8 octubre,2022 5:26 am

Los #GuacamayaLeaks y la amenaza de muerte al presidente

De Norte a Sur

Silber Meza

 

Millones de archivos. Un torrente de información que, a una sola persona, le llevaría meses en terminar de revisar, tal vez años. El grupo de hacktivistas autodenominado Guacamaya hizo lo que 20 años de solicitudes de transparencia no han logrado: abrir los expedientes de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Seguramente somos más de 100 periodistas los que diariamente estamos revisando los documentos que allí se encuentran. Ahora podemos ver más de una decena de notas publicadas todos los días, y hemos conocido información que va desde la salud del presidente de la República, hasta que han investigado amenazas contra su vida, la proyección de una nueva línea aérea, del y manejada por el Ejército, y que los militares han comprado el software espía Pegasus, entre muchas otras informaciones.

Nunca antes la Defensa Nacional había sido vulnerada de esa forma, al menos no de manera pública. La mayoría de las notas que hemos visto se han encontrado a través de un buscador que el grupo de hacktivistas suministra, pero aún no se conoce la información que está en los seis terabytes que hasta el momento nadie ha podido esculcar y sistematizar por completo.

Los archivos, han dicho organizaciones civiles por los derechos digitales, contienen virus diversos, y eso será otro tema importante para quienes buscamos en ellos.

Sin duda uno de los retos de esta información es que no caiga en manos del crimen, porque hay datos sensibles y personales que pueden ser usados negativamente por la delincuencia.

Llevo una semana buscando en los documentos y he encontrado que los militares reportan una alta corrupción de parte de las policías municipales y estatales: éstas cuidan traslados de droga, compran y surten armas, trabajan para el crimen y el gobierno, privan de la libertad a adversarios, asesinan por encargo del crimen, entre muchas otras actividades.

Pero los miembros del Ejército también se corrompen, y para descubrir quién y cómo existe un área de inteligencia y contrainteligencia que interfiere comunicaciones, investiga, toma fotografías, videos. Si algo me queda claro después de unas 50 horas de revisión de archivos es que el Ejército Mexicano sí tiene mucha información de inteligencia de grupos del crimen organizado, y sí tiene un mapa muy especializado y focalizado de todo el país.

Una de esas informaciones la publiqué ayer en el periódico El Universal, el medio para el que trabajo en la Unidad de Investigación.

Un equipo de inteligencia militar investigaba el “Caso Águila”, donde un grupo de ocho personas, entre ellas tres militares, vendían armas al crimen organizado. En un audio obtenido por los militares registraron un elemento que automáticamente obligó a la realización de una tarjeta informativa, la número 157.

Fue a las 21:43 horas del 8 de febrero de 2019. Se trató de un presunto huachicolero que hablaba con un militar en retiro y se quejaba de que con el inicio de la estrategia contra el robo de combustible se les habían caído sus ingresos, y eso estaba provocando que diversos grupos criminales planearan atentar contra el presidente Andrés Manuel López Obrador.

En la transcripción del audio registrado se lee: “Supuestamente este viejo ya se oye mucho que le van a dar piso al presidente de la República (En referencia al Lic. Andrés Manuel López Obrador), nada más están fraguando bien, se unieron toda la palomilla y pues ya le dijeron que se arreglaran, pero el señor les dijo que no, y creo que el señor ya tiene precio su cabeza, por lo que se va a poner color de hormiga, porque se metió con quien no debía de haberse metido”.

La amenaza registrada elevó las alertas de los militares, y decidieron continuar con la investigación.

“Se continúa con el seguimiento técnico al ‘caso Águila’, con la finalidad de ampliar la información técnica generada, así como de los actores delictivos que se mencionan y de quien o quienes se señala como responsables de las amenazas en contra del titular del Poder Ejecutivo, con el fin de informar oportunamente a la superioridad sobre el particular”.

La célula delictiva investigada originalmente por tráfico de armas fue detenida meses después, y el grupo de analistas que la siguieron fue reconocido.

Aunque hemos conocido mucho del Ejército, en realidad esto es solo el principio.