1 junio,2023 4:01 pm

Lo que se juega el domingo

 

Humberto Musacchio

La campaña por la gubernatura de Coahuila ha sido un paseo triunfal para Manolo Jiménez Salinas, el candidato de la tríada PRI-PAN-PRD, al que las encuestas le dan hasta 20 puntos de ventaja. Se trata de un hombre carismático, de 39 años, con sólida formación académica adquirida en el Tec de Monterrey y China, Estados Unidos y España. Ha sido regidor, diputado local, alcalde de Saltillo y durante un año secretario de Inclusión y Desarrollo Social del actual gobierno coahuilense.
Contrasta su imagen con la figura de su principal contrincante, el empresario carbonífero Armando Guadiana, quien ha mostrado contar con poca aptitud bajo el Stetson. Cuando el dedazo favoreció a Guadiana, Ricardo Sóstenes Mejía Berdeja, que también buscaba la candidatura de Morena, se pasó al Partido del Trabajo, que lo hizo su abanderado. El Partido Verde tampoco apoyó a Guadiana y Lenin Pérez se convirtió en su candidato.
Sin embargo, al ver que no levantaba la campaña de Guadiana, el pasado día 27 le torcieron el brazo al PVEM y la dirigencia nacional anunció que apoyaría al representante de Morena, pero Lenin Pérez anunció que no renunciaría, , y aún si eso ocurriera, los votos que obtendría Morena serían muy pocos, pero, en cualquier caso, la verdulería tendrá que afrontar una profunda división y el alejamiento de buen número de militantes, lo que haría caer sus acciones en el mercado electoral.
Lo mismo ocurrió con el Partido del Trabajo, cuyos dirigentes fueron doblegados (dobleteados, dicen por ahì), pero al igual que Lenin Pérez, Mejía Berdeja dijo que no renunciaba y se lanzó muy duro contra Mario Delgado, a quien llamó “muy tramposo y muy corrupto”. En fin, que los dirigentes del PVEM y el PT se plegaron a los intereses de Ya Saben Quien, pero los candidatos se quedaron. Ya veremos el resultado.
Donde los morenistas cantan victoria desde hace varios meses es en el estado de México, que como Coahuila sólo ha conocido gobernadores priistas. El Edomex es el principal baluarte del partido tricolor y si bien Delfina Gómez Álvarez, la candidata de Morena, ha estado arriba en las encuestas, el hecho es que la ventaja sobre Alejandra del Moral se ha venido estrechando, al grado de que la priista asegura que ya van empatadas.
Delfina Gómez, nacida hace 60 años en Texcoco, es producto de aquello que Colosio llamaba “la cultura del esfuerzo”. Es profesora normalista y dice contar con dos maestrías. Trabajó desde muy joven en el aula, luego fue subdirectora de Proyectos de la Secretaría de Educación del Edomex en los gobiernos de César Camacho, Arturo Montiel, Enrique Peña Nieto y Erubiel Ávila (1982 a 1999), alcaldesa de Texcoco por Movimiento Ciudadano (2013-2019), diputada federal (2015-2018) y en 2017 candidata a la gubernatura mexiquense por Morena. Elegida senadora en 2018, al asumir la Presidencia López Obrador, la nombró delegada de los programas de Bienestar (2018-2021) y luego secretaria de Educación Pública federal (2021-2022). Es candidata a la gubernatura del estado de México por Morena, PT y PVEM.
Por su parte, Alejandra del Moral, nacida en Cuautitlán Izcalli en 1983, es licenciada en Derecho por la Ibero y tiene maestría en administración y política pública por el Tec de Monterrey. Hija del dirigente priista Ismael Del Moral y esposa del diputado federal Mariano González Aguirre con quien tiene dos hijos. González Aguirre es (hijo del exgobernador de Tlaxcala, Mariano González Zarur, y de la actriz Hilda Aguirre). Milita desde los 16 años en el PRI, en el que ha ocupado diversos cargos hasta llegar a secretaria general del comité directivo estatal (2017). En los gobiernos del Estado de México ha sido directora de Relaciones Internacionales, secretaria del Trabajo y secretaria de Desarrollo Económico. El presidente Enrique Peña Nieto la nombró directora de Bansefi, hoy Banco del Bienestar. En 2009 fue elegida alcaldesa de Cuautitlán Izacalli, en 2012 diputada federal y en 2021 diputada al Congreso mexiquense. Es candidata por PRI, PAN, PRD y Nueva Alianza.
En resumen, en Coahuila parece estar decidida la contienda, en tanto que en el Estado de México cualquier vaticinio puede estar equivocado. En cualquier caso, lo que ocurra incidirá en las elecciones de 2024.