18 noviembre,2023 4:26 am

Los #NarcoFiles y el fracaso de “la guerra contra las drogas”

Silver Meza

 

A principios de año empezamos a trabajar con los archivos secretos de la Fiscalía General de la Nación de Colombia y con el tiempo les llamamos “#NarcoFiles, el nuevo orden criminal”. Se trata de una mega filtración de documentos y correos electrónicos de la procuración de justicia colombiana realizada por el grupo de hacktivistas que se dio a conocer como “Guacamaya”, los mismos del SedenaLeaks, la mayor filtración de documentos del Ejército que ha habido en México.

No tengo duda de que el proyecto ya marca un hito periodístico en cobertura del crimen organizado global. La fiscalía colombiana es una de las fuentes de información más ricas en materia de narcotráfico y crimen organizado, por eso la importancia del tema.

Fuimos más de 150 periodistas de más de 40 medios de cuatro continentes los que participamos directamente en la revisión de documentos; sin embargo, el esfuerzo fue mucho mayor porque también participaron fotógrafos, diseñadores, ilustradores, jefes de información, desarrolladores web, personal de redes sociales, entre otros.

El trabajo de organización ha sido encabezado por la organización periodística europea OCCRP en alianza con la latinoamericana CLIP.

Se han publicado decenas de historias sobre el crimen organizado. Aunque ya se difundió el grueso de los reportajes, aún quedan más por publicar. En México, en un trabajo de equipo, participamos El Universal, Aristegui Noticias, Quinto Elemento Lab y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad. Cada equipo periodístico identificó las historias de interés y empezamos a trabajar en ellas; en algunas laboramos como una sola redacción, en otras nos acompañamos y apoyamos.

Publicamos, por ejemplo, que en México –especialmente en Guerrero– el cultivo de hoja de coca ha crecido 12 veces en los últimos tres años. El reportero David Espino documentó la conversión de cultivos: le dijeron adiós al café y hola a la hoja de coca. La razón es bastante sencilla: el grano oscuro ha perdido precio de mercado y la base para la cocaína se paga mucho mejor.

Esto, sin duda, generará un cambio en el mercado y en las rutas. Desgraciadamente, también en las violencias.

El equipo de Aristegui Noticias, MCCI y Quinto Elemento escribieron sobre la empresa Black Wallstreet Capital, una financiera que se asienta en Ciudad de México pero que tiene hilos de conexión con personas vinculadas al crimen organizado. La compañía se hizo famosa después de que policías de Cdmx la allanaron y robaron.

En El Universal, además de la “relocalización” de la hoja de coca, hicimos una alianza de publicación con Quinto Elemento y dimos a conocer un amplio reportaje compuesto por cinco capítulos sobre las redes del narcotráfico mexicano en otros países del mundo. Publicamos que los gobiernos de Colombia, Australia, Inglaterra, por citar tres casos, han investigado “más de 50 operaciones de grupos criminales –que incluyen al menos a una persona de nacionalidad mexicana– con estructuras delincuenciales de Colombia, Australia, Bélgica, Brasil, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Guatemala, Holanda, Líbano, Nicaragua, Países Bajos, Panamá y Venezuela”.

Los criminales mexicanos dejan las armas en casas de seguridad y alistan sus pasaportes para salir del país y hacer negocios transfronterizos. Buscan asegurar sus rutas e incluso dan capacitaciones a los cárteles aliados.

Contamos las historias de un bróker colombiano que manda droga en botellas de tequila desde Jalisco y Colima, el modelo de transporte de droga a través de semisumergibles; abrimos las investigaciones que se han hecho a los emisarios de El Mayo y Los Cuinis, e informamos sobre la aparición de falsos zetas en Colombia.

Pero las historias en otros países son muchas más: van desde un hacker que interviene los sistemas de cómputo de los puertos de Países Bajos para introducir drogas con facilidad, hasta el poderoso y temido Tren de Aragua, una organización criminal de origen venezolana que se ha expandido a varios países de Sudamérica e incluso Estados Unidos.

#NarcoFiles muestra que “la guerra contra las drogas” que inició Estados Unidos a nivel mundial es un fracaso rotundo porque ni la producción, ni el trasiego, ni el consumo se han podido detener y las cadenas están más vivas que nunca.

Los personajes que trabajan en el crimen organizado tienen claro que no existe rivalidad que no se pueda vencer cuando hay un negocio millonario de por medio, que no hay autoridad que no se pueda corromper o esquivar cuando se habla de millones de dólares.