1 junio,2023 4:00 pm

Divas en Acapulco

 

(Cuarta y última parte)

Anituy Rebolledo Ayerdi

 

La Reseña de Acapulco

Como Reseña de Acapulco se conoció simplemente a la Reseña Mundial de los Festivales Cinematográficos en México. Un evento nacido con el apoyo decidido del entonces presidente Adolfo Ruiz Cotines y sólo por tratarse de un proyecto de su paisano (ambos veracruzanos) Miguel Alemán Velasco. La primera se inaugura en octubre de 1958 en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México y a partir de la segunda su escenario será el Fuerte de San Diego, de Acapulco.
La Reseña cumplirá rigurosamente el propósito original de presentar sin competencia las películas premiadas en los festivales de cine más importante del mundo: Cannes, San Sebastián, Karlovy Vary, (en la entonces Checoslovaquia), Berlín, Moscú, Venecia, Bruselas y Mar de Plata. Cada cinta ganadora fue acompañada invariablemente por su director y actores principales, dando al evento un atractivo único, espectacular. Las once Reseñas de Acapulco, celebradas durante una década, tuvieron como escenario la fortaleza de San Diego, excepto la cuarta. Todas ellas tuvieron un nivel de excelencia, tanto en su organización como en sus productos artísticos. “Y lo mero principal”, como se dijo entonces, proyectó al puerto de Acapulco como el más bello y atractivo centro de veraneo del mundo.

Las anfitrionas

Divas de nuestra cinematografía formaron parte de la delegación mexicana, en calidad de anfitrionas del evento. Ellas: Silvia Pinal, Christian Martel, Katy Jurado, Columba Domínguez, Ana Bertha Lepe, Isela Vega, Lilia Prado, Pilar Pellicer y Meche Carreño. Dolores del Río, al frente

El premio André Bazán

El premio André Bazán se otorga en la tercera Reseña a la película italiana Rocco y sus hermanos , con la asistencia de las divas Martha Legrand, de Argentina; Conchita Velasco, de España y Milene Demongemont, de Francia.

Silvana Pampanini

La gran diva del cine italiano, Silvana Pampanini, iluminó el escenario de la cuarta Reseña de Acapulco (1961), celebrada en el cine Playa Hornos, por la prohibición del INAH para usar el Fuerte de San Diego. Se argumentaron fallas en las instalaciones sanitarias, con filtraciones de aguas negras tan severas que ponían en riesgo los venerables muros de la fortaleza.
La Pampanini, sex simbol de los años 50, levantó auténticos aullidos del respetable, embelesado por su belleza deslumbrante, sus poderosas turgencias y su cintura de avispa. Formas rotundas mostradas sin ropa en cintas como La torre de Nesle (1955), apresurando el despertar sexual de toda una generación orbeliana. Título que dará aquí pie a una confusión lacto-sicalíptica cuando se hable de “La Torre de Nestlé”.

Divas, divas, divas…

De vuelta en la fortaleza de San Diego, la quinta Reseña de Acapulco se engalanará con la presencia de la gran diva del cine griego, Irene Papas (Electra, Zorba, el griego y Los cañones de Navarone). También las italianas Eleonora Rossi Drago (El amigo, de Antonioni) y Alida Valli (El tercer hombre, Senso, de Visconti). Con ellas, la estadunidense Carol Baker (Baby Doll) quien deslumbró con su cabellera rubia platinada cubierta con sombrero de palma.

La sexta

Silvana Pampanini vuelve a la sexta Reseña (1966) confesándose prendada de Acapulco y a cuyo sol adjudica el tono que le faltaba a su piel. Esta vez se hará de un maestro particular de buceo. No otro que Hilario Martínez, El Perro Largo, cuyas aventuras marineras la divertieron como enana. Una en particular. La de Ofelia, la amiga de Hilario cuyos abrazos estuvieron a punto de asfixiarlo. (Ofelia era una enorme mantarraya con la que el buzo se veía en alguna cueva de La Roqueta). La Pampanini tuvo también un instructor particular de esquí acuático. Lo fue Maco Morlet Sutter dando rienda suelta a la hablillas playeras sobre un flirt entrambos. Y a lo mejor se dio pues nunca la dejó esquiar sola; él siempre atrás y en el mismo esquí. Algo similar le ocurrirá más tarde al propio Maco con la actriz y escritora británica Jean Collins (La Alexis de la serie Dinasty).

Rossana Podestá, Sandra Milo, Claudia Cardinale

También muy aplaudidas en el escenario del Fuerte, la no menos saludables y tentadoras italianas Sandra Milo (18 y medio y Julieta y los espíritus) y Rossana Podestá (Helena de Troya). Claudia Cardinale, sólo en la pantalla (El Gatopardo) . Mujeres hermosas pregoneras del ideal de la belleza femenina de aquél momento –formas rotundas, exuberantes, deseables incluso pecaminosas–puesto al anoréxico de años posteriores. La Podestá, a propósito, ya había filmado en México La Red, dirigida por 1Indio Fernández , premiada como La Mejor Historia Narrada en Imágenes.
Al año siguiente se presentarán en la pasarela sandieguina las divas Susan Strasberg (Diario de Anna Frank), Angie Dickinson (la sargento Pepper de La mujer policía), Virna Lisi (Casanova 70) y Emmanuele Riva (Hiroshima mi amor).

Swanson y Temple

Dos presencias tan distintas como distantes despertarán nostalgia y ternura durante la novena Reseña. Ellas fueron Gloria Swanson (1899-1983), una de las más grandes divas del cine mudo, y Shirley Temple, la niña prodigio de los rizos dorados del Jólibut de los años 40.
No obstante, su 1.55 metros de estatura, la Swanson llenaba la pantalla con sus rasgos felinos y sus sofisticados atuendos de sedas, pieles y joyas. Fue la reina de la Paramount recibiendo entonces diez mil cartas semanarias de sus fans. Protagonizó el polémico film La frágil voluntad, sobre la relación de una “mala mujer” y un seminarista en Samoa (país insular entre Nueva Zelanda y Hawai). Cinta por la que será candidata a un premio Oscar apenas instaurado por la Academia, mientras que la empresa ganará un millón de dólares sólo en los Estados Unidos. Osada como pocas o quizás “saurina”, Gloria deja a su esposo, el marqués La Falaise, para convertirse en la amante de Joseph Kennedy, padre del futuro presidente de los Estados Unidos.
Por su parte, Shirley Temple (1928-2014), estudiante infantil de canto, danza y teatro obtiene a los 6 años su primer papel en la película Ojos cariñosos, que la consagra como la actriz estadunidense más joven en ganar un Oscar. Durante los años 30 y 40 estelariza cintas como La simpática huerfanita, La pequeña princesa, Fuerte apache y otras. Militante del Partido Republicano, deja la actuación para aceptar la embajada de su país en Ghana, África. Más tarde la de Checoslovaquia.

Lollobrigida y Mansfield

Contrario a las anteriores, Gina Lollobrigida y Jane Mansfield despertarán aquí los deseos más impuros cuando luzcan sus formas esculturales en la alberca del Hotel El Presidente. A La Loyo, estrella de Tuya en septiembre y Trapecio, se le verá tan tranquila dando la vuelta al Zócalo luego de asistir a misa en La Soledad. La Mansfield, en cambio, provocará tumultos en la piscina luciendo orgullosa sus corpiños 42 copa D, recordando la temporada de melones. Ella, sex simbol de los años 50-60, será de las primeras playmates de la revista Playboy y por si fuera poco, la primera actriz estadunidense en aparecer sólo cubierta con crema en una cinta comercial ¡Promises, promises!

Elke Sommer, Cid Charisse

La novena Reseña se vestirá de gala con grandes divas y entre ellas la rubia berlinesa Elke Sommer (El Premio), las inglesas Lynn Readgrave (George girl ) y Rita Tushingham (El knack y cómo lograrlo). También, la perturbadora presencia de la chica Bond Kim Bassinger y la hermosa Cid Charisse, compañera de Fred Astaire y Genne Kelly (Singin in the rain y Medias de seda) , excelsa bailarina que había superado la poliomielitis infantil.

Ursula Andress

Ícono sexual de los 60 y primera chica Bond del cine, Ursula Andress correteó con sus largas y bien torneadas extremidades por las playas del puerto. Lo hizo por primera vez en 1963 cuando filmó aquí la cinta Fun in Acapulco, con un fantasmagórico Elvis Presley. Fantasmagórico, porque nunca pisó suelo mexicano por decisión presidencial (GDO) y todo por haber declarado que “prefería besar a tres negras que a una mexicana”.
Asidua a las portadas de la revista Playboy y elegida por la revista Empire Magazine como “una de las cien mujeres más sexis del cine de todos los tiempos”, Ursula vuelve a Acapulco invitada por la Reseña. Aquí se encuentra con el actor francés Juan Paul Belmondo, al que había acompañado en la cinta Animal. Un encuentro que estará a punto de pasar de las páginas rosas de la chismografía romántica a las rojas policiacas.
Sucederá ello cuando el actor de Casino Royale, practicando el parachute en la bahía, sea arrojado por una fuerte racha de viento hacia la estructura del hotel Acapulco Hilton. El choque, seguramente de graves consecuencias, será evitado mediante una habilísima maniobra por parte de los operadores de la lancha. La diva, a bordo, grita y llora de alegría comiéndose a besos a los salvadores de su galán, Jaime Escobar y los hermanos Angel y Feyo Herrera .
Festejando a sus héroes con puro “tecaila” , Ursula aceptará el pedido de Jaime de una entrevista exclusiva para su hermano Arturo Escobar , cronista de sociales del diario Trópico. Se reproducirá más tarde en Últimas Noticias de Excelsior.