8 marzo,2023 4:57 am

Los desafíos económicos de Lula en Brasil

Gaspard Estrada

 

Durante los últimos días el Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha estado en el centro de un amplio debate al respecto del papel del Banco Central frente a su gobierno, y de manera más general, de la política económica que pretende impulsar durante los cuatros años de su mandato. En efecto, la autoridad monetaria ha decidido recientemente aumentar la tasa de interés de referencia (SELIC) al 13.75 por ciento mensuales. Frente a ello, el Presidente Lula ha criticado públicamente al Presidente del Banco, Campos Neto, y ha pedido que la tasa de interés disminuya.

Pero las cosas no van a ser tan fáciles para Lula. En efecto, desde 2021 el Congreso de ese país, a instancias de buena parte del sector bancario y empresarial, ha votado una reforma instaurando la independencia del Banco Central de Brasil. Hasta entonces, si bien el Banco Central era autónomo en su funcionamiento y en las decisiones de su junta de gobierno, su presidente era nombrado directamente por el Presidente de la República. Este último disponía de la capacidad de remover en cualquier momento al dirigente de la máxima autoridad monetaria del país, como a un ministro de Estado. Esta prerrogativa desapareció con la reforma de 2021.

Definitivamente, para Lula, esta reforma tuvo una consecuencia considerable: como el mandato del Presidente del Banco Central es por cuatro años, sin que sea posible destituirlo a menos de que el Senado federal lo releve de su cargo tras haber demostrado un error significativo en su actuación como jefe de la autoridad monetaria, el Poder Ejecutivo perdió la capacidad de tener influencia en las decisiones del Banco. Y el problema es que la persona que fue nombrada durante el mandato de Jair Bolsonaro, Campos Neto, no es propiamente dicha una personalidad independiente de la vida política ni ajena al expresidente de extrema derecha brasileño: se trata de un cuadro del llamado “Bolsonarismo”. Desde su nombramiento hasta hace pocos días, Campos Neto formaba parte del grupo de WhatsApp de los ministros de Jair Bolsonaro, además de hacer de manera periódica declaraciones a favor del gobierno anterior durante la elección presidencial del año pasado. El propio día de la elección, Campos Neto acudió a las urnas vestido con la playera de la selección nacional brasileña (que se volvió en los últimos años un emblema de la extrema derecha en ese país) con la intención de expresar públicamente su apoyo a la candidatura de su ahora ex jefe. Más preocupante aún, durante el proceso electoral, Jair Bolsonaro multiplicó los gastos para financiar programas sociales de último minuto y así intentar obtener su reelección. Contrariamente a lo que tendría que hacer una autoridad monetaria, Campos Neto no se expresó públicamente para alertar a la opinión pública ni a los mercados al respecto de las bombas fiscales creadas por Bolsonaro.

Es por eso que cuando los medios acusan a Lula de vulnerar la independencia del Banco Central, es posible notar un doble rasero a la hora de explicitar la verdadera naturaleza del vínculo entre Bolsonaro y Campos Neto: es decir, no se trata realmente de una autoridad independiente del poder político. Y ahora que el Banco Central ha decidido subir las tasas de interés al 13.75 por ciento mensual para la tasa de referencia, la economía brasileña está entrando en un proceso de desaceleración. Según los últimos datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), publicados hace tres semanas, Brasil tendrá una tasa de crecimiento de apenas 1.5 por ciento anual en 2023, y un poco más en 2024. Se trata de malas noticias para Lula, quién ha puesto todo su empeño y su capital político para resolver tres asuntos: el hambre y la pobreza, el mantenimiento de la democracia, y el relanzamiento de una economía inclusiva. Desde este punto de vista, el mantenimiento de la tasa al 13.75 por ciento significaría poner en riesgo buena parte de la política diseñada por Lula para su tercer mandato. De ahí la importancia para Lula de al menos debatir públicamente el nivel de la tasa, e intentar disminuirla, con el objetivo de apalancar la economía y dar resultados para sus electores, en particular los más pobres.

 

* Director ejecutivo del Observa-torio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París

 

Twitter: @Gaspard_Estrada