicado entre Corralitos y Filo de Caballos, ocurrió otro enfrentamiento. Allí militares y policías encontraron después del tiroteo dos patrullas del Ejército clonadas y a un hombre muerto a balazos dentro de una de ellas.
Tras estos dos enfrentamientos, el 22 de junio el coordinador de la Policía Comunitaria de Heliodoro Castillo, Humberto Moreno Catalán emplazó en una conferencia de prensa desde Tlacotepec al gobernador Héctor Astudillo Flores a que brindara garantías de seguridad en el corredor de Xochipala a Filo de Caballos (municipio de Leonardo Bravo).
Denunció que en ese tramo se estaban cometiendo asesinatos, secuestros, asaltos, robos y extorsiones de un grupo delictivo asentado en ese pueblo.
Moreno Catalán declaró que debido a la violencia tenía más de dos meses que no podían pasar hacia Tlacotepec las Urvan del transporte público, las pipas de gasolina, los camiones de gas doméstico y las camionetas que surten los productos básicos a esa cabecera municipal y a los pueblos vecinos.
El coordinador declaró que estaban dispuestos a coordinarse con los tres órdenes de gobierno para lograr seguridad en ese corredor. Incluso dijo que también se coordinarían con la recién creada Policía Ciudadana de Leonardo Bravo y Eduardo Neri si éstos se deslindaban del grupo delictivo que operaba en la zona.
Moreno Catalán advirtió que si las autoridades no pacificaban esa ruta, 5 mil policías comunitarios de Heliodoro Castillo, San Miguel Totolapan, Teloloapan y Apaxtla entrarían a hacerse cargo de la seguridad, y entraron.
El primer aviso ocurrió el 5 de septiembre. Ese día policías comunitarios y otros civiles armados de Heliodoro Castillo entraron a las 7 de la mañana a la comunidad de La Laguna, municipio de Eduardo Neri.
En el ataque mataron a un policía estatal acreditable de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSP), e hirieron a cuatro más, dos de la Policía Acreditable y otros dos de la Policía Estatal Rural.
La lluvia de metralla se centró en la base de la Policía Estatal Rural en el centro del pueblo, mientras que en la calle principal 6 vehículos particulares y dos patrullas de la Policía Ciudadana y una de la Policía Estatal Rural fueron rafagueadas.
Los integrantes del mismo grupo atacante incendiaron casi simultáneamente cinco vehículos, entre ellos una combi del servicio de transporte de la ruta Chilpancingo-Filo de Caballos y cuatro carros compactos particulares, en la carretera entre Casa Verde y Xochipala subiendo a la sierra, a unos 25 kilómetros de La Laguna.
El Ejército y la Policía Estatal llegaron esa vez a las 11 de la mañana, 4 horas después de que comenzó el ataque, aun cuando los vecinos comenzaron a pedir auxilio desde que comenzaron los balazos en La Laguna.
Pobladores de Filo de Caballos denunciaron que otra célula del mismo grupo armado proveniente de Tlacotepec, a las 3 de la tarde disparó desde los cerros contra las viviendas de Carrizal, Puentecillas y El Ranchito, y que a esa hora aún no había llegado el Ejército ni la Policía Estatal a esos pueblos, aun cuando desde la mañana cuando supieron del ataque en La Laguna comenzaron a pedir ayuda temiendo que también sus pueblos fueran atacados.
 
La toma de Filo de Caballos que dejó a más de mil 500 desplazados
 
La batalla más cruenta ocurrió el 11 de noviembre en Filo de Caballos cuando 3 mil comunitarios del Frente Unido de Policías Comunitarias del Estado de Guerrero (FUPCEG) provenientes de Heliodoro Castillo, Teloloapan, Apaxtla, Cocula y Eduardo Neri tomaron el pueblo.
Durante la irrupción que duró desde las 2 hasta casi a las 6 de la tarde se conoció un saldo de siete muertos, según versión de la coordinación del mismo Frente, y un número indeterminado de heridos, cinco de ellos del bando de la Policía Comunitaria. También se reportaron 30 vehículos y 20 casas tiroteadas, una más fue incendiada.
A raíz de este enfrentamiento entre unos 3 mil comunitarios contra unos 100 civiles armados que según la coordinación del Frente de Policías Comunitarias eran integrantes del grupo delictivo que se mantenía en el pueblo, hubo más de mil 500 desplazados de este y otros ocho pueblos ubicados en el corredor de Xochipala a Filo de Caballos, según representantes de éstos.
La mayoría de los desplazados son mujeres y niños que se fueron a refugiar al auditorio municipal de Chichihualco.
A pesar de la magnitud del enfrentamiento, no hubo la intervención oportuna del Ejército ni de la Policía Estatal para evitar el encontronazo y víctimas civiles, aun cuando la fuerza militar y estatal se encontraba en la zona.
Según los testimonios de vecinos pidieron el apoyo insistentemente a los militares y policías estatales que estaban destacamentados en Campo de Aviación, a menos de 10 minutos de Filo de Caballos, pero éstos entraron al pueblo cuando los comunitarios que llegaron de Tlacotepec se habían apoderado de él.
A partir de entonces Filo de Caballos se encuentra ocupado por policías comunitarios, así como por militares y policías estatales, como si fueran del mismo bando, o como si su presencia ya no los inhibiera porque a pesar de las fuerzas desplegadas allí siguen ocurriendo balaceras y enfrentamientos.
El 19 de noviembre civiles armados provenientes de Chichihualco atacaron un retén de la Policía Comunitaria de Heliodoro Castillo, entre las comunidades de Filo de Caballos y Carrizal de Bravo que dejó ocho comunitarios heridos.
Ese día hubo también una balacera en Los Morros en donde los civiles armados, al parecer del mismo grupo atacante, atravesaron árboles y un camión de la Coca Cola para evitar el paso.
El 23 de noviembre otra vez los civiles armados de Chichihualco intentaron entrar a Filo de Caballos para desalojar a los policías comunitarios. Esa vez no se reportaron muertos ni heridos.
Ese día pobladores de Los Morros y Campo de Aviación informaron vía telefónica que entre 8:30 y 9 de la noche escucharon detonaciones en esos pueblos.
El 28 de noviembre otro episodio violento entre los grupos rivales habría dejado 13 muertos cerca de Izotepec. El grupo que se adjudicó los muertos los presumió en redes sociales con imágenes de la masacre y aseguró que uno de los asesinados era El Chaca, jefe de sicarios de Izotepec, así como cinco de sus sicarios.
El jueves 29 de noviembre fueron ejecutados cerca de Puentecillas un menor de 16 años y un adulto de 36 que habían desaparecidos de Carrizal y de La Escalera, respectivamente, un día anterior.
De estos dos últimos casos la Policía Comunitaria se deslindó. El vocero del Frente Unido de Policías Comunitarias, Salvador Alanís aseguró el martes pasado que estas ejecuciones son el resultado del enfrentamiento que libran Juan Castillo, El Teniente, con Juan Guevara, El Jaleaco.
“Tenemos entendido que El Teniente fue desplazado de Izotepec y por esa razón tiene ese problema de años con El Jaleaco, y aprovechando la entrada del Frente de Policías Comunitarias a Filo de Caballos el miércoles, la gente de Izotepec vino a querer recuperar Filo de Caballos y la gente del Frente de Policías Comunitarias los repelió y a su regreso camino a Carrizal los interceptó la gente de El Teniente y mató a algunos de ellos”, contó.
La guerra por el control de ese corredor de Xochipala a Filo de Caballos sigue y el número de muertos y heridos oficialmente es incuantificable, porque no son sólo los que reconoce la autoridad y los bandos que se enfrentan. Pobladores aseguran que en algunos enfrentamientos ha habido más muertos de los que se informa a los medios de comunicación.
El director del Centro de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón (Centro Morelos), Manuel Olivares Hernández opinó que los daños más graves que está dejando esta guerra son el desplazamiento de cientos de personas de esos pueblos, y las secuelas sicológicas en la gente que se queda en los pueblos “por las escenas de terror que están viviendo”.
Los grupos confrontados en este territorio son por un lado, Isaac Navarrete, El Señor de la I, líder del Cártel del Sur que está en la zona de Chichihualco, y por el otro Juan Castillo Gómez, El Teniente y Onésimo Marquina, El Necho, ubicados en la zona de Heliodoro Castillo, aunque la Policía Comunitaria se ha deslindado de El Teniente.