22 mayo,2020 5:10 am

Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis (VIII)

Jorge Camacho Peñaloza

 

Quien desee éxito constante, debe cambiar su conducta con los tiempos. Niccolo Machiavelli

Sin duda el Covid-19 se ha convertido en un protagonista de la vida política, económica y social. Es un referente obligado para la toma de decisiones, la forma en que se llevarán a cabo las actividades en cada uno de esos ámbitos y en la vida de cada persona.

La primera contradicción generada por Covid-19 fue entre salud y economía. En todos los países en los que ha pegado el virus inmediatamente brincó el debate entre adoptar la cuarentena, la suspensión de actividades no esenciales para disminuir la transmisión de los contagios, provocando el cierre de empresas, la caída de la producción, la generación del desempleo, empeorando la pandemia de la pobreza, lo que inmediatamente fue mal visto por los empresarios y corporativos mundiales, o priorizar la continuidad de las actividades económicas para impedir la crisis económica aunque se registrarán miles de decesos con la pandemia de la muerte.

Ante esa contradicción los gobiernos reaccionaron de distinta forma en función de los intereses económicos, políticos y sociales, algunos cerraron inmediatamente sus fronteras como Corea del Norte y luego Estados Unidos, y otros llamaron a suspender actividades pero la gente se fue de vacaciones a las playas, como lo hizo Italia.

En política el Covid-19 también esta imponiendo nuevas condiciones en el ejercicio del poder como el hiperactivismo virtual expresado en la realización de reuniones vía remota a través de las diferentes plataformas digitales, ahora como nunca antes funcionarios de gobierno se reúnen un día sí y otro también, gobernadores hacen bloques, reuniones con líderes empresariales, los integrantes de las cámaras sesionando virtualmente, movimientos a favor o en contra a través de Change.org, la marabunta de producciones ciudadanas de información seria en tiempo real desbordando a los medios de comunicación convencionales y seguramente que también habrá de imponer comisiones en la forma de hacer campañas para las próximas elecciones.

Seguramente los grandes mítines en las plazas de los pueblos y las ciudades serán realizados bajo protocolo de acuerdo a número de participantes y el tamaño del espacio público, reuniones en las colonias y casas vecinos, las plataformas digitales serán el principal mecanismo para hacer llegar las propuestas de los candidatos, mítines por YouTube, debates por Zoom, propaganda por WhatsApp, discursos vía Facebook live, la estrategia será mantener el diálogo de los candidatos con la gente todo el tiempo en tiempo real a través de esas plataformas, los medios convencionales pasarán a segundo término como canales de difusión de las actividades de los candidatos, sobrevivirán aquellos que dejen sólo de informar sino destacar el debate diario, las diferencias entre los candidatos y dos propuestas.

La elección por la gubernatura de Guerrero ya está a la vuelta de la esquina, el coronavirus acelerará la toma de decisiones de los partidos acerca de sus candidatos, las campañas reales no de proselitismo pero sí de movimientos estratégicos deberán empezar ya, porque en tiempo y espacio se podrá hacer menos campañas formales, todo lo que se decide en función de esos dos factores tendrá que hacerse con más anticipación, para estas decisiones el tiempo se acaba.

En tiempo y espacio habrá menos tiempo para lo real, sobre todo al interior de los partidos, los que, ante la expectativa de que el Covid reducirá los tiempos y espacios para campañas, no pueden dejar para fines de año la decisión de quiénes serán sus candidatos; la organización del trabajo, de los equipos, las estrategias y acciones tiene que hacerse desde ya, por lo que la decisión de quienes serán las o los candidatos más que por elección interna, encuestas o cabildeos, deberá estar más basada en las trayectorias y legados de cada uno de ellos.

Vuela vuela palomita y ve y dile: A aquellos que no tengan legado con qué entrarle a la contienda, como unos ex presidentes municipales de Acapulco y Chilpancingo por ahí, un exdirigente estatal de partido por allá y uno que otro funcionarios federales por acullá, que no es que los quiera yo hacer sentir mal, pero diles que es mejor que se desentiendan.