15 mayo,2020 10:16 am

Llevan flores para desaparecidos y asesinados en irrupción de grupo armado en Chilapa en 2015

Hay 25 órdenes de aprehensión sin hacerse efectivas, informa el dirigente del colectivo Siempre Vivos, José Díaz. Pide al alcalde Jesús Parra y al gobernador Héctor Astudillo que se coordinen con el gobierno federal para localizar a los desaparecidos y buscar justicia para las víctimas, con las nuevas facultades de la Guardia Nacional y el Ejército

Chilapa, Guerrero, 15 de mayo de 2020. A cinco años de la desaparición forzada de 16 ciudadanos en Chilapa, la misión de las madres de las víctimas continúa firme: no dejarán de buscar a sus hijos hasta encontrarlos.

Este jueves madres y familiares del colectivo Siempre Vivos conmemoraron la desaparición forzada de al menos 16 vecinos ocurrida del 9 al 14 de mayo de 2015, con la colocación de flores en un memorial de víctimas de homicidio y desaparición ubicado a las afueras de la ciudad.

“Hoy no fuimos a la búsqueda (de los desaparecidos) por el coronavirus, no pudimos salir, es por eso que hoy venimos a nuestro memorial”, relató.

El año pasado su búsqueda fue limitada a un día porque no contaron con el resguardo de corporaciones de seguridad federales, ya en el nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

La de ayer fue una conmemoración diferente. Al mediodía y con una temperatura de más de 30 grados llegaron al centro de la ciudad cinco madres y familiares de las víctimas, con ramos de margaritas blancas, rosas blancas y rojas y cadenas de cempasúchil.

Los familiares de víctimas de desaparición se dirigieron a un memorial de cruces de madera ubicado a la salida de la ciudad, en el crucero a la Universidad Tecnológica, en la carretera Chilapa-Zitlala.

Ahí, el 29 de noviembre de 2014 fueron hallados los cadáveres de dos hermanos de José Díaz, un primo y dos arquitectos, Hugo y Alejandrino, Vicente Apreza, Jesús Romero y Mario Montiel, desaparecidos tres días antes.

En el memorial instalado el año pasado aún se hallaban flores secas de pasadas visitas. El lugar que ahora permanece cercado con una malla ciclónica atada a postes de concreto fue custodiado por agentes con uniforme de la Policía Federal y dos patrullas.

Las madres y otros familiares colocaron flores a unas 40 cruces pequeñas de madera y una cadena de flores, y a una cruz de cuatro metros de alto. Lo que pareciera una ofrenda o recuerdo a la memoria de difuntos, pero para las madres no es así.

“No ponemos las cruces porque pensemos que nuestros hijos están muertos, solamente para recordarlos. Porque mientras no tengamos a nuestros hijos. Mientras no nos los entreguen para nosotros siguen vivos, para nosotros en nuestro corazón, ellos están vivos”.

“Hasta que ahora sí los encontremos y nos los entreguen sea como sea,  entonces sí, a lo mejor, en mi caso, voy a dejarlo de buscar”.

A sus 55 años, la señora Lucina Reyes dijo que mientras no le entreguen a su hijo, Alexandro Nava Reyes, lo seguirá buscando, mientras su voz quebrada se fundía con un sonido uniforme de chicharras.

Señala José Díaz la promesa incumplida de Rogelio Ortega

El profesor y activista desde la tragedia de su familia, José Díaz Navarro viste un pantalón de vestir y una camisa de manga larga negra. Porta un cubrebocas blanco y su pelo tiene más canas que hace unos meses. Su discurso para exigir justicia se mantiene desde aquel noviembre de 2014 y aquel mayo de 2015.

Señaló la promesa incumplida del gobernador interino Rogelio Ortega Martínez para encontrar a los desaparecidos, y su falta de conmiseración con las madres de las víctimas. También de la pizca de esperanza que les generaba la llegada de Andrés Manuel López Obrador al gobierno federal.

Hasta ahora, dijo, hay 25 órdenes de aprehensión sin hacerse efectivas, por lo que pidió al gobierno municipal de Chilapa que encabeza Jesús Parra y al gobierno del estado de Héctor Astudillo, coordinarse con el gobierno federal para localizar a los desaparecidos y buscar justicia  para las víctimas, con las nuevas facultades de la Guardia Nacional y el Ejército.

En ese mayo durante seis días entre 300 y 500 hombres y mujeres provenientes de comunidades del sur del municipio, encabezados por autoridades comunitarias, armadas con escopetas y armas de grueso calibre llegaron a la cabecera. Se instalaron el 9 de mayo en la ciudad, desarmaron a la Policía Municipal y recorrieron las calles para detener a los que consideraban integrantes del grupo delictivo Los Rojos.

La búsqueda se dio en convivencia con soldados de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

El 14 de mayo se denunció ante el Ministerio Público federal la desaparición de 16 ciudadanos.

Más tarde, una parte del grupo de autoridades y civiles que irrumpió en la cabecera de Chilapa se conformó en la Policía por la Paz y la Justicia, que las autoridades han vinculado al grupo delincuencial Los Ardillos.

Texto y foto: Luis Daniel Nava